Capítulo 21

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El tránsito le jugaba en contra, el sudor que corría por su frente lo hacía sentir cada vez más tenso y su amigo que ponía la música fuerte como si estuvieran rumbo a una fiesta lo hacían tensionar cada vez más, hasta que Pache salió de sus cabales y apagó el estéreo.

- ¡Basta de esta música de mierda, gordo! ¡Necesito llegar ya!.- el gordo Ale manejaba lo más rápido posible, pero los constantes paros de semáforos y el embotellamiento impedían que lleguen a tiempo.

- Bueno, boludo, pará. Hubieras avisado antes que querías venir a verla.

Pache lo fulminó con la mirada así que el gordo Ale no se atrevió a agregar ningún bocadillo. Luego de un largo silencio, Pache comentó avergonzado y en tono muy bajo:

- Me importa en serio.

- Ya lo sé, amigo. Con los pibes hace rato que nos dimos cuenta que estabas así, sospechamos de Macarena pero tampoco así y además estábamos esperando que lo aceptes vos...No era asunto nuestro como para meternos.

Pache se quedó boquiabierto, estaba seguro que nadie se lo imaginaba hasta hoy que había explotado en el club, y que de saberlo lo burlarían, pero parece que sus amigos eran más maduros de lo que él creía, y de lo que él era.

- ¿Pero, cómo? ¿Cómo se dieron cuenta? Y...¿Los demás que opinan? ¿Dijeron algo?

- Te conocemos desde los tres años, Pache, siempre fuiste igual cuando te gustó una mina. ¿Te acordás de Sofi de preescolar? Te gustaba pero lo único que hacías era empujarla y tirarle los marcadores al piso. Siempre tuviste el mismo modus operandi. A nosotros nos parece barbaro que quieras estar con Maca, es una buena piba. Tiene sus quilombos pero como todos.- Y mientras Ale terminaba de pronunciar esta última oración, ambos ya estaban cruzando la puerta de entrada del hospital.

- Hola, buenas tardes. ¿Me podría decir el número de habitación de una paciente?

- Buenas tardes. Claro, ¿qué nombre?

- Macarena Feder.

- ¿Es familiar?

- No.- hizo una breve pausa.- Soy el novio.

- 24 C, por este pasillo hasta el fondo y a la derecha. Hablá con la enfermera antes de entrar porque le hicieron un lavaje de estómago hace algunas horas y no sabría decirte si está en condiciones de recibir visitas.

Bauti y Celeste, luego de no haberse visto unos días, se encontraron en el parque para caminar un rato como solían hacer hace un tiempo cuando recién se conocían. Caminaban de la mano como novios, charlaban y se contaban secretos de su vida para ir conociéndose un poco más. En un momento, Bauti le contó a Celeste todo lo que había pasado hacía un rato en el club, y Celeste se puso como loca.

- ¡¿Cómo no me vas a avisar que a Macarena le pasó eso?! ¡¿Es una joda?! ¡Vamos a verla!

Bautista tomó a Celeste por los hombros para calmarla y le tapó la boca con un dedo, en señal de silencio. Se había puesto a gritar como una histérica y toda la gente del parque se volteó para mirar. Celeste notó este hecho por lo que se empalideció ya que le daba muchísima vergüenza que la gente la mire fijo haciendo una locura.

- Perdón, gorda, pensé que no te interesaba.

- ¿Cómo no me va a interesar, Bauti? Es Maca, es...Es mi amiga.

- Pensé que estaba todo mal y por eso no querías verla.

Celeste miró al piso, recordando lo que había pasado con Macarena y le volvió a correr la bronca por las venas, pero ya no podía vivir resentida, sabía los mambos que tenía Maca y, si bien eso no significa que podía perdonar todo, esto le pareció una muestra de celos e inseguridad en sí misma. Celeste le comentó a Bauti que quería ir a verla, quien accedió para acompañarla en ese mismo momento.

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