Capítulo 19

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Recién eran las seis de la mañana, pero Macarena ya estaba despierta y terminando de vestirse. Esta vez no pensaba mirarse en el espejo, no quería empezar el día de esa forma tan traumática para ella, así que simplemente se vistió sin el consentimiento de su reflejo. Tomó un té sin acompañarlo con nada, como de costumbre, y luego de guardar la carta en el bolso, salió a efectuar su plan. ¿Cuál era el plan? Comprar una estampilla, pegársela, y llevarla al correo.

Cuando llegó a la librería y le pidió una estampilla al vendedor, éste se quedó extrañado y creyó que había escuchado mal, entonces repreguntó:

- ¿Una estampilla?.- Maca asintió con la cabeza, y el hombre, divertido, comentó que le había parecido raro que una chica de su edad esté comprándole una estampilla, ya que estaba seguro de que nadie escribía cartas para enviar por correo, salvo algunos viejitos románticos.

Mientras el señor buscaba en el depósito una estampilla para ella, comenzó a pensar que tal vez él tenía razón, y lo que estaba a punto de hacer era un poco anticuado...Se sonrojó y respondió con una leve sonrisa. Le pagó los veinte centavos correspondientes y salió de la librería.

Camino al correo, continuó pensando en las palabras del librero y además, otras inquietudes se sumaron a su pensamiento: "¿Y si la carta se perdía en el camino?", "¿Tardaría mucho en llegarle?", "¿Cómo sabría ella cuándo ya le llegó la carta?", "¿Cómo sabría qué día estar nerviosa?". Todos estos pensamientos fueron demasiado para ella y terminó decidiéndose por suspender su visita al correo. Tenía una idea mejor: dejar la carta en la casa de Pachetti ella misma.

Macarena era una chica muy dramática y exagerada, le encantaba hacer de una situación simple, una escena de una novela de Cris Morena. Por ese motivo, antes de dirigirse hacia lo de Pache, tuvo que pasar por su casa, para vestirse acorde a la ocasión. Como no quería que nadie la descubra haciendo la locura que estaba a punto de cometer, se le ocurrió ir de incógnito, escondiéndose como si estuviera en medio de una misión secreta. Se vistió completamente de negro, y se recogió todo el pelo dentro de una gorra que le había sacado a su hermano, también negra. En el camino, se movía sigilosa contra las paredes, mientras tarareaba la canción de Misión Imposible, creyéndose Tom Cruise. Al llegar a su casa, y luego de realizar una vuelta carnero y dos giros por el piso (con todo lo que eso le costaba), depositó la carta en la abertura de "Correo" que tenía la puerta, y se fue corriendo desesperada, todavía sin caer en lo que había hecho.

La mamá de Pache ve la carta y al leer que era de una chica para su hijo, lo llama con voz burlona. Pache pausa su partida de LoL de mala gana, y va a ver que quiere su mamá. Cuando ella le da la carta, le guiña un ojo y levanta las cejas compulsivamente (esas cosas que hacen las mamás cuando tienen ganas de avergonzarnos). Pache desconcertado toma la carta y vuelve a su habitación. Al ver que era de Macarena, refunfuña y se queja por haber suspendido su juego de computadora por esto, pero igualmente se sienta a leerla. Era una carta larguísima y por momentos la tinta estaba corrida, como si se hubiese mojado. Esto le daba la pauta a Pache de que Maca había estado llorando mientras la escribía. Eso lo hizo sentir muy mal, porque a pesar de todo lo que la había bardeado, no le gustaba pensar que había hecho llorar a una mujer. Cuando terminó de leerla se quedó congelado, mirando un punto fijo de su habitación, pensando.

Los minutos antes de encontrarse, aún en medio de su noviazgo, siempre fueron muy tensos para Rocío. Nunca sabía qué ponerse, más allá de que su placard estaba lleno de ropa. Lautaro ya conocía cada una de sus prendas, no sabía cómo sorprenderlo. Si quería hablar con ella, evidentemente era para que las cosas puedan arreglarse...¿no? Sino no encontraba otra explicación lógica. La rubia optó por su típico look de tarde para salir con él a tomar algo como solían hacer hace mucho tiempo. Sus nervios no la permitían estar feliz por este reencuentro, no era casual, no era algo que se daba porque sí...¡Lautaro quería verla para decirle algo! Era un paso muy importante para Rocío que se sentía totalmente sola.

ENTRELAZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora