Capítulo 35

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Aún shockeada por haber visto la imagen de Rocío y Nicolás besándose, Vera notaba cómo el delineador iba corriéndose de sus ojos, el rímmel se desvanecía de sus pestañas y el rubor estaba mezclado con el negro de las lágrimas mojadas, cayendo por sus mejillas. Procuró no hacer ruido para que ninguno de los dos jóvenes parados en el techo a los besos la escuche, pero cuando vio que la frazada de la cama de Bauti comenzó a hacer pequeñas llamas de fuego, no pudo evitar lanzar un grito agudo y comenzar a pisar el fuego con sus borcegos, logrando así que se apague. Por supuesto que de la parte de abajo de la casa nadie la había oído, pero sí Nicolás y Rocío, quienes automáticamente se separaron y miraron para adentro, observando la cara demacrada de Vera, sus golpes contra la cama de Bautista y cómo los miraba con timidez. Ambos se quedaron duros, mirándola, y decidieron entrar.
- ¿Estás bien?.- le preguntó Nicolás a Vera sin soltar la mano de Rocío en ningún momento.
La joven no pudo contestarle ni decir una sola palabra, simplemente se limpió la cara con su remera, dejándola toda manchada al ser blanca. Asintió con la cabeza, se dio media vuelta y se alejó, prendiéndose otro cigarrillo en el camino.
Rocío y Nicolás quedaron allí, sin entender nada de lo que había sucedido.
- ¿Por qué lloraba?.- se auto preguntó Nicolás. Cuando Rocío le respondió, se dio cuenta que lo había pensado en voz alta.
- No sé, para mí nos vio y se puso mal.
Nicolás no comprendía.
- Es obvio que te tiene ganas, es re evidente. Nos vio y se puso mal.- realmente a Rocío no le importaba en absoluto Vera, ni siquiera la conocía, pero por las pocas actitudes de ella que había visto, no le caía muy bien. Además, creía que entre ella y Bautista no había amistad, sino que ocultaban un gran amor, y no le perdonaría eso a una chiruza que apareció de la nada y se hizo tan amiga del ex de Celeste. Es imperdonable e ilógico que le pueda caer bien, por eso no entendía cómo Maca la quería tanto, y la maldecía por habérsela presentado a los pibes.
Luego de las palabras de Rocío, Nico hizo gesto de no importarle. Ambos notaron que había olor a quemado y observaron la frazada de Bauti.
- Un re agujero le quedó.- dijo Nico entre risas.- Bauti la va a matar.
Rocío tomó a Nico del brazo y lo sentó en la cama, sentándose ella a upa.
- Esperé muchísimo este momento.
Nico le regaló una sonrisa compradora, esa tan perfecta que había hecho enamorar a Rocío sin siquiera haberle dado un beso.
- ¿Qué va a pasar ahora?.- preguntó la rubia ante no recibir respuesta de él.
- Disfrutemos el ahora, el estar acá juntos. Cuando sea el momento de bajar, vemos qué hacemos.

No aguantaba más. Quería volver. Estaba tan sola en la otra punta del continente...No tenía amigas allá, no entendía bien el idioma, ni siquiera contaba con su familia. Todo el apoyo que recibía era de parte de los padres de Felipe, porque si era por él, la dejaba sola lidiando con todo: trámites, compras, estudio. No la ayudaba con nada, y Celeste ya estaba cansada de eso. ¡Estaba tan desilusionada! No podía creer las vueltas que había dado su vida para terminar así, tan mal con el supuesto "amor de su vida" que terminó siendo un enemigo dentro de la misma casa. Ya no había amor de parte de ninguno de los dos. La convivencia terminó por destruirlos, y esto le dolía muchísimo a Celeste, pero más que nada por su carrera profesional. Quería seguir viviendo allá un par de años hasta recibirse al menos, pero no tenía el dinero suficiente para mudarse sola y tampoco podía desaparecer de la casa de los Van Dumont como si nada después de todo lo que hicieron por ella estos largos años de noviazgo, donde siempre la trataron como una reina. Además, ¿qué pensarían sus padres si dejaba todo y se volvía? Habían gastado mucha plata en el pasaje, en la Visa, en todos los trámites, y no eran una familia que podía darse el lujo de gastar mucha plata, eran laburadores y peso por peso les costaba mucho. Sus amigas sí estarían contentas por su regreso, pero a la vez desilusionadas porque ella no pudo cumplir su sueño. Aparte le daba miedo que ya hayan formado un grupo de amigas con otra chica, quizá con esa tal Vera...¿Y Bauti? ¿Qué pensaría? La mataría por haberlo abandonado así, si bien fue él quien la dejó. Ahora, a la distancia, Celeste comprendía por qué la había dejado, ¡y había sido tan tierno y dulce el motivo! Pero igual sentía que a la primera de cambio ambos se rindieron, no siguieron adelante con su historia de amor que era tan pura. Se respetaban tanto el uno al otro, se divertían, se apoyaban en sus proyectos, y eran totalmente sinceros entre ellos. Esa relación nunca la había tenido con nadie, ni siquiera con Felipe. Ahora entendía que eso que llaman "amor" no es lo que sentía por su primer amor de secundaria, con el que tuvo su primera vez y hasta su primer beso. No, Felipe no era amor. Felipe era costumbre. Amor era Bautista...Pero ya era tarde. O tal vez no tanto.

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