Capítulo 25

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Kathia fué a buscarnos a la escuela - ya que mamá aún no había llegado a la casa, por una reunión que tuvo en el trabajo -

- Como les fué chicos, en su primer día? Nos dice Kathia con tono de madre responsable

Lucas:
--Normal

YO:
Eehhh... me fué bien, me encantó esta escuela!

Kathia me mira por el retrovisor y sonríe como si leyera mis pensamientos.

Pasaron unos segundos de silencio, y yo miro a Lucas, y le quitó los audífonos de un jalón, y le digo:

- Lucas, te puedo hacer una pregunta y me eres sincero?

El me abre los ojos como asorao, mientras se pone su gorra hacia atrás y me dice:

-- Sólo te contesto una pregunta gratis, así que piénsalo bien...

Este nene no coje nada enserio.

- Ok, seré directa... Te gusta Becky?

Le entró tos, se puso rojo como un tomate,
(cosa que ya veo que viene de familia) y trató de evadirme  la pregunta, con otra pregunta...
Pero ya realmente ni necesitaba que me  contestara, su reacción me respondió! Era obvio que la respuesta era un "sí"

... eso era lo único que debía saber para echarle una mano  a mi hermanito en este asunto.

Llegamos a la casa, me doy una ducha, y me siento en la sala a ver una serie (en la tele) con papá.

Kathia me llama desde afuera de la casa y me dice:
-Emy, acompañame a la pizzería!!!
--Kathia mira como yo estoy vestida...
Tenía una pijama de pantalón corto de monitos y no pensaba cambiarme.
- Acompañame, no te tienes que bajar del carro.
Ok le digo...
Voy por mi celular y salimos.

Cuando Kathia se baja que va a entrar a la pizzería, vienen saliendo dos jóvenes...

¿A que no saben quien era uno de ellos?
sí, era Daniel... pero que bueno que Kathia no lo reconoció!

Mi intención de primera, fué llamarlo para saludarlo y hablar con él a lo que Kathia salía.

Cuando apenas tenía la lengua pegada de mis dientes delanteros, para mencionar la D... de su nombre, para llamarlo...
Me interrumpe un pensamiento!

¿Pero enserio se te olvidó,  como estas vestida?

- Gracias Conciencia, creo que es la primera vez que me interrumpes para decirme algo que valga la pena escuchar -
La verdad era que no podía llamarlo así como estaba... así que lo que hice fue esconderme.
El no conocía el carro de mi hermana, así que me agache hasta que pensé que había pasado.
Para suerte mía, se había quedado hablando con el chico que estaba, un rato más, justo alado de nuestro carro...
Ósea que si Kathia salía, ahora sí que lo iba a ver,  y lo reconocería...
pero porqué me pongo tan nerviosa, si nisiquiera estoy hablando con él, ni nada (pensé para ver si me tranquilizaba un poco)

Me quedo observandolo, mientras pienso en lo bello que es...
En ese momento, su amigo saca una cajita verde y blanca de su bolsillo trasero.
Saca un palito blanco, y un encendedor, y se lo pone en la boca... si, era un cigarrillo.

Le ofrece uno a Daniel...
y yo desde acá:

¡Que no lo coja!
¡Que diga que NO!

Pero creo que fué más la presión de su amigo, que mi pensamiento.

Lo cojió, y ahí sí que mis nervios empeoraron...
y todo porque Kathia no lo viera, y mucho menos ahora.

¡Que se vaya!

- Decía en mi mente -
Mientras por otro lado, cruzaba los dedos, y decía:
- Que Kathia no salga ahora -

Unos minutos después sale Kathia, mira para ambos lados, pero en ese momento a Daniel se le cae un billete, y cuando se dobla, mi hermana justo le pasa por el lado, y no lo ve.
uff... que suerte la mía!

Pero no me duraría mucho...

Al amiguito de Daniel se le ocurre la brillante idea de ponerse de labioso con mi hermana y le sumba un piropo... esto hizo que ella volteara a mirar hacia donde estaban ellos, y yo me encojí (abrazando mis piernas) en forma de huevito.
La verdad era que no quería ni mirar.
Kathia entra seria al carro. Pero como no dice nada, me quedo con la incertidumbre de que sí lo vió, o no.
Me mira de reojo mientras tienes sus manos en el volante, y me dice:
- Viste como son los hombres, nunca te fies mucho de ellos, y menos sin conocerlos bien.

Yo me quedé muda porque no entendí mucho su comentario, pero mede sin pronunciar palabras... ya que no quería meter la pata.

- Viste al amiguito tuyo?

-- De quien hablas?

- Del que estaba alado del que me dijo algo afuera de la pizzeria!
Ese era Daniel, o tiene un hermano gemelo, y no me lo dijiste?

No me quedo de otra que decirle que sí era él.
No podía mentirle a mi hermana... y a ella no se le escapa una como ya verán.

- Viste que yo tenía razón cuando te dije que no me daba buena espina... tenía un cigarrillo en su mano, y saberme Dios que cosas más hace...

-- De verás que no sabía que hacía eso, es la primera vez que lo veo así. Pero tienes razón, ya veo que no me conviene su amistad. No le voy a hablar más. No quiero problemas ni contigo, ni mucho menos con Mamá y papá. 

- Y en Dios también deberías pensar... porque si tienes amistades así, te llevarán a alejarte de El, y tu sabes mas que eso...
Sabes que siempre que no sigues consejos, vienen las consecuencias después, y eso es para tí, no para nosotros.

-- Si hermana, tranquila, que yo se bien lo que hago. Ya estoy en una edad donde pienso mejor las cosas antes de hacerlas. Creo que estoy madurando o algo parecido a eso.
Le digo pero para que se quede tranquila.

Llegamos a la casa. Me sirvo un pedazo de pizza y me voy para el cuarto con la excusa de que tengo dolor de regla.

Me acuesto en la cama después de comer, y lo único que hago es pensar en Daniel y en lo que vi,  y en que voy a hacer ahora...

-Le dejo de hablar?
-Sigo como si nada, y ni le digo lo que ví?

A la verdad es que el Daniel éste, es una cajita de Pandora.

ERES TODO LO QUE PEDÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora