Capítulo 48

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Pasan dos semanas, y al fin empiezo a ver resultado de las terapias.
Empiezo a caminar, pero con la ayuda de un andador.
Es un gran avance.

Quisiera irme ya para la casa, extraño hasta la vecina metiche que tenemos.

Ya me siento mucho mejor, así que aprovecho que estoy sola, y me levanto para dar una vuelta con el andador por el hospital.

Llegó hasta donde están las enfermeras, y aprovecho para conversar, y de vez para preguntarles el número de cuarto donde está Daniel...

ya que se me hace extraño que nadie me haya dicho nada de él, y quiero ver que este bien con mis propios ojos.

-Pues apesar de que no terminamos muy bien, no le deseo mal, y quisiera saber como ha estado-

-- Daniel? No sabías...
dice una de las enfermeras mirando a la otra con ojos de pescado viudo.

- Que no sabía qué... contesto con temor a la contestación de esto.

- Daniel murió.
Tenía muerte cerebral y hacen unas semanas le quitaron las máquinas.

Rompo a llorar, y me desplomo en el piso por la impresión de la noticia.
Uno de los enfermeros me coje en sus brazos, y me lleva hasta mi cuarto.

No puedo creer que Daniel este muerto, y que mi familia me haya ocultado algo así.

Entra mamá...
y la fulmino con la mirada, mientras seco mis lágrimas.

- Que te pasó hija, estas bien? Me dice mientras se acerca a mi camilla a darme un beso en la mejilla, cosa que esquivo.

- No, no lo estoy!
Porque no me dijeron lo de Daniel. Merecía saberlo.

- Lo siento mucho hija, no sabía cuanto te podía afectar esta noticia, y quise evitarte cualquier cosa que te pudiera alterar emocionalmente...
No te ayudaría en nada con tu recuperación.

- Pero Mamá, debí saberlo.

Pasa un mes, y mi relación con Bruno además de ser una excelente cuando de terapias se trata, también lo es amorosamente hablando.

Lo mejor que me pudo haber pasado, fue haberme encontrado con él nuevamente.

Me ha hecho más que bien contar con su presencia en este proceso, y ha sido además de apoyo, una motivación para esforzarme a estar completamente recuperada.

Cada día lo quiero más, y siento que el sentimiento es recíproco.

Hablando del Rey de Roma y él que se asoma.

Viene con un peluche grande tapando su cara y hablando detrás de él, con voz finita.

Me causa reirme, y me derrito de amor con sus maravillosos detalles...
Acompañando el peluche, trae unos girasoles (mi flor favorita)

- Hoy no hay terapia, o sí?
le digo... porque a mi parecer era el día de descanzo para mis piernas.

- No, no es día de terapia, quise venir pero esta vez como amigo. No puedo?

- Sí, claro que sí, tu visita es una de mis mejores medicinas. -Me pongo roja-.

Estuvo junto a mi un rato largo. Hablamos de todo un poco. Pero uno de mis temas favoritos que tocamos fué el del futuro.
Lo veo muy entusiasmado conmigo, y eso me encanta, pero ala vez no deja de causarme miedo.

No quisiera ilusionarme, y que él esté haciendo esto más por lastima, que por otra cosa;
o miedo a que después de tantos planes, no se de, porque el quiera volverse a su país.

No me voy a adelantar, voy a vivir un dia a la vez, y así como nos encontramos, que pase con nuestras vidas, lo que Dios haya escrito para nosotros.

Una semana después recibo una gran noticia.

Entra el Doctor tempranito en la mañana, y yo estaba dormida.
Extiendo mi brazo sin abrir los ojos, porque pienso que es una de la enfermeras que entró a cojerme los vitales como siempre, pero no; era el Doctor.
El me movió el hombro, y me dice:
- Despierta niña, que hoy nos vamos para CASA!

Abro los ojos de inmediato, y me restrego mis ojos para ver que no estoy soñando.

- De verdad me voy!

- Sí, a menos que te quieras quedar!

- No, no... les he tomado mucho cariño a todos, pero no es para tanto.

[Todos se rien]

Lo primero que hago es que le envió un texto a Bruno para decirle la buena noticia.

Recogemos todo.
Mamá firma unos papeles, y nos vamos para la casa.

Cuando doy un paso fuera del hospital, me molesta el sol, pues hace mucho no tenía contacto con él.
Tuve que ponerme unas gafas, porque se me hacía imposible ver.
Sentir ese viento darme en la cara y poder decir:

GRACIAS DIOS POR UNA NUEVA OPORTUNIDAD DE VIDA

Fué sentir como si hubiera nacido de nuevo.
No te puedo explicar lo lindo que fue sentir ese sentimiento.

Llego al fin a la Casa, y cuando abro la puerta

Estaban todos gritando:
>>Bienvenida A Casa<<

Era tan feliz de haber vuelto a mi casa, y estar allí con Becky, Bruno, mis hermanos, y mis padres, era algo maravilloso. Me sentía completa.

Pero la mejor sorpresa me la llevaría al día siguiente.

ERES TODO LO QUE PEDÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora