Capítulo 27

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Suena el timbre, y salgo lo más rápido que puedo.
Quería ver a Daniel antes de que se montara en el autobús

- Esperame!
¿Porque vas tan apurada?
Me dice Becky mientras sigue mis pasos por las escaleras.

-- Es que quiero ver a Daniel antes de que venga Mamá por mí-
le contesto sin mirar atrás.

Entre tantos estudiantes vestidos iguales, no logro distinguir a mi queridísimo Daniel.

Logro ver a distancia a unos cuantos estudiantes haciendo buya, pegados de la berja, justo, en la salida de la escuela.

Cosa que llama mi atención, y la de Becky también.

Cuando nos acercamos, vemos que la buya, y el escándalo, se debía a que Daniel estaba bailando con una  chica

- y no cualquier chica -

~ Cindy ~
al parecer era una de las más populares del colegio, y
Muy pautosa según las redes sociales.
No la conocía mucho
(apenas empezaban las clases) pero ya había escuchado su nombre en cada rincón de la escuela, y en el internet.

Mientras los demás los rodeaban haciendo un círculo, y grababan todo el espectáculo (del baile) con sus celulares.

Yo no aguanté mucho viéndolos. Me dió tanto coraje, que no pude ocultarlo. Me dí media vuelta, y casi  corrí, en dirección contraria, para alejarme de ellos.

Ugh ¡Qué decepción! Pensé

Solo habían pasado un par de horas, de que él me hubiera dicho que era un "chico malo"y según la canción, me pedía que me alejara, para que no sifriera, pero...

¿Ya lo estaba empezando a comprobar tan pronto?

- ¿Amiga por qué te fuiste casi corriendo? Me dice Becky mientras me da el bulto.

-- Ay no soporte ver a Daniel bailando con otra!

- Creo que estas más enganchada del Daniel de lo que pensaba.

--  Que mal me va!
Asiento con la cabeza, y miro mi celular, ya que me vibró en la mano... y Era mamá!
Que al parecer había llegado por nosotros.

Le envio un texto a Lucas, me despido de Becky, y pongo mi mejor sonrisa camino a la guagua de Mamá.

- Mi amor,
como te fué?

-- Bien mamá!

- ¿Y porqué ese tono?

No sé cuál es el don que tiene mamá, para saber siempre que me pasa algo... nunca logro esconderle nada!

-- Que tono? Sólo estoy cansada!
Y tiro el asiento hacia atrás, y me pongo las gafas, en señal de no querer seguir hablando.

Entra Lucas, y le pregunta lo mismo... y nos vamos a la casa.

Cuando llegamos, me doy una ducha, y cuando termino de hacer mis tareas, cojo mi celular, y le escribo a Daniel:

Me puedes llamar?
No te quitó mucho tiempo!

Y enseguida entra la llamada.

- Que rapidito eres! -le digo-

-- Sí, y más cuando ví que eras tú!
¿Estás bien?

- Sí, que te hace pensar que no lo Estoy?

-- Ese mensaje seco.

- Pues voy a ir al grano. Hoy te vi bailando cuando sonó el timbre, y la verdad fué que sentí muchos celos. Te quiero preguntar algo para salir de dudas... Tu me quieres para algo serio, o sólo te gusto, como te gustan otras chicas?
Quiero saber... para no perder mi tiempo, y para si es así, alejarme antes de salir lastimada.

-- Wao Emy... Lo siento. No sabía que me habías visto. No fue mi intención que te sintieras mal. No te preocupes  por lo que pasó hoy, sólo fue un reto sin importancia para mi.
No quiero lastimarte, y no quiero que te alejes de mí. Quiero que ésta amistad siga creciendo, hasta que llegue a donde tenga que llegar.
-Esa desición estará en nuestras manos más adelante-
Vamos a ver como nos va!
y sí, te quiero para algo serio... pero es como muy apresurado hablar como de compromiso, no crees? Sigamos conociendonos, y el tiempo dirá.

No sé que tiene este chico para convencerme, y para quitarme el coraje, o la tristeza que pueda sentir, en cuestión de segundos.

-- Emy alistate y baja, que vamos a la iglesia!
Grita mamá desde algún lugar de la casa.

Voy a toda prisa y me pongo un traje, me hago una trensa de lado, y me maquillo un poco... Se me había olvidado que hoy había servicio en la iglesia.

Le texteo a Daniel:
- ¿Quieres ir a la iglesia?
Puedes ir con tu primo Nick y de vez nos vemos...

pero no se le hizo buena idea. Según él, no se atreve darle cara a mis padres aún, y menos a Kathia, después de lo de la última vez.

-- Será en otra ocasión (me dijo)
Pero no sé porqué tuve una leve impresión de que no va a ir nunca, y si lo hace, no será muy pronto.
Salgo de mí cuarto, y antes de bajar, paso por el cuarto de Lucas.
Estaba frente a la computadora pegado viendo una foto. Me da curiosidad (ya que no logró ver quien es desde la puerta) y entró sin hacer ruido.
Cuando me acerco,
-mis sospechas fueron aclaradas-
En el monitor había una foto de mi amada, y querida mejor amiga Becky.
No pude evitar que se me saliera un ruido por el asombro (aunque ya lo sospechaba) cosa que hace que Lucas voltee, me fulmine con la mirada, y se levante y salga corriendo atrás de mí, pero sin éxito, ya que me topé  con papá en el pasillo, cosa que uso como muro de protección, mientras le hago muecas al Lucas por no haberme alcanzado.

Parecíamos dos nenes chiquitos.

    Minutos más tarde

Llegamos a la iglesia, y me arrodille a orar como de costumbre, pero ésta vez, no ore casi nada, por no decir nada.
Sólo me puse a pensar, y pensar, en tantas cosas... que cuando me dí cuenta, ya estaban cantando,
y yo seguía de rodillas.

La vida me empezaba a cambiar después de haber conocido a Daniel en ese verano.
No tan solo emocionalmente, sino que espiritualmente también.
Y lo triste del caso es, que uno cuando se descuida en lo que es la oración... Se va perdiendo a uno mismo poco a poco... y uno ni cuenta se dá. Cuando abrimos los ojos, aveces es hasta tarde.

Empeze a hacer cosas que no hacía, como mentirle a mis padres. Me convertí en una antisocial en la casa. Quería estar todo el tiempo encerrada en mi cuarto "dis que haciendo tareas, o durmiendo" pero todo era para no compartir con la familia (lo menos posible) ya me sentía toda una extraña.
Mi vida empezó a tornar alrededor de Daniel. No me importaba otra cosa que no fuera verlo, y hablar con él. Mis acciones eran influenciadas por él.
Empeze a cortar clases, y hacer todo tipo de cosas, que pensaba que lo hacían feliz, y lo que hacía era hundirme cada vez más, en ese mundo que era totalmente nuevo para mí.

No importaban ya mis valores, ni mi propia dignidad, Daniel era lo único que me importaba ahora... y ya no está dispuesta a perderlo.

ERES TODO LO QUE PEDÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora