ERES TODO LO QUE PEDÍ

Capítulo 31

Mientras Daniel y yo estábamos en la cancha hablando, llegaron unos amigos de él (Leo y Victor)  y se nos unieron, ya que ellos también estaban cortando clases al igual que nosotros.
Pasaron las horas, y no fué sólo una clase, sino que fueron tres, empezando.

Jamás pensé que una vez, se fuera a convertir en una rutina, y que eso de ausentarme a los salones pasaría a ser mi pan de cada día.
Al principio estaba algo nerviosa, y miraba para todos lados por si venía el director, el guardia de la escuela, o algún maestro, pero una vez fué pasando el tiempo, me fuí envolviendo en los chistes, en la música que escuchaban, y ya no era ni la mitad de la niña dulce que cantaba en la iglesia.

Me fuí convirtiendo en una joven rebelde, en la que no le importaba nada más que no fuera la aprobación de Daniel en todo. Empeze a vivir una doble vida. En mi casa era la más Santa -que hasta la oreola se me veía y los destellos de luces- y en la escuela era una misma diabla.
Perdí muchas cosas, además de clases, mi vocabulario cambio, ya no tenía respeto por nadie, ni por mí misma.
Mi círculo de amistades cambió, y esa fué una de las partes que más tristeza me causó. Nunca fui de tener muchas amigas, pero si las necesarias, y contaba con una super amiga que ya sabe quien  es... <<Becky>>

Si vamos a seguir cortando clases, no se me hace bien que nos quedemos aquí...
>>> Dice Leo
-uno de los amigos de Daniel-

-- y a donde podemos ir? dice Daniel -Mientras me mira a ver si yo estoy de acuerdo o no.

- Es verdad, vámonos a otra parte antes de que nos vean, y nos metamos en un lío.
-digo mientras cojo mi mochila-

- Podemos ir a mi casa... tengo una terraza grande, piscina, y mis padres no llegan hasta las 6pm -dice Víctor (el otro amigo)

Ahora a ver como salimos, porque el guardia está en el portón de entrada y no creo que nos deje salir a todos juntos sin preguntarnos...
Daniel sugiere que brinquemos una berja que hay en la  cancha, y a mi me causa un poco de gracia, pero eso fué lo que terminamos haciendo. Víctor brincó primero, después me ayudaron a mí, entre Leo y Daniel... y Víctor me recibió jalandome por los brazos. Cuando salimos todos, nos fuimos en el carro de Leo todos juntos. Antes de conducir éste coje el teléfono y llama a alguien, y le avisa a donde vamos a estar.
Unos minutos más tarde, conocí a Carol 《la novia de Leo》 quien se nos sumó aquel día en aquella "reunión" sí así se le puede llamar.

Carol le llevaba unos años a Leo tenía algunos 22 y ellos la usaban para comprar bebidas, cigarrillos etc... Ya que al ellos ser aún menores de edad tenían problemas consiguiendo este tipo de cosas. Ella al principio me causó muy mala impresión, porque tenía tatuajes, pantallas hasta en la nariz, pero cuando hablas con ella es una persona buena honda, y muy cómica.

Llegamos rápido a la casa, ya que Leo tenía el pie de plomo. -Se creía que estaba jugando uno de esos videojuegos de carrera de autos o algo así- Me traía con el Jesús en la boca. Todos reían, mientras yo solo le apretaba la mano a Daniel y nisiquiera miraba el camino por donde íbamos.
Nos bajamos y la casa era grande y hermosa. Tenían un piano blanco en medio de la sala, del cual no dude en sentarme y pasar mis dedos, probando algunos cuantos acordes que mi amiga Becky me había enseñado.
-Rayos, olvidé por completo que quedé con Becky en ir a su casa para lo de su cabello, y no tengo mi celular para avisarle, pero eso puede esperar a mañana, espero que no se enfade mucho, y me lo perdone, pues no podía ser tan agua fiestas de irme tan rápido de aquel hermoso lugar-
Nos sentamos alrededor de la piscina con los pies dentro del agua.
Daniel estaba muy sorprendido de mi cambio pero le gustaba aún más así, que como era antes.

Víctor sacó unas bebidas, pero me acordé de la experiencia que había tenido con eso, y le dije:

- Yo paso.

Trataron de hacerme presión para que lo hiciera, pero no lo hice.
Aunque caí en otras cosas peores, porque la novia de Leo había traído unos cigarrillos, y quise probar.
Le pregunté como se hacía, y lo hice.
Al principio empecé a toser unas cuantas veces, hasta que le coji el truco.
-La verdad no sé que le ven de divertido a eso de votar humo como chimenea, pero quise hacerlo, para sentirme parte de ellos-

Estuvimos allí toda la tarde, comimos, reímos, bailamos, y la pasé bien.
Pasaron las horas, y a las 5:30 le dije a Daniel:

- Debo llegar a casa, mis padres deben estar preocupados.

Me fueron a llevar, pero les dije que me dejaran en la calle antes, para llegar caminando.
-ya que me acordé de la vergüenza que me hicieron pasar con Daniel la última vez-
y mejor prefería caminar un poco.

Cuando llego, no había nadie afuera, abro la puerta, y estaban todos sentados en la mesa de la cocina, y por lo poco que escuche, están hablando por teléfono con Becky.
Me acerco lentamente pero con actitud, y les digo:

-Ya llegué.

-- Donde estabas, Señorita!
Me dice Papá mientras todos me clavan sus ojos en los mios, esperando una respuesta.

-- Estaba en casa de una compañera de clase, terminando un trabajo que nos enviaron a hacer en grupo, para mañana.

- Y por qué no avisaste?
No sabes lo preocupados que estábamos. Me dice Mamá mientras me mira con decepción...
pocas veces he visto esa cara en ella, pero no me gusta nada.

-- Con que celular les iba a avisar, si me lo quitaron!

- Pero pudiste decirle a Becky que te prestara el suyo, y escribirle a Lucas o cualquiera de nosotros.
El castigo aumenta a una semana má....

Antes de que terminara la frase, me pare, y me fuí, sin decir nada más.
Subo las escaleras hacia mi cuarto, mientras los escucho llamarme una y otra vez, porque no habían terminado de hablar... pero ya había escuchado suficiente.

Me dí un baño, y me acosté a dormir hasta el otro día.