Ya llevamos como 20 minutos en este auto, el ambiente está tan tenso que nadie habla y nadie se mueve. No tenemos ni la más mínima idea de a dónde nos llevan. Al cabo de un rato la camioneta para y los hombres nos llevan dentro de un almacén abandonado. Nos sientan y nos atan a la sillas, al rato aparece nadie más que Lebrock.
-Ah... Tenías que ser tú otra vez, ¿Sabes? Esta vez esperaba a alguien diferente...
-¡Cállate! - grita uno de los hombres de Lebrock.
-Deberías enseñarle modales a tus subordinados Lebrock - volteo y miro al tipo - y tú... Ten cuidado con como me hablas, ya sé tu rostro, con solo pedirlo mi padre mandará a matarte...
Lebrock ríe... Parecía divertirse.
-Tiene razón - dice Lebrock al hombre - ten cuidado, la niña es peligrosa.
El tipo puso una cara de disgusto al saber que debía tenerme miedo.
-Espero que no hayan sido muy toscos con ustedes al traerlos - dice Lebrock.
-Creo que olvidad algo... - digo refiriéndome a la soga que nos ata a las sillas.
-Oh, claro, lo lamento mucho, por favor, desátalos - me dice a otro hombre.
Él nos desata a Nathan y a mí.
-¿Y bien? ¿Qué quieres Lebrock?
-Paciencia... - ríe - pareces estar apurada.
-Sí, lo estoy.
-Y tu... - dice acercándose a Nathan - ¿No hablas? ¿O te comió la lengua el gato? - ríe.
-No tengo nada que hablar contigo - responde Nathan.
-Así que eres valiente.
-Preferiría que dijeras lo que tienes que decir de una buena vez - digo.
-Mejor conversemos un poco antes... Veo que mi plan para separarlos no funcionó.
-¿A qué te refieres?
-Creo que lo personaste muy rápido, yo que tú lo hubiera hecho sufrir un poco más.
-Sí claro... - río - ahora explícate.
-Bueno, la razón por la que te hice robar los documentos de casa de Nathan fue porque sabía que lo descubriría y ambos pelearían, luego el agente Bennett creería que Don tramaba algo, tal vez lo arrestaría o algo así y tu familia y tú sufrirían, sin duda una cadena de sucesos, pero como veo ustedes regresaron y sus padres aún trabajan juntos, son tan irritantes.
-Igual que tú. - digo.
-Parece que hoy estás de buen humor.
-Tal vez, bueno, si eso es todo, quisiéramos irnos.
-Nathan tú no opinas... - le dice Lebrock.
Nathan se queda callado.
-Lebrock, si nos trajiste solo para decirnos esto...
-Oh, no los traje para eso... Es que necesito que hagan algo por mí...
-Yo no haré nada por tí infeliz - dice Nathan.
-Oh, créeme sí lo harás, mejor dicho lo harán.
-Estás demente.
-Tal vez lo esté, pero harán esto, en especial tú Nathan - lo mira a él - si no quieres que algo le pase a tu madre que vive en Nueva York y que por cierto... Está embarazada ¿Verdad?
-¡Maldito! ¿Cómo sabes eso? - Nathan intenta parase pero los hombres de Lebrock lo sujetan de los brazos y lo obligan a sentarse.
-Nathan... - digo - ¿Qué es lo que quieres?
-Quiero acceso a la base de datos del FBI.
-Imposible - dice Nathan - no puedo hacer eso.
-Sí lo harás, porque créeme no sentiré remordimiento si tu mami tiene un accidente y fallece o tantas otras maneras de acabar con su vida, mejor dicho con sus vidas porque lleva a tu hermanito dentro...
Nathan se queda callado, su rostro refleja rabia...
Miro a Nathan como diciéndole que no le queda nada más que aceptar.
-¿Qué tengo que hacer? - pregunta.
-¿Ves este USB? - saca uno de su bolsillo - lo único que tienes que hacer es conectarlo a una computadora del FBI y hará su trabajo solo, tienes cuatro días para devolvérmelo.
Lebrock sostiene el USB frente a Nathan y el lo toma.
-Sabía que lo harías. Pueden irse.
-Eres un bastardo - dice Nathan.
Los hombres nos llevan devuelta a la camioneta.
-Eres un maldito perro Lebrock, uno de estos días mi padre te matará, te lo aseguro - digo.
Nos dejan en el mismo lugar donde nos secuestraron.
-Nathan...
-Tengo que hacerlo Kelly, tú lo sabes.
-No te voy a detener, ya he estado antes en tu lugar, nadie se puede enterar de esto, menos nuestros padres.
-Está bien. Te acompaño a tu casa.
Lo miro a los ojos.
-Te amo - le digo y lo beso.
-Yo también - dice y me abraza.
-Tranquilo, te ayudaré en esto.
-Gracias Kelly. Aún necesito procesarlo.
Le sonrió, le tomo la mano y caminamos.
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Bye.
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Una Chica Entre Mafiosos
Genç KurguKelly Ashton es una chica de 16 años, ella es dulce, divertida, inteligente y amable con todos, bueno, casi todos... sin contar que fué adoptada por uno de los más grandes jefes de la mafia irlandesa, un día se da cuenta de que la están siguiendo mi...