Depression >Jikook<

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¿Vieron ese momento en el que pensabas que todo estaba bien pero solo hacía falta ver a alguien especial para desmoronarte?

Apenas los ojos de Jungkook vieron esa suave y castaña cabellera abrir la puerta acompañado rápidamente de una mirada preocupante no pudo evitar comenzar a llorar fuertemente siendo recibido por los brazos de su amigo.

– conejito, Yuggie, ¿Dios que pasó?– con delicadeza tomó del hombro al menor de los hermanos y lo hizo pasar mientras él aún tenía a Jungkook llorando entre su cuello y hombro. Lo abrazó por cintura, caminó un poco logrando cerrar la puerta y con cuidado de no chocar nada llegó al salón donde los tres se sentaron.

– Jiminnie, ¿quién es?– la madre de Jimin entra al salón– ¿Yugyeom y Jungkook?– abre los ojos al notar el estado en el que ambos hermanos se encontraban y se apresura en llegar donde ellos.

Apenas se posicionó frente a los tres menores tomó con sus manos la cara de Yugyeom y lo observó. Luego miró a su hijo quien estaba con los ojos cerrados abrazando al azabache quien no había dejado de llorar en todo momento.

– Jimminie amor, lleva a Yugyeom a tu habitación. Necesito hablar con Jungkookie– sonríe a su hijo quien un poco dudoso se alejó unos centímetros del azabache. Al ver sus mejillas rojas al igual que la punta de la nariz por estar llorando se entristeció y dejó un beso en cada mejilla para después alejarlo y retirarse junto al menor de los hermanos.

La mamá de Jimin se había ganado un cariño enorme por parte de Jungkook, siempre fue muy amable y cariñosa con él. Como una mamá. Lo cuida y protege.

– cariño– se sienta más cerca al menor en el asiento y pasa su brazo por encima de los hombros de Jungkook para consolarlo– no voy a presionar para que hables, pero sabes que cuando estés listo yo estaré para escucharte.

Jungkook asintió y comenzó a calmar un poco su llanto.

No le contaría. Al menos no ahora.

– sé que es muy precipitado que mi hermano y yo hayamos venido sin avisar. Lo siento mucho. Nosotros hemos tenido un problema y no podemos volver a nuestro hogar. Entiendo si usted dice que nos vayamos pero le agradecería si nos deja estar aquí solo por hoy– baja la cabeza apenado de tener que pedir tal cosa a alguien.

– no Jungkook, jamás me pidas perdón por algo así– acaricia el cabello oscuro del menor– pueden quedarse todo el tiempo que quieran, son como mis hijos y jamás los apartaría– lo abraza cuando comienza a ver cómo los ojos del menor se vuelven cristalinos.

– muchas gracias, señora Park. Enserio muchas gracias– la abraza con fuerza sintiendo calidez en su pecho. Aquella calidez que no sentía desde que su madre falleció.

Unos minutos después la mamá de Jimin aparta a Jungkook y le limpia las lágrimas con cariño.

– ven, vamos con Jiminnie debe estar muy preciado por ti– lo toma de la mano y suben las escaleras hasta llegar al pasillo que conecta con las puertas de cada respectiva habitación–Jimminie, ayúdame a preparar las camas.

El nombrado se encontraba sentado en su cama mientras acariciaba la cabeza de Yugyeom quien estaba descandando su cabeza sobre sus muslos.

Se levanta tratando de no despertar al menor y camina con su madre hasta desaparecer de la visita del azabache.

Una media hora después y todos ya se encontraban acostados y listos para dormir.
El menor de todos estaba durmiendo en la cama de Jimin, Jungkook dormía en un colchón inflable sobre el suelo en una esquina de la habitación y Jimin igual que el azabache pero en otra esquina.

– bien amores, cualquier cosa que necesiten ya saben, pueden ir y despertarme, ¿Si?

Ambos niños mayores asienten y la señora Park cierra la puerta de la habitación.

– que sueñes lindo, conejito.

– igual tú, Mochi.