Depression >Jikook<

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Cuando el mayor terminó de hacer la pregunta Jungkook ríe nervioso.

– No la hemos tenido.

– Exacto– asiente con la cabeza– alistate.

– ¿Qué?

– Saldremos en una hora y media ¿Quieres que salga y toque la puerta como si te hubiese venido a buscar?–bromea.

Ambos ríen con lo dicho y Jungkook se levanta del suelo dirigiéndose al baño para así asearse y alistarse completamente.
Jimin también se duchó y alistó.

Al estar ya listos se miraron y una sonrisa nerviosa salió de los labios del menor.

– En marcha, hermoso– se despiden de su madre y al estar fuera Jimin toma de su mano.

– Y... ¿Dónde iremos?– pregunta algo desorientado porque él era un caos si se trataba de dirigirse por sí solo a alguna dirección.

– A un lugar con un paisaje muy bonito que realmente me gusta, quiero que lo conozcas y espero que también te guste– sonríe haciendo desaparecer su ojos.

Tras unos cuantos minutos de caminata lograron llegar.

– Bien. Aquí estamos, parque Yeouido.

Jungkook sonríe en grande fascinado por la vista que lograba obtener.

Los árboles de cerezos estaban florecidos. Algunos con flores de un hermoso color rosa que se hacía más intenso en el centro, mientras que otros eran tan blancos que parecían estar cubiertos de nieve.

Parejas de todas las edades paseaban bajo esas flores cuyos pétalos caían con la brisa del viento.

Era asombroso porque las flores de estos árboles no duraban mucho ya que al ser tan delicadas hasta con el más mínimo toque se caían y, estar en esta época, admirarlos así de hermosos era lo mejor que Jungkook había apreciado.

–Jiminnie esto es sorprendente– susurra.

– Así es– separa la vista de aquellas flores y las dirige al azabache– ven, demos un paseo.

Ambos tomados de la mano se dirigieron y comenzaron a charlar entre risas bajo los árboles. Parecían una pareja más entre el montón.

Llegaron a una parte en específico donde se podía ver cómo los amantes dejaban deseos o mensajes escritos en unas cintas de colores y las ataban junto a otras.

Jungkook tira de la mano a Jimin y lo lleva a ese lugar donde feliz toma una cinta y comienza a escribir en ella.
Cuando Jimin se acerca para observar lo que escribía el menor tapa con su brazo impidiéndole la vista.

–Oh, Jungkookie~– se queja.

– Mmm ¡No!– ríe y de a saltitos va a poner la cinta junto a las otras.

Jimin niega divertido y lo apresura al notar que el sol se estaba ocultando y tarde se estaba haciendo.

Cuando regresaron la madre de Jimin los recibió con la cena lista.
Los cuatro cenaron tranquilos y al terminar de ordenar se fueron a acostar cada uno a sus respectivas habitaciones.

Jungkook regresaba del baño tras lavar sus dientes y se acuesta en la cama al lado de Jimin.
Cuando ambos estaban en silencio y el menor ya casi dormido Jimin habla.

– ¿Me dirás qué fue lo que escribiste en esa cinta?– susurra mirando al techo.

– No– ríe.

– ¡Vamos!

– Descansa, Jiminnie.

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Parque Yeouido: