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El pequeño azabache iba de regreso a la casa de Jimin después del colegio.

La calle en esos momentos estaba tan vacía que parecía la de un pueblo fantasma.
Un ruido de escuchó y Jungkook alertó sus sentidos.
En un momento al otro fue fuertemente tironeado de su brazo por alguien hasta dejarlo dentro de una camioneta.
Aquella persona ríe y le acaricia la mejilla cuando se posicionó sobre él.

– ¿Pensaste que te libraste de mí, mocoso?

Los ojos de Jungkook se llenaron de lágrimas rápidamente y comenzaron a deslizarse por sus mejillas, su pecho comenzó a doler y su estómago a estrujarse al reconocer esa voz.

Era su padre y lo estaba comenzando a tocar tal y como lo había hecho el día que lo violó.

Jungkook miró a todos lados tratando de encontrar algo con qué defenderse pero lo único que encontró hizo que sintiera como todo se paraba, como no respiraba. Se sentía asfixiado.

Su pequeño hermano estaba allí.
Muerto y rodeado por un charco de sangre.

Fue en ese momento cuando abrió sus ojos notando la oscuridad que lo rodeaba.

Estaba sudado, su frente estaba algo caliente al igual que sus mejillas empapadas de lágrimas. Su ritmo cardíaco parecía estallar y su respiración era errática.

No quería dormir. Tenía miedo de que si volviese a cerrar sus ojos, esa horrible pesadilla regrese a él.

A unos metros ve un bollito de su tamaño moverse en un colchón y recuerda que era Jimin.

Algo dudoso se levanta de su cama y camina sin hacer ruido hasta al lado de Jimin.

– Mochi– susurra y toca su hombro.

El nombrado abre pesadamente los ojos y lo ve a Jungkook arrodillado frente a él. Gracias a la luz que entraba por la ventana pudo ver lo brilloso que tenía la zona de las mejillas y rápidamente se sienta sobre sí al darse cuenta que el menor de ellos dos estaba llorando.

Sin dudarlo abrazó al pequeño y asustado cuerpo.

– ¿tuviste una pesadilla?– susurra sobre el cuello de Jungkook quien asintió– ven.

Hizo lugar en su cama y atrajo al menor a su cuerpo acostándolo a su lado, pasó un brazo por su cintura y otro detrás de su cuello como si de una almohada se tratase haciendo que el menor quedara totalmente entre sus brazos.
Jungkook escondió su cara en el hueco que había entre el cuello y pecho de Jimin y pocos minutos después logró quedar dormido tranquilamente.

Ahora sí, sin pesadillas.

Depression >Jikook<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora