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Narra Jungkook

Mi cuerpo estaba siendo levantado por unos brazos fuertes logrando despegar mi cuerpo de ese duro, frío y húmedo cemento a una superficie más blanda.
No podía moverme, cualquier movimiento hasta respirar dolía.

– ¿Quién de ustedes lo acompaña?– una voz gruesa pregunta.

– ¿Vas tú?

– Tú lo oíste, YoonGi, debes ir tú. Yo te encuentro allá en el hospital.

¿YoonGi? No sé quién seas, pero gracias, tú me salvaste.

Nadie más habló y segundos después el sonido de un motor hizo presencia.

Abro los ojos con lentitud, estos pesaban y sentía que mi cabeza daba vueltas. Al poder fijar mi vista en la persona que estaba al lado mío noto que tenía la piel pálida y un cabello azabache y brillante, estaba levemente rizado, sus labios finos, húmedos y rosados. Era muy tierno.

Abro mi boca intentando decir algo pero solo un pequeño quejido salió de mi garganta.

– ¡oh! Despertaste– sus ojos, no me había fijado en ellos, eran de un color muy oscuro, parecían no tener un fin y te invitan a observarlo por horas, estaban cristalinos.

¿Se preocupa por mí? ¿Quién eres?

El pálido al notar mi cara confundida intenta sonreír levemente mostrándome una sonrisa de dientes pequeños y tiernos.
Era la sonrisa más tierna que he visto, hasta me animaría a decir que superaba la de Jimin, pero el puesto de pureza nadie se lo arrebataría.

– Mi nombre es Min YoonGi, pero puedes decirme como gustes. Tu eres Jungkook, Jeon Jungkook, ¿No?– asiento levemente apenas moviendo mi cabeza y YoonGi vuelve a mostrarme una de sus sonrisas– vas al mismo instituto que yo, solo que voy a unos años más adelantados– acaricia mi mano con sus dedos mientras soltaba un suspiro.

¿Cómo sabe tanto de mí? Es decir, son cosas simples pero si me preguntan a mí sobre alguien de un curso menor o mayor no sabría siquiera de su existencia.

YoonGi abrió la boca con intención de decir algo más pero las puertas fueron abiertas e inmediatamente unos médicos me sacaron de allí dentro llevándome a una habitación donde desinfectaron y vendaron mis heridas externas, hicieron una radiografía y luego me llevaron a una habitación donde estaría quién sabe cuánto tiempo.

Jimin, por un momento cuando estaba entre esos brazos cálidos pensé que se trataba de ti.

– Hola– levanto la mirada y allí estaba YoonGi, caminaba hasta sentarse en el asiento al lado mío– descansa, te hará bien. Si necesitas algo yo estaré acá así que no dudes en pedírmelo y le avisaré al médico.

Asiento y lo veo relajar los músculos cuando mi boca hizo levemente una sonrisa.

– Gracias... Por todo, YoonGi– susurro una vez con mis ojos cerrados decidido a hacerle caso y dormir unas horas.

Depression >Jikook<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora