Depression >Jikook<

52

El abache se despierta por el leve sonido de la puerta de la habitación cerrarse. Se frota los ojos con sus manos hechas puños y suelta un suspiro mientras estiraba las puntas de sus pies.
Sin poder conseguir el sueño nuevamente decide levantarse.

Era sábado, su idea era dormir hasta que su madre suba por las escaleras a decirle que el almuerzo ya estaba listo pero sus planes cambiaron al oír lo silenciosa que se encontraba la casa.

Supuso que ShinHye y Yugyeom habrán salido a comprar cosas necesarias -o no tanto- en el mercado, mientras él quedaba con Jimin.

Se baja de la cama sintiendo el frío piso bajo sus pies y sus tobillos doler levemente por el peso pero rápidamente acostumbrándose se dirige al armario dispuesto a ponerse algo cómodo para estar dentro de su hogar.

Saca unos shorts negros y una camiseta del mismo color unos cuántos talles más grandes que los de él tapándolo por completo.

Baja las escaleras en silencio sin provocar sonido alguno mientras veía la espalda de su Jiminnie caminar hacia la puerta. Se dirige a la cocina, y con demás hambre abre la heladera viendo que sería lo primero que pueda comer, saca una botella de agua mineral y cuando se estaba por marchar de la cocina toma una banana que había sobre el centro de la mesa.

Llega al salón donde se sienta en uno de los grandes sillines, con la diestra sostiene la banana y con la zurda la botella de agua ya abierta.

Toma un grande trago y escucha unos pasos fuertes resonar seguidos de unos pasitos pequeños que parecían resonar de forma constante y apurados.

Sentado en forma en que sus piernas estén cruzadas y apoya la botella entre ellas para poder tomar con su mano ahora desocupada el control del televisor prendiéndolo.

– Jimin oppa~

Jungkook arruga la nariz al oír ese apodo pero asqueándose aún más por la propietaria de la voz.

– ¿Qué sucede, hermosa?

¿Hermosa? ¿Su apodo pero en femenino?
El malestar de estómago que Jungkook estaba sintiendo empeoró aún más tras eso último.

Decide regresar la vista a la televisión ignorando a la tonta personita que estaba ahora entrando al salón y a EunMi.

Con el ceño fruncido y demasiado interesado en el dibujo animado que estaba pasando por la pantalla mete la banana a su boca mordiendo un gran pedazo que hizo que sus mejillas se abultaran, masticaba tranquilo evitando ahogarse y traga.
Lame con la punta de su lengua sus labios quitando lo pegajoso de la fruta y vuelve a prestar atención al dibujo soltando una leve sonrisa.
La cual fue borrada cuando escuchó el insoportable barullo de chillidos tras él.

Con una cara digna de "te ahorco si sueltas un mísero sonido más" voltea la cabeza y se encuentra con Jimin congelado observándolo mientras ignoraba a la chica de su lado la cual estaba tironeando su brazo y soltando sucesivos "oppa".
Hasta pudo jurar que la boca del mayor estaba algo abierta y produciendo más saliva de lo normal.

– EunMi, vete por favor– habla en mayor y la nombrada sonríe al ver que él ya reaccionaba pero frunce el ceño al entender lo que dijo.

– Pero... ¿Y el trabajo? Falta poco para presentarlo y vamos a tener que vernos más seguido para terminarlo a tiempo.

– Falta un mes y medio para presentarlo y es demasiado fácil. Lamento haberte hecho venir hasta aquí, luego acordamos otro día y comenzamos– la dirige hacia la puerta y la chica iba a las quejas y con puros peros tratando de hacer una escusa coherente para pasar tiempo con él.

Lo último que Jungkook escuchó fue el fuerte sonido de la puerta cerrarse.

Algo confundido se levanta del sillón y se encamina a la puerta observando que no había nadie pero pegando un salto cuando siente unas manos apoyarse en su cintura desde atrás.

– Lo siento, Jungkookie. Esto está mal pero no puedo soportarlo– se acerca a los labios de Jungkook de forma rápida y antes de hacer contacto entre ellos susurra– deseo probarte desde hace años– y termina de unir el poco espacio que quedaba entre sus labios y los de apariencia suave y delirantes del menor.

Jungkook abre los ojos de sobremanera al sentir la posesiva unión que Jimin creaba entre ellos.

Quería separarse, se sentía desesperado.