Depression >Jikook<

15

Las tontas notas acosándolo pasaron de aparecer en su mesa escolar a aparecer en todos lados tales como dentro de su mochila, casillero, una estaba hasta dentro del bolsillo de su buzo escolar y no había notado quién era el causante de éstas. Pasaron de estar una cada dos semanas a llegar a tener hasta una por día y cada vez eran peores.

Jungkook ya no lloraba al abrir la carta en el colegio porque lo hacía una vez llegado a su casa donde se encerraba en el baño, prendía la ducha y lloraba mientras el agua caía sobre su espalda. Sus lágrimas saladas se mezclaban con el agua de la ducha. Cuando las lágrimas resbalaban por su mejilla, simplemente eran camufladas y confundidas por gotas de agua que resbalaban de su cabello a la punta de sus pies.

Este día no fue distinto, llegó a su casa avisándole a la mamá de Jimin que iría a ducharse, el ahora rubio de su amigo lo siguió con la mirada hasta que el azabache llegó a la cima de las escaleras y se perdió de vista.
Cuando estuvo ya con la muda de ropa nueva en manos las dejó sobre un estante del baño y abrió la ducha, cuando el agua estaba a su gusto se dio la vuelta y comenzó a sacarse las prendas de ropa, una vez desnudo se miró al reflejo del espejo que mostraba de su cintura para arriba.

Soy horrible. Todos se burlan de mí por haber tenido relaciones con mi padre, si solo supieran la verdad. Se burlan de mi físico, dicen que soy muy flaco y débil para poder defenderme. Tienen razón, yo jamás podría defenderme de ellos. ¿Que pensaría Jimin en lo que he caído? No puedo evitarlo. Perdón Jiminnie.

No era su culpa, pero aquellos o aquél que escribía esas cartas se aseguraba de dejarle en claro que todo lo era.
Tenía miedo de que Jimin se entere, no solo que fue violado por su padre, sino que tenía temor de que se entere de lo que él se hacía.

¿Que dirías si te enteraras de la verdad de mis mangas? Son largas en cualquier estación del año. Normal ¿No?

Con cuidado acaricia las cicatrices de su brazos, las mas nuevas estaban con una cáscara debido a que su cuerpo intentaba curarlas; otras eran simplemente líneas en sus brazos, como recordatorios de las veces que cayó y fue vencido; en algunas partes de sus brazos había moretones, moretones de colores como morados, rojizos o verdes, eran como una pintura. Entre las cicatrices y los moretones hacían una obra sobre su brazo.

Ya había aprendido a llorar sin largar sonido alguno, había veces en las que de noche se encontraba acostado con Jimin y éste ni se daba cuenta de la guerra que su menor estaba sufriendo al lado suyo.

Una vez duchado, sin ganas de cenar, se despide y sienta sobre su cama. Aprovecha la soledad de la habitación para sacar el viejo cuaderno que era de su madre donde ella solía escribir poemas que se le ocurrían, recetas o frases que oía y le parecían interesantes, lo utiliza como diario secreto y escribe diariamente, o al menos eso intentaba. Escribía lo que sentía, se descargaba allí, algunas hojas tenían rayones, otras una perfecta caligrafía, en algunas la letra estaba movida como si hubiese temblado al escribirlo, y una en especial había una gota de sangre que cayó una vez que él se había cortado mientras escribía encerrado en el baño.

Solo espero que nunca sepas lo que me pasó o lo que por ahora paso, no quiero que sufras por mi culpa. Eres la mejor persona, tú y tu madre. Hemos recibido tanto apoyo de su parte apesar de mis errores.
No puedo no hacer esos errores, Jiminnie, después de todo, yo soy uno de ellos.
¿Me perdonas?

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Hi! Les aclaro una cosa:

Lo que escribe.
Lo que piensa.

Ok? Ok