18. Cicatrices

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No era la primera vez que Carla hacía algo semejante, pero visto y considerando que las cosas no estaban tan mal entre nosotros, me sorprendió un poco.

El portero del edificio me sonrió con complicidad y se encogió de hombros negando levemente con la cabeza. Supongo que su gesto indicaba que no había mucho que hacer hasta que ella se calmara, o bueno, así lo interpreté yo que caminé cabizbajo hasta el pie de la escalera.

Cuando ingresé al departamento la música fuerte fue quien me recibió. Nash seguía teniendo esos gustos musicales tan raros a mi parecer. Conocí de inmediato aquella canción, "Wild Love", era bastante nueva pero inconfundiblemente se trataba de James Bay. El cantante había cambiado su estilo pero su voz era fácil de reconocer. Agradecí que estuviera escuchando sus temas nuevos, los viejos traían demasiados recuerdos que no eran necesarios citarlos.

Busqué un libro y me senté en el sillón, al parecer Nash estaba tomando una ducha, porque se podía oír su inarmónica voz salir de allí. La música nunca había sido una distracción a la hora de leer, incluso los gritos de Nash no me molestaban, pero sinceramente cuando sonó esa canción* no encontré otra opción más que apagar lo más rápido que pude aquel aparato. Ni siquiera evalué pasar a otro tema, porque en el fondo sabía que venían más de los mismos.

¡Me gusta esa canción! —gritó exageradamente cuando con claridad pude oír el agua de la ducha. Decidí ignorarlo, no había manera de dialogar de esa manera. —¡Josh!

Retomé mi lectura y sólo la dejé cuando un fuerte portazo me hizo girarme hacia la habitación.

—Te dije que ya estaba bien, que te —se detuvo cuando me vio sentando en el lugar. Pestañeó un poco perdido y recorrió el lugar en busca de su amigo.

—¿Tan rápido lo echaste? —consulté mirando con disimulo su torso desnudo: él no traía más que una toalla peligrosamente sujetada en su cintura.

—Josh siempre pasa cinco minutos y después se va —respondió con incomodidad revolviendo su cabello mojado.

—¿Tanto viaje para pasar sólo cinco minutos?

—Vive en el edificio de junto —agregó girando sobre sus talones para volver a la habitación. Aproveché la oportunidad para admirar su espalda ¿Cuándo demonios se había convertido en ese proyecto de atleta? —Lamento lo de la música, creí que no volverías por hoy.

—Sí, Carla decidió que mejor nos veíamos otro día —respondí encogiéndome de hombros y volviendo mis ojos al libro. —Así que me quedaré por aquí.

—Está bien —dijo desapareciendo finalmente tras la puerta.

Respiré profundamente y tragué saliva. No había manera que aún sintiera cosas por él... quiero decir, habían pasado 10 años. Pero claro que su aspecto no ayudaba demasiado, y ni hablar del sonrojo patente en sus mejillas, eso era quizás lo único que quedaba del Nash que yo recordaba.

Él regresó unos minutos después vestido con una bermuda y una musculosa deportiva, al parecer no tenía planes de salir por el momento.

—¿Pasó algo malo con ella? —consultó sentándose en el sillón individual frente a la televisor. Le di una pequeña negativa con mi cabeza. —Lo lamento.

—No es tu culpa, en serio —dije sin poder mirarlo. Siempre había sido muy malo mintiendo. —Puedes poner música si quieres, no quería ser grosero pero esa canción no me gusta.

—¿No? —quiso saber sorprendido largando una carcajada. Lo observé unos segundos. —Recuerdo que Scars era tu favorita.

—Pues quizás ya me aburrió.

—O quizás ahora tiene otro sentido en tu vida ¿No?

—Claro, quizás sea eso también —respondí demostrando desinterés, pero era justamente eso lo que me molestaba. Le regalé una falsa sonrisa y volví mis ojos al libro.

—Esta noche saldremos con los muchachos... por si quieres venir.

—¿Tú quieres que vaya? —no respondió. —No tienes que invitarme sólo por compromiso Nash, sé que eres mezquino con tus amigos.

—Era —me corrigió obligándome a mirarlo. Él realmente estaba serio. —Vamos, será divertido que los conozcas, además Carla dijo que te gustaba salir.

—Hace mucho que no lo hago —confesé pensativo. Tal vez no sería una mala idea... ¿O quizás sí? —De acuerdo, hagámoslo.







N/A: "Scars" de James bay.

Estás preparándote para marchar,
es hora de irse,
el motor está en marcha,
yo he perdido la razón.
Siempre supimos que este día llegaría,
y ahora, es más aterrador
de lo que nunca será.


Nos separamos,
te veo sobre el rojo horizonte,
tu corazón de león
te protegerá bajo los cielos tormentosos,
y yo siempre estaré aguzando el oído para oír tu risa
y tus lágrimas.


Y tan pronto como pueda abrazarte una vez más,
no te dejaré marchar,
lo juro.


Esta vez, pasamos por cicatrices,
pero me he decidido,
ya no podemos dejar atrás el "nosotros".

Tus manos está frías,
tus labios se vuelven azules,
estás temblando,
este frágil corazón,
tan pesado en mi pecho, se está rompiendo,
y en la oscuridad,
intentas llamarme desde una cabina.

Pero estás a millas de distancia,
te estás resquebrajando,
estás sola/o,
es difícil aceptarlo.
Necesito una hora solo para decirte hola,
pero no puedo hacerlo,
(esa es) la verdad sobre este ejercicio para ti y para mí.

Y por todos los centavos que tienes en tu bolsillo
apenas conseguimos un segundo para hablar.
Esta vez, pasamos por cicatrices,
pero me he decidido,
ya no podemos dejar atrás el "nosotros".
Por ahora nos tendrá que doler,
pero la próxima vez, no hay duda,
porque ya no puedo seguir sin ti.

Esta vez, pasamos por cicatrices,
pero me he decidido,
no, no podemos dejar atrás el "nosotros".
Por ahora nos tendrá que doler,
la próxima vez, no hay duda,
porque ya no puedo seguir sin ti.
No, ya no puedo seguir sin ti.

Temporal: Pasado Presente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora