—Eso me gustaría saber a mí también —dijo una voz ronca y profunda llamando nuestra atención. Antes de girarme a ver al recién llegado vi la mirada cargada de miedo de Josh. —¿Tú lo sabes?
—No —respondió a Nash y luego carraspeó con fuerzas. —Sólo lo estaba molestando. Se lo merece.
—Vete —dijo sin vueltas. Su amigo ni siquiera protestó antes de abandonar la habitación. Nash pasó por frente mío para ir a la ventana no sin antes mirar la caja que sostenía entre mis manos. —No sé que te dijo Josh y no me importa. Sólo vine para avisarte que me voy a mudar ahora mismo, no puedo seguir viviendo contigo después de lo que pasó ayer.
—Terminé con Carla —dije captando su mirada por unos segundos, él aún estaba realmente herido, tanto que ni siquiera pudo sostenerla por mucho tiempo. —Le pedí un tiempo porque no sé que siento por ella o qué siento por ti y no es justo para ninguno de los dos.
—¿Terminaste con ella o le pediste un tiempo? —consultó irónicamente antes de sacar un cigarrillo y encenderlo. —Porque no es lo mismo. Como pasó conmigo: ¿me dejaste o rompiste conmigo? Nunca lo entendí.
—Te dejé esa vez porque no tuve la fuerza suficiente para terminar contigo. Era demasiado cobarde.
—¿Eras? ¿En serio? —me dio la espalda y abrió la ventana dejando ingresar el frío aire de la mañana. —A mí no me pareces tan diferente ahora. ¿Hablaste siquiera con ese muchacho?
—¿Con quién?
—El de las fotos —respondió con su voz notablemente contraída. —Y yo que estaba preocupado porque pudiera haber sido yo y Carla podía sospechar... soy un idiota.
—Nash.
—No te me acerques —advirtió aún estando de espaldas cuando estaba apunto de ponerme de pie. —Y respóndeme la pregunta.
—No lo conozco.
—Lo sabía. Lo amas y no lo conoces. Patético y repugnante como tú lo eres —dijo con voz punzante. —Cobarde. Eres un cobarde y siempre lo has sido.
—Lo sé.
—Incluso ahora. Ahora no terminaste con Carla, le pediste un tiempo. Un tiempo ¿Entiendes? —consultó riendo, todo parte de su máscara defensiva. Aunque claro, su cara hinchada no podía ocultar que había llorado toda la noche. —¿Tanto necesitas un puerto seguro?
—¿Puerto seguro?
—Pues antes me tenías a mí. Tú bien sabías que cuando regresaras yo te estaría esperando. Lo estaba haciendo incluso hasta hace unos días —dijo dándose vuelta y mirándome con sus ojos entrecerrados. Él estaba apunto de romper a llorar. —Pero ahora sabes que no es así. Sabes que me perdiste por completo. Entonces, quieres probar conmigo a ver si vuelvo a ser tu puerto seguro, pero mientras tanto la tienes a ella.
—No sé qué estás diciendo.
—Lo sabes y lo entiendes. Quizás no te hayas dado cuenta, pero sabes perfectamente que lo que te estoy diciendo es verdad.
—Estás dolido y lo entiendo pero
—Yo siempre estoy dolido —aseguró con su mandíbula apretada —y siempre es por tu culpa.
—Nash, de verdad lamento lo de anoche.
—Rompiste lo poco que había entero en mi ¿Entiendes eso? —consultó aún más enojado apretando sus puños. —¿Por qué tuviste que volver?
—No fue apropósito y tú lo sabes. Lo lamento.
—Me arrepiento tanto de haber aceptado al compañero de habitación. Debí decir que no, debí negarme y pagar el alquiler completo aunque se hubiera estirado un poco más mi carrera, porque desde que cruzaste esa puerta no has hecho nada más que traer el pasado al presente para repetirlo una vez más y terminar de matar lo poco que quedaba de mí —dijo con sus dientes apretados no pudiendo evitar derramar un par de lágrimas de enojo. —Debí golpearte en cuanto te vi, como me había pedido tu padre, pero claro... tenía que tratar de aparentar que tú no me importabas cuando en realidad en cuanto te vi todo, todo lo que sentía volvió con un solo parpadear. Te odio por eso. De verdad, de verdad te odio.
ESTÁS LEYENDO
Temporal: Pasado Presente.
RomanceIan tiene muy en claro que hay cosas del pasado que no se pueden cambiar, pero también sabe que él tiene la habilidad de congelar algunos recuerdos y es feliz viviendo de esa manera. ¿Qué pasará cuando uno de esos recuerdos aparezca en el presente...