Me senté junto a ellas porque mis piernas no me permitieron ir más lejos. Tomé la primera de las fotos y la sujeté en mis manos aunque en realidad no la estaba viendo, mi atención estaba concentrada en Josh que se había ubicado a unos metros de mí, con sus brazos cruzados y ceño fruncido.
—Cuando Nash llegó con esa estúpida historia que le había contado tu novia sobre tu enamoramiento pasajero con otro hombre, cuando me habló de las fotos, pensé, ilusamente, que el que en realidad había seguido a Nash durante años eras tú. Que esas fotos que guardabas tan celosamente pertenecían a mi amigo —dijo con la garganta apretada. Largó una carcajada cargada de ironía y miró al exterior. —Soy un romántico pero a veces también me paso de idiota.
—Esto no es lo que parece.
—¿No? Porque las anotaciones son bastante claras y ese sujeto no es Nash —acotó de inmediato. —No porque haya sido platónico quiere decir que no pasó.
—No fue nada, lo juro.
—Nash ni siquiera tuvo un enamoramiento de ese tipo, para con nadie. Porque por más que dijera que te había superado y asegurara que no te pensaba más, eso era una mentira. Está bien —se apresuró a decir cuando abrí mi boca —no es como si fuera tu culpa. Es algo que él debió trabajar con ayuda de algún profesional, pero no lo hizo. Por eso cuando volviste y te metiste nuevamente bajo su piel pensó que quizás tú habías pasado por lo mismo que él. Pero no fue así y no lo niegues.
—Tú no sabes nada de esto —aseguré señalando las fotos y devolviendo la primera a la fila. —Yo ni siquiera supe su nombre, nunca.
—Pero si lo amabas ¿o no? —consultó con intriga.
—No lo sé ¿De acuerdo? Él me atraía, míralo, es atrayente —suspiré tomando otra de las fotos, la que más me gustaba. —Él era misterioso y de pronto lo comencé a seguir con mi mirada. Nada más.
—Esto —señaló el montón de fotos —no es "nada más".
Bajé la foto que había tomado y la acomodé en su lugar. Por supuesto que no era "nada más", esos habían sido dos años de un amor completamente platónico que me había hecho olvidar a Nash por unos meses, por mucho tiempo, tanto que llegué a creer que él era todo para mí, aunque no hubiéramos cruzado ni una sola palabra, ni una sola vez.
—Estas fotos fueron tomadas en la universidad —observó distraídamente. Él no necesitaba que yo se lo rectifique. —¿No lo has vuelto a ver?
—Cuando yo llegué a estudiar aquí, a la ciudad, vivía en otro lugar. Trabajaba en una librería, aunque no me gustaba tanto aquello y solía pasar mucho tiempo en la facultad porque me quedaba en la mitad de los dos lugares. Aprovechaba de estudiar allí —respondí con calma recordando aquellos momentos. —Él también pasaba mucho tiempo en la cafetería, en la biblioteca, en el SUM. Siempre era él. Me llamó la atención, tu puedes ver que es atractivo ¿no?
—No es de mi gusto pero...
—Y simplemente lo comencé a seguir con mi mirada. De pronto, tenía la cámara en mis manos y le sacaba fotos inventándome una historia ridícula para sobrellevar aquello que sentía y que no podía siquiera decirlo —dije girando una de las fotos. —Estas palabras, la mayoría son inventadas. Él y yo nunca tuvimos nada, sólo escribía imaginándome que lo habíamos tenido y él había decidido dejarme.
—Como tú lo habías hecho con Nash.
—Supongo —me encogí de hombros. —Las fechas si son verdaderas —continué. —Aunque claro que debí hacer una selección porque tenía muchas fotos de él... estaba algo así con obsesionado por inventarle una historia ya que no sabía la real.
—¿Cuáles eran tus hipótesis?
—No lo sé... él siempre parecía muy solitario así que le asigné una personalidad complicada. A pesar de ser atractivo fueron muy pocas veces las que lo vi acompañado —me encogí de hombros. —Este sujeto, a él le gustaba este sujeto —señalé al chico que estaba con él en una de las fotos. —Siempre lo miraba, lo seguía como yo lo hacía con él. Pero él tenía un novio, entonces de un momento a otro dejó de juntarse con ellos. Es la única foto que tengo de él con otra persona... y le inventé un novio al rubio para que nuestra historia fuera posible —continué avergonzado.
—Qué romántico —rió irónicamente Josh.
—No tenía mucha familia tampoco —dije tomando una de las fotografías en las que él tenía su celular entre sus manos. —Casi nunca mandaba mensajes o usaba su teléfono. Le gustaba leer, siempre estaba con un libro entre sus manos aunque no sé que tanto leía o si sólo lo usaba como repelente para personas. No le gustaba la música. Creo que nunca lo vi con sus auriculares puestos. Pero, para mí, era una persona buena. Él siempre estaba atento de todos a su alrededor y no dudaba en ayudar a alguien si así lo requería. Tenía esa mirada —sonreí al recordarlo —que conquistaba a todo el mundo pero no lo suficiente para que quisieran permanecer con él.
—¿Qué estudiaba?
—No lo sé... nunca pude averiguar a dónde iba luego de compartir los lugares que frecuentábamos. Pero sabía que no era artes porque no lo vi nunca en mi facultad —aseguré resignado. No me había esforzado en averiguarlo tampoco.
—¿Era gay?
—Lo era en mi cabeza, yo tuve una oportunidad con él ¿sabes? —reí tomando la última que le había tomado. Él estaba de costado, mirando algo que no podía recordar pero estaba seguro que tenía que ver con el rubio.
—No lo es.
—¿Qué?
—Él no es gay —aseguró dándome la espalda. —Así que no tendrías oportunidad.
—¿Lo conoces?
—Solía hacerlo aunque no lo he frecuentado en años.
—¿Estás bromeando conmigo? —insistí casi con desesperación. ¿Podía ser eso posible?
—¿Por qué lo haría?
—¿Venganza?
—Yo no soy así. De verdad sé quién es —volvió a verme. —¿Quieres saber quién es?
Lo miré sintiendo mi respiración pesada. ¿Quería hacerlo? ¿Qué pasaba si realmente no era como yo o había inventado? No... preferiría quedarme con ese hombre inventado.
—No sé porqué no lo has vuelto a ver, está en su último año creo, pero sigue por allí, dando vueltas.
—¿Lo has visto? —consulté lleno de curiosidad. Él asintió. —Oh... yo creo que hace más de dos años que no lo hago.
—Quizás porque ya tenías a alguien que te distrajera —dijo encogiéndose de hombros. —Carla y luego Nash. Pero ¿Realmente lo has olvidado?
—Por supuesto —aseguré comenzando a jugar las fotografías para guardarlas en su caja. —Estoy demasiado confundido ahora como para pensar en él, además ya te dije que no fue nada. Un enamoramiento platónico nada más.
—Es bastante similar a cómo lo describriste, bueno, lo era en aquel entonces aunque no nos conocemos tanto —dijo girándose a verme. —¿No quieres saber si quiera su nombre?
—¿Para qué me serviría? ¿Para buscarlo? —me reí. —Ese no es mi estilo.
—No, él tuyo es dejar y destruir a las persona.
—Cuidado —advertí de mala gana pero él ni siquiera se conmovió. —De todas maneras, a pesar de ser un idiota, él no te merecería.
—¿Nash?
—No. Ese chico —dijo señalando las fotos en mis manos.
—Como sea —rezongué poniéndolas dentro y cerrando su tapa. Tragué saliva y levanté mi vista la muchacho que esperaba divertido. —¿Cómo se llama?
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Temporal: Pasado Presente.
RomanceIan tiene muy en claro que hay cosas del pasado que no se pueden cambiar, pero también sabe que él tiene la habilidad de congelar algunos recuerdos y es feliz viviendo de esa manera. ¿Qué pasará cuando uno de esos recuerdos aparezca en el presente...