Durante la noche del viernes y madrugada del sábado sólo Ian y yo permanecimos en la sala velatoria. Todos habían ido a descansar porque había sido un día agotador pero yo no quise irme, esos eran mis últimos minutos con ellos y un poco de cansancio no iba a robármelos.
Le dije a Ian que se fuera también, que quería estar sólo pero él sabía perfectamente que lo último que quería en la vida era que me dejara. (</3)
Se quedó conmigo abrazándome y consolándome toda la maldita noche, hablamos mucho e intentó en vano apaciguar mi enojo. Porque sí, yo estaba enojado con mis padres por haberme dejado de la forma en que lo hicieron.
—Ellos no eligieron dejarte Nash —fue su consuelo mientras yo lloraba en su regazo. Estaba muy cansado, de todo, de llorar, de sufrir, de lamentarme, pero sin embargo no podía dormir. —Fue un accidente.
—Yo sé eso —sollocé mientras las manos de Ian acariciaban mi cabello. —Pero no entiendo cómo nunca pensaron que si algo así pasaba yo me quedaría completamente solo en este mundo.
—No estás solo, me tienes a mí.
—Lo sé Nipon, pero sabes a qué me refiero —suspiré con dolor. —¿Por qué no tuvieron más hijos? ¿Por qué sólo a mí?
—Ellos querían darte lo mejor por eso te tuvieron sólo a ti.
—Yo no quiero eso para mis hijos —afirmé con convicción. —Quiero tener muchos hijos y una gran familia. Porque si algo inesperado me llega a suceder no quiero que pasen por lo que yo estoy pasando en este minuto.
—Nash.
—Yo sé... sé que somos muy jóvenes y es una decisión muy apresurada pero estoy seguro de lo que quiero —continué. —¿Te lo imaginas Nipon? Rodeado de tres de ellos con sus respectivas familias e hijos, sería maravilloso ¿No es cierto?
—No lo dudo —afirmó besando mi cabello.
—Todo sería felicidad. Y si algo nos pasa entonces se tendrían los unos a los otros.
—Nada va a pasarte Nash, esto fue una desgracia pero no tiene que ser así.
—Pero si pasa no será como esto ¿Sabes? Sería menos doloroso si saben que aún les queda algo ¿No?
—Quizás sí o quizás no sería así... nunca sabremos eso —consoló levantándome de su regazo y mirándome amorosamente antes de besar mis labios. Acepté su gesto y sonreí porque una vida con él era todo lo que podía desear en ese momento.
Lo dejé ir cuando mis padrinos ingresaron en la sala. Ya pasaban de las ocho de la mañana y el servicio funerario sería en dos horas más.
Ian me sonrió una vez más e informó que iría por un baño y un cambio de ropa. Volvió a besarme, me dio un abrazo doloroso y se despidió con un "Nos vemos luego".
Pero ese "Luego" nunca llegó.
Esperamos impacientes en la sala por su regreso hasta que Patricia y Nicolás se disculparon diciendo que estaba retrasado, que nos vería directamente en el cementerio. Pero allí tampoco estaba aunque no pude notarlo de inmediato. Me encontraba tan destruido que no supe quién me consoló cuando ambos ataúdes fueron enterrados, pensé quizás que había sido él y le resté importancia a si estaba o no y sólo caí en la cuenta de que no había ido cuando llegamos a casa inmersos en un doloroso silencio.
—¿Dónde está Ian? —consulté a Patricia cuando me entregó el café. Ella me miró y negó con la cabeza. Quizás no lo sabía o quizás no quería decírmelo. —¿Él está bien? ¿Le pasó algo?
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Temporal: Pasado Presente.
RomantizmIan tiene muy en claro que hay cosas del pasado que no se pueden cambiar, pero también sabe que él tiene la habilidad de congelar algunos recuerdos y es feliz viviendo de esa manera. ¿Qué pasará cuando uno de esos recuerdos aparezca en el presente...