El pacto || blackpink x BTS

Paris y un acepto || Finales.

<< El estaba loco, pero loco por mi y yo por el... es por eso que aquí y en Paris te beso y acepto...>>

Bastó solo una semana acá en Europa para que el chico chantajeara a la antes castaña para llevarla un tarde lluviosa a la torre Eiffel, considerando que ayer ya habían ido a pleno sol.
Jimin sabía que a pesar que la lluvia fuese nostálgica para la su amada, no había nada mejor que la lluvia según ella. Amaba los climas así.

Las gotas eran música para la pareja cuando chocaban con el paraguas que habían comprado.
Rosé vestía con un vestido crema hasta las rodillas ajustando al cuerpo y unas botas cafés largas que le hacían justicia a su bello cuerpo, con ese chaquetón que llamaba la atención de todo quien la mirase.
La punta de la nariz combinaba a la perfección con las mejillas de su novio; pues estaba nervioso. Estaba a unos minutos de pedirle matrimonio.

Cuando Rosé se dio vuelta para admirar a todas las parejas que disfrutaban de la ciudad del amor Jimin se arrodilló y sacó de su bolsillo el anhelado anillo.
Aún así; mucho antes que la chica volteara le pasaron todos los recuerdos por su mente.
Cuando la conoció en aquel bar de mala fama y cayó a sus pies en menos de un segundo.
El momento cuando descubrió que ella no era quien decía ser, sino alguien mejor.
El mágico momento cuando ella se entregó en cuerpo y alma por primera vez a un chico; y ese chico es el.
Esa triste llamada del accidente; donde el inclusive pensó con acabar a vida para salvar la de ella.
Todo eso pasó en un segundo.

Como si de una película se tratase, Rosé en cámara lenta se dio vuelta y sus ojos se llenaron de lágrimas.
El anillo y el chico arrodillado.
Todo en la situación que ella se había imaginado pero que nunca antes lo había declarado.

Jimin, le estaba pidiendo matrimonio.
Le pedía matrimonio a la chica de sus sueños.

¿Que haces Jimin?- La chica se sentó junto a él en el piso mientras su novio aún estaba posicionado pidiéndole su mano.
Te amo Roseanne- Rosé quito de la frente el cabello que bailaba con el viento que no dejaba verla bien, mientras la lluvia aún seguía al compás del amor de todas las parejas que pasean por acá, en especial Jimin y Rosé.-¡Casémonos Rosé! Casémonos- Jimin se levantó y aún tiritando de los nervios le puso el anillo.

•

La noche llena de pasión y amor ya había terminado, y entrelazados con las blanquecinas sábanas los rayos del Sol golpearon los ojos de la delgada chica.

Amor- Susurro en el pecho de Jimin.
Ah- Dijo somnoliento.
¿Que tal si nos casamos hoy?- Rosé tomó las riendas del asunto.
Estás loca- Río.- Esperemos a llegar a Seúl Rosé- La abrazo llevándola de nuevo a la cama.
No...- La chica se levantó dejándola solo vestida con el sol.- Amor... casémonos hoy

•

El vestido blanco corto, primaveral y para nada normal iba a la perfección con el cabello al viento castaño con unas flores en unas pequeñas trenzas y esos tacones rosa que combinaban con los labios de Roseanne.
Jimin y su camisa blanca suelta y algo trasparente a los rayos del Sol iban Perfecto con su juvenil amor.
La iglesia era pequeña y de ladrillos viejos donde solo habían unos cuantos parisinos que los chicos invitaron para ser testigos de su amor.
La música del acordeón era la marcha nupcial de la pareja y entre risas y caricias en sus manos llegaron donde el cura que los casaría.

A pesar que ellos no conocieran el idioma, el amor era lo único que hoy se hablaría.
Ambos entendieron que era el momento de compartir sus votos.

Jimin, eres luz, eres mi luz... yo nunca pensé en ser feliz y mucho menos conocer a alguien con quien compartirlo... Jimin muchas gracias por llegar a mi vida y darle un sentido a ella; hoy, Hoy como Rosé quiero decirte que te amo y que quiero casarme contigo y hacernos feliz...-la armoniosa voz de Rosé retumbó los odios de la iglesia y sobre todo de su novio.

No tengo palabras más que actos, las caricias los besos y nosotros mismos... no soy bueno con las palabras pero si prometo cuidarte y amarnos, construirnos hasta llegar a la plenitud, esto es solo una locura del tiempo como las que solemos tomar... y esas locuras nos hacen ser nosotros , lo que quiero decir es que... Rosé yo te amo más que nada y se que tú a mi; juntos podemos llegar al amor en su máxima expresión multiplicando por diez

Los tacones de la chica resonaban en la iglesia mientras ellos se iban de la mano; estaban casados.
El cura y los parisinos les aplaudían sin cesar; el idioma no es una barrera cuando se habla del amor.

Jimin y Rosé formalizaron lo que ya tanto todos sabían, están casados.

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Quedan 8 capítulos

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