Capítulo 15.

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Blake Sharman

Domingo por la noche. Tener esa sensación de preferir desaparecer antes que acostarte y saber que en un santiamén te tele-transportarás al lunes por la mañana.

El fin de semana ha pasado rápido y no lo he aprovechado como quería.

Ian y yo apenas hablamos. Tenemos una conversación pendiente después de lo ocurrido en la fiesta. Aún sigo intrigada y preocupada por él y por si está enfadado conmigo.

Además Dereck me prometió que vendría a verme y no lo ha hecho. Llevo esperando su llegada desde el sábado por la tarde.

Mi frustración llega a sus límites.

Avanzo descalza por mi habitación, a punto de meterme bajo la colcha que cubre las sábanas de mi cama cuando, de repente, un ruido tras el cristal de mi ventana me distrae. Esto me suena; ya lo he vivido antes.

Corro hacia el cristal y abro el gran ventanal.

—Pensé que no vendrías—me lamento, cayendo en sus brazos al verlo.

El frío recorre todo mi cuerpo, haciéndome temblar y poniendo mi vello de punta.

Sus brazos me cobijan y me llevan hasta la cama, donde me suelta y se da la vuelta para volver a cerrar la ventana.

—Lo siento, Blake. He tenido... ciertas complicaciones—se excusa, preocupado—. ¿Qué has hecho este fin de semana? ¿Te encuentras mejor?—pregunta, interesado, y toma asiento junto a mí.

Mis pies desnudos quedan sobre la colcha y cruzo mis piernas. Lo tengo a pocos centímetros de mí. Quizás él sea más hombre que cualquier chico del instituto, justo lo que necesito para mí. Quizás aquella noche me sintiera lo suficientemente cómoda y llena como para lanzarme a sus labios. Quizás quiera repetirlo hoy, ahora.

—He estado estudiando... Bueno, tonteando todo el día de acá para allá. Mamá no me ha dejado salir. No entiendo por qué ahora se pone en plan sargento conmigo—suspiro, cabreada—. Al menos no he vuelto a sentirme mal en todo este tiempo. No sé por qué me puse tan enferma, no llegué a notar nada hasta que salí de la casa—recuerdo, confusa.

—Te daría un bajón. No te preocupes, no creo que sea nada malo. Lo bueno es que estás bien—asiente. Su rostro se gira para mirar el mío.

Sus ojos se cruzan con mi mirada. La aparto de estos y la bajo hacia sus labios.

—No debería...—mascullo, cierro los ojos y, cuando los abro, acerco rápidamente mi rostro al suyo.

¿Qué me está pasando? Sí, realmente Dereck ha conseguido en poco tiempo lo que Lucas consiguió en demasiado. Con él me siento protegida, me siento bien, me siento más fuerte y más valiente. Y sí, antes de su llegada ya lo era, pero sus palabras me hacen pensar y meditar, suspirar y plantearme todo de forma distinta.

Creo que estoy volviendo a mis comienzos, creo que me estoy volviendo a enamorar de alguien.

Sus manos se mueven hasta quedar apoyadas sobre mi cintura. Con las mías rodeo su cuello y acaricio su pelo oscuro y suave mientras sus labios quedan unidos una y otra vez a los míos.

Mis palmas se deslizan por sus pectorales. Me quedo pasmada cuando los toco por debajo de su camiseta gris oscura y noto lo fuertes y grandes que son. No había notado lo bueno que estaba antes.

Él, mientras tanto, me acerca hacia su cuerpo hasta que acabo más cerca, con mis piernas rozando las suyas.

Bajo aún más mis manos y, cuando llego a su abdomen, el beso queda paralizado. Sus labios paran en seco y me suelta.

Lo que amansa las bestias (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora