Capítulo 25.

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Blake Sharman

—¿Por qué lo has dejado estar?—pregunto, caminando junto a ella en dirección a la biblioteca, tras un duro entrenamiento.

—Porque sabía lo que me buscaba actuando así—responde Roxanne, entrando por la puerta, apresurada.

—No es solo por eso... Lucas te contó lo que pasó, ¿no es así?—ato cabos, pero la gran muchedumbre de chicas alrededor de las listas la hacen ignorarme por completo durante varios segundos.

—Lucas aún tiene el corazón muy virgen. Aún piensa en ti, no merece alguien como yo—airea su pelo y observa la lista.

Medito sus palabras. Desde luego, los borrachos no siempre dicen locuras. Quizás Lucas intentó decirme algo aquella noche. Quizás no estuviera delirando tanto como yo pensaba.

Sacudo mi cabeza.

No puedo pensar más en él. Ahora Dereck es mi confidente, mi mejor amigo, mi protector, mi maestro, mi compañero... Él y yo tenemos una misión y quizás en el rumbo a llevarla a cabo mis sentimientos aumenten aún más.

Suspiro y camino hacia delante cuando veo que las chicas van dejando hueco frente al tablero.

Ahora parece que controlo mejor mis nervios: ya asumí quedar fuera una vez, y volveré a afrontarlo una segunda vez.

Me acerco a la lista y comienzo a pasar el dedo sobre ella desde el principio. Busco mi apellido entre tantos y, al llegar a la línea de corte me vuelve a sorprender ver que no estoy dentro, una semana más. Sin embargo, al seguir mirando, observo que he subido de puesto. Estoy la primera por debajo del corte. No está mal, pero sigue quedando fuera de mis expectativas.

Vuelvo a resoplar, caminando rápido hacia la salida de la biblioteca y, a continuación, a la del instituto. En invierno anochece antes, aunque raramente conseguimos ver la luz del sol durante el día. El cielo permanece cubierto de nubes más negras que el tizón, algo que me entristece y me deprime continuamente y me quita la poca energía con la que despierto cada mañana.

Empujo la pesada puerta y bajo los escalones, saliendo de la zona escolar, hacia la calle principal.

Respiro hondo y cierro los ojos por un momento. Desde mi última aparición Dereck no ha dado señas de vida.

De forma intencionada busco el camino de vuelta a casa contiguo al bosque. Escucho con esmero y tranquilidad el sonido de las hojas de los árboles moverse unas contra otras debido a la fuerza del viento. Me gusta y a la vez me aterra. El bosque es un lugar que esconde miles de misterios y criaturas en las que nadie realmente cree, ni siquiera yo a día de hoy me digno a creer del todo, pensando que esto es un sueño del que nunca despertaré.

Después mis ojos se vuelcan hacia el cielo, observando la velocidad que llevan los nubarrones cargados de furia. Está a punto de llover, es más, ya está comenzando.

El viento toma más fuerza y, conforme una ráfaga aparta de mi rostro un par de mechones revoltosos avanzo por el camino, aun sintiendo a mi derecha la presencia del bosque.

El paso de peatones cada vez está más cerca y justo cuando mi pie avanza sobre él para cruzar bajo la mirada de un joven conductor cediéndome el paso comienzo a escuchar algo, no un sonido cualquiera, un rugido. Sé por mi experiencia que se encuentra lejos de aquí. No puedo averiguar de quién proviene, ni siquiera si lo conozco, pero sea quien sea está sufriendo, son rugidos de agonía.

Mi pulso se acelera y las dudas comienzan a aflorar en mi interior. Doy media vuelta y vuelvo a la acera. El conductor me observa perplejo y un tanto extrañado, pisa el acelerador y desaparece en la carretera.

Lo que amansa las bestias (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora