Capítulo 22.

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Blake Sharman

Al día siguiente llego temprano al instituto. No me gusta, ya que tengo que estar esperando un largo tiempo yo sola en el pasillo principal hasta que alguien conocido se digna a acercarse a hablar conmigo.

Abro mi taquilla y preparo los libros de las tres primeras horas. Cuando ya está todo listo, deslizo mi mirada hasta mi izquierda y observo un rostro conocido. Sí, y también me dan ganas de matarla.

Roxanne y una de sus amigas, también nadadora, aparecen de repente. Hablan entre ellas, de vez en cuando me miran con descaro y picardía. Roxanne ríe, y la expresión de su amiga me hace extrañar. Están hablando de mí, lo sé, pero no soy capaz de escuchar sus voces tan bien como lo hago con los rugidos de hombres lobo. Supongo que eso es lo único que puedo escuchar con mayor agudeza.

Cojo la puerta de la taquilla y la aprieto con mis dedos.

Quizás no necesite un súper oído para saber qué le está contando. Desde ayer no me ha vuelto a insistir en que delate a Lucas, y puede que no vuelva a hacerlo, porque ella ya está poniendo en marcha su plan.

Oh, dios, su plan. Cuando escuché que comenzó a a hablar de Dereck estallé en ira. Eso dio lugar a que mi transformación fuera inminente.

Bueno, al menos no tengo colmillos, garras y orejas puntiagudas. Eso sí que sería difícil de esconder.

—Dereck... Dereck...—musita ella, intentando que sus palabras lleguen a mis oídos de una vez.

Aprieto aún más el metal de la taquilla y respiro hondo pero con fuerza. No puedo evitarlo, quizás ahora sí que necesite un buen hombre lobo que la raje en dos y que la lleve directa al hospital. Si pudiera hacerle una de esas quemaduras...

Oh, no. Ahora ya sí puedo.

Comienzo a notar que mi visión cambia. Ahora lo veo todo mucho más claro. Sé que es un indicio de mi transformación.

Giro mi rostro y comienzo a mirar a todas partes, buscando el baño.

Sin embargo, cuando estoy de camino, temblorosa, observo algo que aquí debería estar fuera de lugar. Un aura como la de Dereck, Hayden, Jensen o Ian, un aura de colores cálidos, amarillos, naranjas, rojos... Dios, creo que tenemos un nuevo hombre lobo.

Sacudo mi cabeza varias veces cerrando los ojos, suspiro y, cuando vuelvo a abrirlos mi corazón estalla de ver que dicha persona es Lucas. Lucas tiene un aura idéntica a la de Dereck. Es un hombre lobo, estoy casi segura, solo necesito...

—Blake, buenos días—saluda Ian, tocando mi hombro y sacándome de mis pensamientos.

—Ian, necesito tu ayuda. ¿Puedes percibir algo? ¿Algún olor a hombre lobo?—pregunto en un susurro.

—Blake, ya sabes que Hayden y Jensen llegan siempre tarde—sonríe, pícaro, pero no me refería a ellos.

—No. Concéntrate, creo que hay otro más—digo, mientras agarro con fuerza su sudadera color magenta.

—Blake, no huelo nada. Tranquilízate. Recuerda que entre tú y yo, el veterano está aquí mismo—guiña, señalándose a sí mismo.

—No me vaciles—golpeo su brazo—. Estoy segura de que sí, estoy segura de lo que he visto...—farfullo.

—¿Qué has visto?—pregunta, observando su teléfono.

—Verás, cuando Dereck perdió el control en el bosque, yo estaba transformada. Al parecer mi visión también tiene cosas peculiares. Pude ver que a su alrededor había una especie de aura de colores cálidos, ¿entiendes? Un aura como la mía, quizás un poco más pequeña y de distinto color. Y estoy segura de que...—paro, frunzo el ceño y lo observo asentir mientras teclea en su teléfono. Sé que no me presta atención—. ¿¡Me estás escuchando!?—exclamo, molesta.

Lo que amansa las bestias (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora