Capítulo 14.

313 37 1
                                    

Dereck

Arrastro mi cuerpo hacia el exterior del bosque.

Ian, Hayden y Jensen se han puesto manos a la obra. Sé a ciencia cierta que, si por alguna casualidad Russell los encuentra merodeando por lo que él cree que es ahora su territorio, no les hará nada. Sí, dos de ellos son los betas enemigos, pero a él no le interesa iniciar una guerra antes de tiempo y más sabiendo que dos muertes como esas enfurecerían un alfa que está al acecho. Confío en que lo harán bien y recordarán las zonas más señaladas por el olor.

Mientras tanto, me reservo parte de mi plan tan solo para mí. Les he dicho que iría a descansar mientras mi organismo trata de curar las heridas, pero he decidido bajar a la ciudad y permanecer en la zona del bosque más cercana a ella.

Si consigo concentrarme podré escuchar bien si algo le ocurre a Blake o a cualquier otro ciudadano. Haré todo lo posible para que ningún alfa más muerda a los adolescentes de este instituto y mucho menos a los ciudadanos. No queremos que al final esta ciudad tenga más hombres lobo que humanos. Nuestro secreto ha permanecido escondido desde los principios de la creación, y así seguirá siendo.

Me deslizo por una pequeña cuesta de tierra junto a dos árboles, y me agarro a uno de sus troncos. Respiro hondo, cogiendo algo de aliento.

Me concentro lo suficiente para enfocar mí oído en busca de algo conocido, unos latidos conocidos, un olor conocido, incluso una voz conocida. Si consigo averiguar qué está haciendo ahora mismo, entonces me quedaré lo suficientemente tranquilo como para dormir y descansar hasta que las heridas se curen del todo y consiga volver con la suficientemente fuerza.

—Dereck—suena, por detrás de ambos árboles.

—¿Skylar?—mascullo, siendo consciente de que mi voz suena mucho mejor ahora.

Sé que, de las pocas veces que he estado en una situación parecida a esta, herido por un alfa o por algún cazador de hombres lobo, he tenido alucinaciones.

Skylar es una de mis hermanas pequeñas. De toda mi familia, ella ha sido un pilar fundamental de mi vida, nunca me ha faltado y no podría haber salido de la mayoría de mis problemas si no fuera por ella.

Sin embargo, cuando comenzaron a detectarse amenazas por ultrasonido de que las dinastías se dispersaban y comenzaban a reclamar tierras y poder, La Luna Nueva (el nombre que tenía nuestro poblado totalmente aislado de la sociedad) quedó totalmente dividida bajo el ataque de una manada entera de alfas aliados de la misma dinastía y todos los betas de sus manadas.

Perdí de vista a toda mi familia. Unos optaron por hacerse omegas, lobos solitarios, y sobrevivir siendo su propio alfa, sabiendo que un lobo siempre lo tiene mucho más difícil estando solo.

Otros betas escaparon en manada. Ahora buscarán un alfa de nuestra especie.

Yo, aun sabiendo que mi familia estaba allí y ninguno de ellos querría seguir al alfa de nuestra manada, opté por la opción más fácil: protección y un objetivo común. Comenzamos siendo muchos. Sin embargo, cada vez más de ellos optaban por volverse omegas, en busca de una vida solitaria o una nueva manada conforme Russell mostraba su lado más avaricioso, oscuro y malvado. La realidad de su alfa les golpeaba, y ellos huían. 

Mi familia escapó y yo fui el único que no cogió el mismo camino que ellos. Ahora no paro de culparme por ello, los echo de menos y no soporto ver que todo mi mundo se derrumba a mis pies. Necesito a parte de la manada a la que antes pertenecía. Necesito a mi familia.

—Dereck, ¿qué haces? Estás demacrado. Debiste escapar con nosotros en el momento adecuado—reprocha, agachándose frente a mí y mirándome fijamente a los ojos.

Lo que amansa las bestias (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora