(Paris)
—¿Estás seguro de que el regalo les va a gustar?
—Que sí, Paris. Por millonésima vez. —Gail me colocó la pajarita en su sitio y dio un par de pasos hacia atrás para observarme—. Sí, ahora ya estás perfecto.
Me giré hacia el espejo para poder verme en él, y di unos pequeños giros sobre mí mismo para no perder detalle de cómo me quedaba el traje.
—Hacía ya mucho tiempo que no iba tan arreglado —comenté—. Creo que la última vez fue en aquella cena que organizó papá.
—¿La de la inauguración de las nuevas oficinas en Brisbane?
—Sep', esa misma.
Aflojé un poco el cordón de la pajarita para que no me apretase tanto.
—En fin, pásalo bien y ya me contarás todo cuando vuelvas —dijo mi primo cruzándose de brazos—. Y sobre todo ten mucho cuidado y no bebas cosas raras. No queremos que vuelva a ocurrir lo de aquella noche.
—Tranquilo, Gail —sonreí—. Todo controlado.
El pelirrojo dejó escapar un suspiro y se acercó con la mano en alto para revolverme el pelo, pero la paró en seco a escasos centímetros del mismo.
—Te has librado porque no quiero despeinarte. Bastante nos ha costado engominar esa maraña azul —rió—. Aunque deberías de ir pensando en volver a teñirlo. Ya se te van notando ciertos mechones rubios.
—¿No dijiste en su momento que papá y mamá se enfadarían cuando me vieran así?
—Sí, no dudes que se enfadarán —afirmó—. Pero, si a ti te gusta, yo tomaré la responsabilidad y ya me ingeniaré alguna mentirijilla para que no se cabreen mucho —dijo convencido—. Además, he de reconocer que no te queda tan mal. Y ya nos hemos acostumbrado a verte color pitufo, así que...
—Es azul cielo.
—Pitufo.
Entrecerré los ojos en un intento de intimidarlo, pero al ver su sonrisa triunfante ante tal broma, se me escapó la risa y comencé a carcajearme con fuerza.
—Gracias, Gail.
—¿Gracias, por qué? —dudó.
—Por todo en general.
Mi primo esbozó una sonrisa sincera y, justo entonces, sonó el timbre de la entrada.

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De Príncipes y Princesos ©
RomanceParis Donahoe es un príncipe encerrado en su propio castillo. Hijo de uno de los empresarios más influyentes de todo Sídney, y cansado de comportarse siempre como el chico perfecto, su único escape de la realidad es su amor por la música y el pia...