19. Secretos, confesiones y miedo al rechazo

52K 3.6K 3K
                                    




(Paris)






Los labios de Gail se encontraban a escasos centímetros de los míos, pero, por mucho que quería apartarme y hacer que soltase mi brazo, seguía en una especie de shock' intentando comprender lo que estaba pasando.

Mi primo se acercó aún más a mí y, justo cuando pensé que iba a besarme, reaccioné y lo aparté dándole un pequeño empujón, a lo que él me miró confundido para acto seguido chasquear la lengua. Me soltó el brazo, dio varios pasos hacia atrás y volvió a escudriñarme con la mirada, aunque yo aún seguía igual de atónito y confundido al no saber a qué había venido todo eso.


—¿Gail? —intenté no balbucear—. ¿Por qué... has hecho eso?


El aludido desvió la mirada a un punto cualquiera de la habitación, y se frotó la nuca con una mano.


—Yo... mierda... —rechinó los dientes—. Ésto no tenía que salir precisamente de esta forma.


Cada vez estaba más confundido, y el que Gail se hubiese puesto a decir cosas en alto, para sí mismo, no ayudaba a nada. Además, ¿cómo era posible que mi propio primo hubiese intentado hacer... eso? No entendía nada de nada ni por qué se había dado esta extraña situación.


—Paris —me llamó, tomando toda mi atención—. Creo que... va siendo hora de que te cuente toda la verdad.


Ladeé la cabeza hacia un lado.


—¿La verdad? ¿Qué... verdad? —pregunté algo asustado.


Vi cómo tensaba su mandíbula y apretaba los puños, como si estuviese debatiendo mentalmente lo que me iba a decir.


—Yo... nosotros... —me miró, y pude observar una pizca de miedo reflejada en sus ojos—. Paris, nosotros... nosotros no somos familia.



__ __ __ __ __ __ __ __ __ __ __




(Kiam)






—¡A la mierda todo! —exclamé después de que se agotase mi última gota de paciencia.


No tenía ni la más puñetera idea de dónde se había ido Paris, y el que no respondiese mis llamadas ni mis mensajes me hacía pensar cualquier cosa, por lo que iba a ir a buscarlo ahora mismo estuviese donde estuviese.

De Príncipes y Princesos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora