CAPITULO 21 - DROGO

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Vete. Quiedo dogmig.

¿En serio, cosita? ¿Ahora quieres dormir?

Zi.

Drogo me mira divertido mientras que yo me hago un lío con las sábanas de la cama. Se acerca y me arropa con mucho cariño.

¿Gue hacez?

Arroparte. ¿No querías dormir?

, no... no .

Él se ríe. Se agacha y me da un beso en la frente mientras que, poco a poco, me voy quedando dormida. Cuando se dispone a salir por la puerta, por algún extraño motivo, decido no quiero que se vaya.

Dgogo.

Si sigues llamándome así te vas a atragantar, cosita —dice riéndose. Yo me río también. Dime.

No de vayaz.

¿Quieres que me quede contigo?

. Pod favod.

Drogo se tumba a mi lado y me abraza. Me siento tan a gusto que se me escapa un «aunque zeaz un cdetino, te quiedo, Dgogo». Antes de caer dormida escucho que Drogo me dice «yo también te quiero, cosita».

Me despierto sobresaltada. ¿Eso fue lo que pasó? Soy idiota. ¡Pobre Drogo! No me extraña que se comportara así.

Miro el reloj. Aún falta un poco para las siete. Mejor me levanto y me preparo. No sé lo que me espera hoy.

Bajo a desayunar y me encuentro con Nicolae en el comedor.

—Buenos días, Cris.

—Buenos días, Nicolae. Dime. ¿Qué haremos hoy?

—Lo primero de todo, ¿cómo llevas lo de la canalización?

En ese momento me doy cuenta de que estoy respirando con los pulmones y no con el estómago. ¡Lo he conseguido! Y todo gracias a Drogo.

—Bien. Ya he aprendido a respirar.

—Perfecto. Entonces, prepara una pequeña maleta. Salís en una hora.

—¿Salimos? ¿Tú no vienes?

—No. Yo tengo que quedarme investigando. Drogo irá contigo. Y no te preocupes, de los tres es el que más sabe de magia. Estoy seguro de que será un gran profesor.

—Gracias, Nicolae. En ese caso, iré a prepararme.

Como un rayo me dirijo a mi habitación y, una vez dentro, empiezo a bailar como una loca. Me ha costado mucho contener mis emociones delante de Nicolae y tengo que descargar de alguna manera. ¡Voy a pasar el fin de semana con Drogo! ¡No me lo puedo creer!

Mientras preparo la mochila, alguien llama a la puerta. Es Peter.

—Te veo muy emocionada, Cris.

—Sí. Estoy deseando empezar a practicar magia.

—¿Sólo eso?

—¿Y qué más puede ser?

—No sé. En fin, sólo quería preguntarte si te gustaría cambiar de profesor.

Mi cara cambia completamente provocando la risa de Peter.

—Es lo que me imaginaba. Pásatelo bien.

DC I: DESTINOS CRUZADOS √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora