CAPÍTULO 42 - ETERNO SEDUCTOR

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—Teníais que haberlo visto. ¡Ha sido increíble! Nunca había visto una conexión tan fuerte con la naturaleza.

Sonrío halagada por las palabras de Peter mientras acaricio al conejo. Todos se acercan a felicitarme pero, al acercarse Lorie, no me gusta como mira a Blanquito. Lucie se da cuenta y en seguida me lo quita de las manos.

—Trae. Le haré un conjuro para que ningún chupasangre le pueda morder —dice guiñándome un ojo. Le sonrío agradecida.

Tras la cena, Drogo me invita a dar un paseo y acepto enseguida. ¡Tenemos tan pocos momentos de intimidad!

De la mano nos acercamos al jardín y nos sentamos en un banco. Él me mira sonriente y con un extraño brillo en sus ojos.

—Lo estás haciendo muy bien, cosita. Estoy orgulloso de ti.

Le dedico una tímida sonrisa y él me da un suave beso en los labios.

—Y dime. ¿Cómo te va con mi mini-yo?

No puedo evitar reírme.

—Cada vez lo veo más, pero no me importa. Me encanta ese pequeñín.

—¿Más que el grande?

Le miro divertida.

—Es posible. Ese niño es todo un conquistador.

—¿Aún voy a tener que ponerme celoso?

—Tú mismo. Pero esta mañana me ha dicho que eras muy feo para mí.

No puedo evitar reírme ante la cara de asombro de Drogo.

—Me parece que voy a tener unas palabritas con ese pequeñín.

Pasa su brazo por mi espalda y nos quedamos en silencio mirando las estrellas.

—Sabes. Todo esto me da mucho miedo.

Me vuelvo hacia él y lo que veo no me gusta. Está realmente preocupado.

—¿Qué es lo que te da miedo?

—Que no salga bien. Que la historia se vuelva a repetir. Que no pueda evitar la locura de mi madre.

Es cierto, no había pensado en eso. Esa sería la principal consecuencia de mi objetivo, que minidrogo controle la magia. Soy consciente de que Drogo arrastra una pesada carga y yo tengo que ayudarle.

—No te preocupes, todo saldrá bien. Recuerda que tu ángel vela por ti.

Él me mira sonriendo.

—Te lo agradezco, pero ¿y si no soy capaz de controlar mis poderes? No sé si lo sabrás, pero yo era un niño muy torpe.

—Lo sé. Te he visto tocar el piano. —Nos reímos. —Ten fe, Drogo. Además, no soy la única que cuida de ti. Están Peter, Nicolae, Tom y Rose, tu madre.

—¿Cómo sabes el nombre de mi madre? —regunta intrigado. Yo le sonrió.

—Ella misma me lo dijo. Me advirtió que la casa me estaba poniendo a prueba. Sabe porque estoy aquí y creo que ella, más que nadie, desea que las cosas cambien.

—Espero que tengas razón.

Abrazados, volvemos a la casa. Ya es muy tarde y mañana nos espera un largo día.


Tras un buen desayuno, me dirijo al salón. Hoy comienzo con el control mental. Al cruzar la puerta, mi ánimo decae al encontrarme con Mia y Lorie. Esto no me gusta nada.

—¿Y Lucie?

Mia me sonríe con aire de superioridad. Sigue siendo Doña Digna.

—Enterrada entre libros con los demás. ¿Sabes el trabajo que nos estás dando? Y total, no sé para qué. Sólo eres el capricho de turno de Drogo.

DC I: DESTINOS CRUZADOS √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora