CAPÍTULO 43 - ATAQUE INESPERADO

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—Toma.

Lorie coloca el pequeño conejo en mis manos. Me da pena. Está muy asustado.

—Ahora intenta leer su mente.

¿Perdón? ¿Qué ha dicho? ¿Es que los conejos piensan? ¡Yo alucino!

Miro a Lorie intrigada.

—¿Pretendes que lea la mente de un conejo?

Ella asiente convencida.

—Así es. Te sorprenderá saber lo que pasa por esa cabecita.

—Está bien.

No muy convencida, miro a los ojos del conejo. Poco a poco empiezo a escuchar sus pensamientos.

¡Qué mala suerte tengo! Mira que dejarme coger por un vampiro. ¡Y encima por una niña! Como se enteren mis amigos... ¡Qué vergüenza! Menos mal que me ha cogido esta guapa brujita. Parece que tiene buen corazón. Voy a poner cara de pena y a ver si se ablanda y me suelta. Esta noche pensaba conquistar a mi sexy conejita, no ser la cena de un minivampiro.

El conejo ladea la cabeza y me mira con ojos tristes. Eso me provoca una gran carcajada.

—¿A que es muy divertido? —pregunta Lorie sonriendo —. A mí me encanta leer la mente de los conejos. Me río mucho.

—Desde luego que sí. Nunca hubiera imaginado algo así.

—Bueno, sigamos. Ahora que te has introducido en su mente, intenta comunicarte con él telepáticamente.

—¿Quieres que hable con el conejo?

—¿Es que hablo en chino?

Lorie se pone en jarras y me fulmina con la mirada. Prefiero hacerle caso. Se ha tomado demasiado en serio su papel de maestra. Aunque tan seria está muy graciosa.

Nuevamente miro a los grandes ojos del conejo y me concentro en comunicarme con él.

¿Así que una cita? Vaya. Esa conejita es muy afortunada.

El conejo abre los ojos sorprendido.

¿Quién ha sido? ¿Has sido tú? ¿Estás hablando conmigo?

Sonrío.

Así es. Y no tengas miedo. No dejaré que Lorie te coma.

Vaya, gracias. Veo que mi cara de pena te ha convencido.

Me río.

Es posible. Pero ahora necesito tu ayuda. Tengo que practicar el control mental.

Me mira como si estuviera meditando mi proposición.

Pareces buena chica. Te dejaré, pero con una condición.

Me parece justo. Dime. ¿Qué tengo que hacer?

Ayudarme a conquistar a mi conejita.

Me río aunque no me sorprende demasiado. ¿Qué me iba a esperar de un conejo? Si lo único que hacen es comer y... como conejos.

Lo intentaré, pero no te prometo nada.

Con eso me vale, gracias. Aunque, si no lo consigues, me debes una cita. Eres muy guapa.

¿En serio? —pienso riéndome. Él mueve la naricita.

Soy bueno metiendo presión. ¿Eh?

No puedo evitar soltar una carcajada. Este conejo me mata.

DC I: DESTINOS CRUZADOS √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora