CAPÍTULO 45 - REENCUENTRO

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—Cris, ¿estás bien?

Salgo de mi extraño trance y me vuelvo para encontrarme con una preocupada Sara. En mi boca se forma una ligera sonrisa tranquilizadora. Creo que aún estoy impresionada por lo que acabo de ver pero prefiero no decir nada hasta que averigüe más.

—Sí, tranquila. Estoy bien. ¿Ocurre algo?

—¡Pues claro que ocurre! ¿Sabes cuánto rato llevas desaparecida?

¿Tanto rato ha pasado? Vaya. Se me ha pasado volando. Claro, entre los vampiros y el minidrogo. 

¡Minidrogo! ¡Mierda! Tengo que hablar con Lucie ya.

—Sara, dime. ¿Dónde está Lucie?

—No sé, Supongo que en el comedor. ¿Por?

Ignoro la pregunta de Sara y corro por el pasillo. Cuando llego al enorme comedor, abro la puerta de golpe y todos se vuelven a mirarme sorprendidos.

—El pequeño ha usado la magia —anuncio con una sonrisa triunfal.

Todos corren a felicitarme y me piden que les cuente lo ocurrido. Cuando me dirijo a la mesa para sentarme, veo caras de culpabilidad en Peter y Nicolae. Con una gran sonrisa me acerco a ellos.

—Gracias, chicos.

Los dos me miran con los ojos abiertos como platos.

—¿Gracias? —pregunta Peter sorprendido —. ¡Si casi te matamos!

—Lo sé —contesto sin dejar de sonreír —. Y gracias a eso, el pequeño ha sacado su poder. ¿No os dais cuenta? La casa os utilizó para provocarlo y creo que el que no fuera capaz de usar mi poder no fue casualidad. No os culpéis por ello. Era necesario.

Los dos sueltan un suspiro de alivio y me sonríen.

—Muchas gracias, Cris —me indica Nicolae —. La verdad es que, si llegamos a hacerte algo, nunca nos lo hubiéramos perdonado.

—Lo sé. Yo enseguida he comprendido que no erais vosotros mismos pero el pequeño se ha enfadado mucho con vosotros. Lo siento. He tenido que contarle la verdad.

Los dos se vuelven hacia Drogo quien los mira con lágrimas en los ojos.

—Gracias, chicos, por todo. Yo...

Los tres se funden en un abrazo y se echan a llorar. Hasta a mí me cuesta contener las lágrimas. Drogo me hace una señal y me uno a su abrazo. Me alegra que cuenten conmigo. Ahora, más que nunca, somos una familia de verdad.

Cuando nos separamos, nos echamos a reír de ver las caras de Sara, Sebastián y Lucie que nos miran alucinados. Lucie es la primera en hablar.

—¿Nos podéis explicar qué demonios está pasando?

Con una gran sonrisa, me siento en la mesa y comienzo a relatar lo sucedido con minidrogo. Al terminar, Lucie se queda pensativa durante un rato.

—Lo siento, Cris. Yo no te puedo ayudar.

Eso me deja alucinada.

—¿Pero por qué?

—Porque no tenemos mucho tiempo. No sé qué poderes tiene el pequeño y averiguarlo sería demasiado lento.

—¿Y entonces qué se supone que debo hacer?

Ella me sonríe.

—Pídele ayuda a Drogo.

Le dedico una sonrisa. Tiene razón. Drogo sabe cuáles son sus poderes y podrá enseñarme todo lo necesario. Pero una duda me asalta.

—¿Y si el pequeño lo ve?

DC I: DESTINOS CRUZADOS √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora