Sentada en una mesa de la cafetería cada vez me pongo más nerviosa. ¿Dónde se ha metido Sara? Habíamos quedado hace quince minutos para comer y el camarero empieza a mirarme mal porque aún no he pedido nada.
Entre la tardanza de Sara y mis intentos por recordar me está volviendo el dolor de cabeza.
—Perdona el retraso. Cuando iba a salir me ha llamado mi madre por teléfono y no le he podido colgar. Ya sabes los que es eso, ¿no? ¡Ay, perdona! Yo...
—No pasa nada, Sara. ¿Pedimos?
—Sí. Estoy hambrienta. Tanto que me comería toda la carta.
Las dos nos echamos a reír. Sara tiene algo especial. Sé que anoche bebió tanto como yo pero no se le nota nada. En cambio a mi... ¡Ni dos kilos de maquillaje han conseguido que tenga buena cara!
Observo a Sara detenidamente. La verdad es que es muy guapa. Castaña, con unos enormes ojos marrones y una eterna sonrisa en la cara. La conocí el primer día cuando fui a inscribirme en la Universidad y en un momento nos hicimos grandes amigas. A las dos nos va la juerga y eso se nota.
—Y dime. ¿Qué tal la resaca? —me pregunta con su eterna sonrisa.
—Horrible. Pero tranquila, la bruja de Lorie ya se ha ocupado de sacármela a gritos.
Sara no puede evitar reírse ante mi comentario.
—Y tú ¿Qué tal?
No da la impresión de que haya tenido resaca para nada.
—Me he levantado como una zapatilla vieja.
—¿Y cómo puedes lucir tan estupenda?
—Tengo mis trucos —contesta guiñándome un ojo.
—Pues me los vas a tener que enseñar. Y dime, ¿tienes algún truco para recordar?
—¿No... no te acuerdas de nada?
—De casi nada. La cogí bien gorda. ¿Qué pasó?
Sara se queda callada mordiéndose el labio nerviosa. Eso me preocupa y mucho. Espero no haber hecho ninguna barbaridad. La fama de borracha la puedo llevar bien pero otro tipo de fama...
Parece que Sara va a decir algo cuando llega el camarero con nuestra comida. Sara evita mi mirada aumentando mis sospechas. Necesito saber la verdad. Y necesito saberla ya.
—Sara, por favor, dímelo. ¿Qué hice anoche?
Ella suspira y comienza a hablar.
—Anoche nos lo estábamos pasando en grande. Un montón de chicos se acercaron a nosotras e intercambiamos teléfonos con ellos. Todo iba muy bien hasta que empezaste a sentirte mal. Saliste corriendo al jardín a vomitar y me pediste que te dejara un rato sola. Así lo hice. Cuando volví a buscarte, vi que te marchabas con...
—¿Con quién me marché Sara? Dímelo, por favor.
Sara suelta un gran suspiro. Parece que hice algo horrible.
—Te marchaste con... Drogo.
Esto es demasiado. Me dejo caer en la silla con la una mano en la frente. De todos los tíos que había en la fiesta, tenía que marcharme con él, con el cretino.
—¿Estás bien, Cris?
—Sí. Es que... en la vida me hubiera imaginado eso. Si llegas a decirme que hice un streptease encima de la mesa me hubiera caído mejor.
—No es tan grave. También podías haber hecho una cama redonda con el equipo de fútbol.
Las dos nos echamos a reír ante los distintos escenarios que pasan por nuestras cabezas. La verdad es que, borrachas, somos capaces de cualquier cosa.
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DC I: DESTINOS CRUZADOS √
Fiksi PenggemarCristina, una joven estudiante y au-pair, descubre, de repente, que su vida no es tan sencilla como ella creía. Dos hombres totalmente opuestos se pelean por su corazón. Además, multitud de secretos amenazan con salir a la luz y arrastrarla con ello...