DC I: DESTINOS CRUZADOS √

CAPÍTULO 16 - LA FRATERNIDAD

—¿Y zi vamos a un bad?

Drogo se ríe. La verdad es que así, visto de perfil, parece un ángel. Hasta su risa es angelical.

—¿Y para qué quieres ir a un bar?

—Podque quiedo bailad.

Antes de que se de cuenta, enciendo la radio del coche, subo el volumen y comienzo a bailar como una loca. Drogo me mira divertido y la apaga.

—De ninguna manera vamos a ir a un bar, cosita. Ahora necesitas descansar.

—Jo. Edes un zozo y un abuguido —digo cruzándome de brazos y hundiéndome en el asiento —. Y además... PADA EL COCHE. PADA EL COCHE.

Drogo detiene el coche en una cuneta y yo salgo disparada hacia unos arbustos. No me doy cuenta de que sale tras de mí hasta que siento como unas frías manos me recogen el cabello y me sujetan la cabeza.

Voy a volverme para darle las gracias cuando me entra una nueva arcada. Drogo se echa un poco para atrás asqueado.

—Es imposible que te quede ya nada en el estómago, cosita. ¿Tanto has bebido?

—No sé. Peddí la cuedta.

—Anda, toma. Límpiate la cara.

Drogo me tiende un pañuelo y yo se lo agradezco con una gran sonrisa. Él me la devuelve.

—Pedfedto. Y ahoda, volvamoz a la fiedta.

—De eso nada, cosita. Te llevo a casa.

Drogo me carga en sus brazos y me mete en el coche ajustando el cinturón para que no me pueda escapar.

—Pada sed tan guabo, edes un abuguido —protesto enfurruñada. Él se echa a reír.

Durante el trayecto a la mansión, ninguno de los dos decimos nada pero yo no puedo dejar de mirarle a la cara. ¿Por qué es tan guapo el condenado?

Suena la alarma del móvil y, al ir a apagarlo, se cae al suelo. ¡Menudo susto! Por fortuna, no se ha roto.

Me alegra saber que sigo soñando con lo que pasó el viernes. Por ahora no he visto nada raro. Es más, está siendo divertido, soy yo en estado puro. Espero que siga así.

Tras ducharme y vestirme, voy a arreglar a Lorie. Aunque ayer me pidió perdón, sé que sólo lo hizo obligada por sus hermanos. Nuestra relación se ha vuelto fría y mi trabajo con ella parece más el de un autómata. Mejor para mí. Una cosa menos en la que pensar.

Tras el desayuno, las lecciones de Nicolae. Hoy me ha sorprendido. Sólo me ha dado un libro, ¡pero qué libro! Se titula «Olores sobrenaturales».

Al principio me he echado a reír, lo que ha molestado a Nicolae. Según me ha explicado, tengo que aprender a distinguir a las criaturas sobrenaturales y el olor es la mejor manera. He protestado porque yo no tengo el olfato tan desarrollado como ellos, pero le ha dado igual. Dice que primero me aprenda la teoría que luego él me enseñará. No tengo ni idea de cómo va a hacerlo pero bueno... es lo que hay.

Al final no se me hace tan pesado. Hasta es divertido saber a lo que huelen algunas criaturas. Además, contiene ejercicios para intensificar el olfato por lo que decido practicar. Intento averiguar a qué huelo y, después de muchas pruebas, consigo identificar un leve olor que el libro identifica como de bruja. Eso me emociona.