CAPÍTULO 62 - ROSE

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Ya es medio día cuando llegamos a la finca. Tom nos acompaña al comedor y, mientras yo como algo, le ponemos al frente de la situación. Su cara muestra signos evidentes de preocupación.

—O sea —concluye nervioso —, Mia se ha aliado con el hijo del señor de los demonios y teméis que hagan algo que interfiera el aprendizaje del pequeño. ¿No es así?

—Así es —contesta Drogo —. Además, Cris se marcha a Europa el lunes y no sabemos cuando volverá.

—¿En serio? —pregunta sorprendido —. ¿Pero por qué?

—Los ancianos me han llamado —respondo con tristeza — y no me puedo negar. Es por eso que he venido. Quería despedirme del pequeño.

—Vaya. Lo siento —dice apenado —. Ahora entiendo la venda de tu cuello. Tenías que marcarla, ¿no? —insinúa mirando serio a Drogo.

—Fui yo quien se lo pidió —intervengo tajante. Me molesta que todos culpen a Drogo —. Así que no hablemos más del tema, por favor.

—De acuerdo —se rinde levantando las manos —. Es vuestra relación. Vosotros sabréis que hacéis.

—Así es —añade Drogo —. Y dinos, ¿ha pasado algo en la casa durante nuestra ausencia?

—Así es. Continuamente se escuchan ruidos extraños, golpes y explosiones en la zona de juegos. Me parece que el pequeño se ha tomado en serio el entrenamiento.

—¡Qué rico! —se me escapa —. ¡Lo voy a echar tanto de menos!

—Sí —concuerda Tom sonriendo —, y seguro que él te echará de menos a ti.

—Lo sé.

Una fuerte explosión nos sobresalta y Tom se echa a reír.

—Ya está otra vez. Ese pequeño es incansable. Será mejor que vayáis antes de que destroce el jardín.

Con una gran sonrisa nos despedimos de Tom y nos dirigimos a la zona de juegos. Allí está el pequeño con Peter y Nicolae. Éstos le lanzan objetos y él los desvía con gran habilidad. Algunos incluso los hace estallar.

—Vaya. Si que has mejorado —digo acercándome —. Al final vas a ser tú quien me enseñe a mí.

Al escuchar mi voz, el pequeño se vuelve con una gran sonrisa y corre a colgarse de mis brazos. No sé si será mi imaginación pero me da la impresión de que ha crecido.

—Cris, has vuelto.

—Claro que he vuelto, tal y como te prometí. ¿Recuerdas?

—¡Pues claro! —contesta emocionado —. ¿Y Harry? ¿Ha venido también?

—Por supuesto que he venido —responde Drogo acercándose y acariciando su cabecita. —. Todavía tengo mucho que enseñarte, pequeño.

—Y yo tengo muchas ganas de aprender —indica minidrogo con una gran sonrisa.

—Cris.

Me vuelvo al escuchar la voz de Nicolae. Él y Peter me miran con arrepentimiento en sus ojos. Nicolae intenta hablar pero yo, con mi mano, le interrumpo.

—No hace falta que digáis nada. Sé como os sentís. Y quiero que sepáis que no os guardo ningún rencor. Entiendo que en esos momentos estabais recién convertidos y, por tanto, la sed de sangre os tenía cegados. No erais responsables de vuestros actos, por lo que no tiene sentido que pidáis perdón. Es más, me alegro de que hayáis salido del agujero y ayudéis al pequeño a entrenar.

Los dos me miran sorprendidos pero en seguida me sonríen.

—Realmente sois una mujer excepcional —dice Nicolae —. Drogo tiene suerte de teneros de niñera.

DC I: DESTINOS CRUZADOS √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora