4

2.6K 273 198
                                    

Desde ese pequeño beso con Yoongi mi cabeza estaba en otro lado. Habían pasado solo unos días y el recuerdo no salía de mi cabeza. Mi fin de semana fue estar encerrado en mi cuarto y reflexionar por lo ocurrido.

«Mierda»

No sabía ni cómo sentirme.

Por una parte, estaba decepcionado de mí mismo por haber cedido a la tentación, a lo pecaminoso... y todo lo que me había leído de la fortaleza de la juventud se fue al vacío.

Por otro lado; quería otro beso más de Min Yoongi aquí y ahora.

Con todo el pánico que tengo no había sido capaz de volver a ver por mi ventana.

Lo último que dijo antes de irse fue "pensarás mucho en mi después de esto, Jimin."

«Y carajo, lo está logrando»

Me estaba carcomiendo la idea de ser un pecador y estar disfrutando de ese pecado.

Había logrado evadirlo todo el día viernes en el colegio, me hace sentir más tranquilo que al menos solo lo tengo que verlo en el colegio y no en la iglesia.

Eso hacía que acomodarme la corbata me se hiciera más fácil, al igual que respirar.

Estaba listo, con un terno impecable y una corbata que hacía juego. Me dirijo a mi tocador y me coloco un poco del bálsamo que me regaló Jin.

Me encantaba, hacía que mis labios se vieran aún más rosados de lo que ya eran y tenían un sabor a fresita que me gustaba.

Bajo las escaleras encontrándome con mi madre lista para irnos.

— Estas tan reluciente Jimin. — Pasa sus manos sobre mis hombros. — Sé que tenemos nuestras diferencias, pero sé que puedes mejorar ese comportamiento.

«¿Qué diablos?»

— Mamá debes admitir que tú también estas en error, aquí los que discutimos somos los dos.

— Jimin por favor, acepta tus errores, es el primer paso para el arrepentimiento. — Acomoda su bolso, volviendo su atención a mí. — Hazle caso a tu madre sin murmurar, soy la madre que Dios te dio, así que solo te queda obedecer.

Estoy harto de la misma mierda cada vez que peleábamos, era yo el culpable de todo, siempre, mientras tanto ella es perfecta y la madurez andante.

Salimos de la casa, tomamos un taxi y pensé que todo sería tranquilidad el día de hoy hasta que...

— Invité a Yoongi a la iglesia. ¿No es maravilloso?

Volteo a verla incrédulo de sus palabras.

«Quiero bajarme»

«Necesito que la tierra me trague»

«Dios, ¿esta es una prueba?»

Mi respiración se acelera y empezaba a creer que era claustrofóbico.

— Dime que es mentira mamá.

— ¿Por qué tendría que mentirte? Sabes que mentir es malo hijo.

Vaya cinismo.

Muevo mi cabeza hacia la ventanilla y suspiro cerrando mis ojos.

Estaba haciendo oraciones mentales y suplicando a Dios que sí me escucha, me ayude a salir de esta.

No puedo creer que mi tentación estará en la misma iglesia.

El chófer anuncia que ya llegamos y mi madre abre la puerta. Dudo mucho en bajar, mis piernas pesan y mi cabeza me da vueltas.

Silence • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora