Nuevo Testamento
Juan 16 - 22
"También vosotros ahora ciertamente tenéis tristeza; pero os veré otra vez, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo."
Domingo otra vez.
Juego con mis pies tratando de imaginar que estoy en otro lugar, la hora sacramental me estaba aburriendo demasiado pero no podía mostrarlo completamente ya que al lado mío estaba mi madre, sintiendo el espíritu más que nunca.
Era otra vez primer domingo de testimonio así que la mayoría de hermanos mayores estaban diciendo su prueba de Fe, bufaba la mayoría del tiempo por lo que decían ya que constantemente era repetitivo.
Volteo a ver a mi madre, pongo cara de desagrado al ver como una lágrima rueda por su mejilla.
«¿Por qué ella puede sentir tanto el Espíritu y yo?»
Apoyo mi cara en el mango de la banca rogando por dentro que esto termine de una vez por todas.
Todas las palabras que decían eran vacías para mí ya que no había sentido el amor de Dios en mí; además mi vida ya había sido suficientemente difícil como para también conmocionarme con algo que dicen los hermanos.
El niño que estaba en el púlpito hablando se estaba llevando todos los suspiros de las hermanas, el niño Demian de apenas siete años no sabía hablar tan bien así que se trababa en algunas palabras, dándole un toque de ternura a su mensaje.
— Ojalá así hubieras sido de niño Jimin. — Musita limpiándose su lágrima para que otras más salieran.
Reniego para mis adentros tratando de morderme la lengua.
«¿Ahora también me comparará con un niño?»
Para ironía ese niño era el que peor me caía en toda la iglesia, era un demonio en las clases de primaria y era aún peor cuando llegaba a las clases de los jóvenes ya que su hermana estaba allí; era notorio que cada vez que entraba Demian al salón Irene sentía una profunda vergüenza por la actitud tan aniñada de su hermano y no la culpaba.
«En ese momento era cuando agradecía no tener hermanos»
— Cre-o también en El Ligo de Murmon y en el Padle Celestial, Amén.
Y así finalizó Demian su testimonio, bajando las pequeñas gradas corriendo hacia su madre quién lo recibía con ojos llorosos y con un gran abrazo, como si no supiera que crio mal a su hijo.
«Diablos, me hubiera quedado en casa»
Yoongi no había llegado hoy y de verdad que estoy agradeciendo eso ya que no quería que viera mi mal humor, estaba cansado ya que casi no había dormido las noches anteriores por esos sueños tan pecaminosos que tenía con el mayor.
Después de ese día, los sueños calientes y húmedos me habían acompañado en las noches al igual que en las mañanas ya que amanecía con una erección muy notoria que me dejaba con un pánico en el pecho por la posibilidad de que mi madre me viera así un día de estos.
La posibilidad de ver otra vez el porno educativo estaba rodeando mis pensamientos, pero no quería ceder a ellos.
«Ni siquiera puedo decir que me siento sucio porque no es así»
Traer los recuerdos de ese día viernes provocaba que me mordiera los labios y que me sonrojara al igual que mi amigo se levantaba.
La hora de la ducha de se volvía difícil, el agua caliente me relajaba, pero también me impulsaba a tocarme a mí mismo.
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Silence • Yoonmin
Fanfiction"Quiero ser el mayor pecado que cometas en tu vida ante los ojos de Dios, Jimin." Es lo que dijo. "Ni el rogar perdón podrá librarte de mí." Y no se equivocó en nada de lo que dijo. «Dios, perdona mis pecados, aunque no te puedo jurar no volver a co...