Silence • Yoonmin

16

— Así que... ¿Tienes un pequeño hermano? — Pregunta Jimin, jugueteando con mis manos.

Estábamos tirados en el piso del salón, después de comer el helado preferimos volver o bueno, Jimin se sentía más seguro en un lugar algo cerrado, ya que pensaba que iban a salir fantasmas en cualquier momento.

«Que gallina»

Pero de todas formas cumplí las exigencias del bebé.

Echados sobre mi casaca que apenas cubría nuestras espaldas, importándome una mierda si se ensuciaba o no, no quiero que Jimin se resfríe, eso significaría no verlo, aunque pensándolo mejor, podría verlo a ver a su casa.

Con su cabeza en mi brazo para que no toque el piso, mientras que la mía está sobre mi mochila.

Sus dedos cortos y redonditos tocaban suavemente mis dedos como si fueran la octava maravilla del mundo.

Se sentía tan pacífico, un ambiente tan puro al que no estaba acostumbrado.

— Si, se llama Woozi, tiene 7 años, es como una molestia en el culo.

Jimin ríe ante mi grosero lenguaje, tanto así que sus ojos se convierten en líneas trayendo a Pucca a mi mente.

— ¿Por qué te refieres a si de un niño? Te aseguro que debe ser una lindura. — Diciendo eso coloca sus brazos sobre mi pecho, posicionando su mentón sobre sus manos, con una ternura que nadie resistiría.

— No lo creo, nadie es tan lindo como tú. — Pellizco su mejilla con un poco de presión, haciéndole soltar un leve quejido, sobándose la zona afectada.

— Ay MinMin, hay que mejorar tus muestras de afecto, me has presionado muy duro. — Hace un puchero, dejando si gran belfo inferior al aire.

«Y eso no es lo único duro que te voy a hacer»

— ¿Y tú? ¿Tienes hermanos Jimin?

Mis ojos se plantan en su cara, viendo cómo pone una expresión incomprensible para mí. Era una mueca de duda y tristeza.

— Oh, pues... Tengo un hermano. — Dice en un susurro.

Mi ceja se alza con curiosidad, era claro que no eran hermanos de la misma madre ya que estarían viviendo juntos y también que no había ningún indicio de un extraño.

Lo me indica que es hermano por parte de su padre.

— ¿Oh sí? ¿Cuál es su nombre? — Sobo su cabello tratando de transmitirle confianza para que suelte la sopa.

Hace una mueca, pareciera que busca alguna excusa que decir, pero suelta una gran respiración que indica que va a proceder a hablar y eso va de lo mejor para mí porque mi curiosidad está empezando a crecer.

— Yo... No lo sé. — Esconde su cara en el hueco de mi cuello.

Por instinto sobo su fina espalda, su frustración se funde en el ambiente y dudo si hablar sea lo mejor ahora.

Digo, no tendría sentido mentirme. ¿De qué le serviría? Además, Jimin hasta ahora ha sido sincero conmigo y es muy transparente en lo que siente.

Beso su cabeza y lo apego más a mí como si de un niño pequeño se tratara.

Su brazo pasa por mi cuello y se dirige a mi cabello, un gruñido está a punto de salir del fondo mi garganta.

«Nadie toca mi cabello»

Hasta que su tacto apacigüe mis demonios.

«Tan suave»

Me quedo gustoso y ni una palabra sale de mi boca.