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— Dios, no puedo creer que esté haciendo esto con ustedes.

Empiezo a renegar y meter mis manos más a mis bolsillos.

Les doy una mala mirada a la pareja que tengo a mi costado, que están acaramelados y abrigándose mutuamente.

«Mientras que yo, pudriéndome de frío»

Hoseok tiene su cabeza en el hombro de Choi.

Maldita sea, todos tienen suerte en el amor menos yo.

Vuelvo a sacar el cronograma de mi bolsillo y le doy otra mirada para revisar bien los días que faltan.

Es el día 23, faltan solo dos días para Navidad y yo no sé qué regalarle a Jimin.

Estaba más que colado por no saber de todos sus gustos, aunque sé que lo que más le encanta en comer... Así que no suena tan mala idea de que le regale una mini torta de chantilly.

— Guarda ese papel Min, es la quinta vez que lo sacas. — Me regaña Choi.

— Déjalo ser, debe estar nervioso por no saber que regalarle al amor de su vida. — Vocifera Hoseok.

Ruedo los ojos, pero tienen razón.

Es la segunda tienda a la que entramos y no veo nada que le pueda gustar a Jimin.

Día 23: Piensa en un vecino que no conozcas muy bien y llévale unas golosinas caseras o un pequeño regalo.

— Hablando de eso... — Dice Choi. — ¿Qué quieres que te regale para Navidad?

Hoseok lo mira y parpadea un par de segundos para abrazarlo tan fuerte que el pobre chico se pone morado.

— Espera... ¿De verdad le estás preguntando eso? — Hago una mueca ya que no comprendo cómo puedes darle una sorpresa a alguien cuando le estás preguntando que quiere directamente.

Hoseok ahora es el que rueda los ojos y me mira de mala cara.

— Sí, ¿por qué no? Escoger un regalo ya lleva muchas complicaciones de por sí. Mejor le pregunto directamente que quiere y se lo doy. — Choi se alza de hombros mientras que Hoseok asiente dándole la razón a su novio.

— Es que así no tiene gracia. — Protesto. — Los regalos deben ser sorpresa, no que te digan lo que desean.

Entramos a la sección juguetes y casi casi voy corriendo hacia las Nerf.

— Pues yo sí estoy de acuerdo con mi novio. Solo mírate, estás sufriendo por no saber que regalarle a Jimin. Solo pregúntale directamente que quiere, creo que le sería mucha ayuda a tu salud mental. — Me mira. — Además, yo creo que él quiere que seas tú su regalo. — Me guiña un ojo el muy maldito a espaldas de su novio.

Me quedo parado en medio del pasillo por lo que ha dicho, podría hacerlo. Sí. También podría ser su regalo ese día, si quiere, también podría hacerle un baile sexi frente a su madre.

Veo con recelo lo felices que se ven este par, están tomando las cajas de muñecas en sus manos. Sonriendo juntos, revelando su amor al mundo.

Estoy celoso, claro que lo estoy. Pero no de la forma en la que están pensado.

Quisiera estar así con Jimin, joder, amaría estar así ahora con él. Eso sería lo más cálido de este invierno de mierda que está haciendo que me duelan los huesos.

«Ya estoy anciano»

Putos todos.

Maldigo la hora en la que piso esa iglesia en primer momento, digo, las cosas hubieran sido diferentes si es que fuera un chico como cualquier otro, sin reglas, sin prejuicios y tal vez, sin el temor a Dios.

Silence • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora