Capítulo 7

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―¿Te pasa algo? ―preguntó Matt al verme la cara de confusión.

―No nada ―contesté mirando hacia otro lado ―. Es que si no me drogaste tú, pues no sé quién pudo ser.

―A ver, piensa en si alguien más te dio de beber o sí tú te compraste algo y no te acuerdas. Lo más posible es que alguien externo pusiera algo en tu bebida.

―Yo no compré nada, es imposible que fuera alguien externo. Además, solo tú me diste un vaso así que, aún no descarto la posibilidad de que fueras tú ―lo miré dudando de él.

―Recuerdo que antes de regalarte el vaso Hayden te dio un trago del suyo, puede que te drogara ella. ―Estaba mal de la cabeza si pensaba que le iba a tomar en cuenta eso, mi mejor amiga nunca me haría nada parecido.

―Hayden no fue ni de coña. A lo mejor la estás culpando a ella para darte más credibilidad a ti. Mira que eres retorcido ―me tensé y lo miré fijamente―. Sigo pensando que fuiste tú porque cuando estuve contigo fue cuando me sentí más mareada.

―Que sepas que los efectos de la droga se muestran un rato después de consumirla, no al momento. ―Mierda, me estaba poniendo dubitativa. ¿Y si tenía razón?

―Ahora vengo, voy a hablar con Hayden ―le di la espalda y me dirigí hacia el grupito de antes. Ella aún seguía hablando con Álex y Jace, a saber de qué, y decidí ser directa porque ya no podía aguantar más con esa incertidumbre.

―Hayden, ¿fuiste tú la que me drogaste en el concierto?

―¿Qué tonterías estas diciendo? Claro que no fui yo ―reaccionó ofendida.

― Hayden, sé sincera con ella... ―interrumpió Álex. ¿Sincera con qué? No entendía a que venía eso pero Jace la estaba asesinando con la mirada. ¿Qué me ocultaban?

―Puf, vale ―calló unos segundos―. Sí, fui yo ―admitió al fin―. No sabía cómo explicártelo, no sabía si me perdonarías. Pensé que necesitabas un empujoncito para conocer a más gente, estar más suelta y pasártelo mejor. Además como vi que no te pedías alcohol, decidí meter unas pastillas en mi bebida, es decir, que yo también me drogué ―tragó saliva―. Me las paso un amigo y me aseguró que una baja dosis no hacía daño, que solo liberaría tensión, te haría tener más autoestima y más seguridad. No pensé que te afectarían como te afectaron, haciendo que te desmayaras, pero de verdad que lo siento muchísimo.

―No me lo puedo creer ―me quedé inmóvil ante sus palabras, no sabía cómo reaccionar. Me empezaron a caer lágrimas por la mejilla y rápidamente me cubrí la cara con las manos. Di un paso hacia atrás, y sin pensarlo dos veces fui rápidamente a la cocina, necesitaba huir, no quería seguir mirándola, necesitaba olvidar todo lo que me acaba de decir, dolía demasiado.

Sin saber muy bien lo que hacía cogí una botella de vodka y al ver que todos venían hacia mí, localicé el baño y me encerré en él con el pestillo puesto. Hayden era mi amiga de toda la vida, era como mi hermana y después de eso me sentía traicionada y utilizada por ella. Sentí como mi corazón se encogía y noté una fuerte presión en el pecho. Lo que más me dolía era que lo había hecho por beneficio propio. Ella sabía que yo solo había ido al concierto por la música, y en vez de ayudarme a disfrutar de ello, estuvo todo el rato insistiendo para que fuéramos a hablar con gente y a ligar.

Me senté en la tapa del aseo y seguí llorando sin parar, me costaba respirar y sentía que me ahogaba con mis propias lágrimas. Además, el alcohol había alterado todas mis emociones y eso empeoró la situación. No quería parar de beber, cuanto más bebía menos tensa me sentía, y al final me acabó hasta tranquilizando.

Cuando ya llevaba más de media botella, oí que alguien picaba a la puerta pero yo me negué a abrir porque no quería hablar con ella, quería seguir encima del váter llorando y bebiendo.

―¡Déjame en paz Hayden! ¡No quiero hablar contigo, joder! ―seguían dando golpes y de los nervios me levanté y abrí la puerta.

―¿Qué coño quier... ―para mi sorpresa no era Hayden, era Jace―. ¿Puedes dejarme tranquila por favor? Necesito estar sola ―intenté ponerme lo más seria que pude pero no aguanté. Rompí a llorar otra vez y empecé a sollozar muy fuerte.

―Va tranquila, no llores ―pasó y cerró la puerta con el pestillo. Me seco las lágrimas con su pulgar y después se fijó en la botella que llevaba en la mano. ―¡No jodas! ¿Te has bebido todo eso tú sola?

―No te incumbe lo que haya bebido ―agarré la botella con más fuerza y tensé la mirada.

―Y tanto que me incumbe ―me arrancó la botella de las manos, abrió la puerta, la dejó fuera y volvió a cerrar―. Me rompe el corazón verte llorar, por favor, tranquilízate― me levantó la cabeza desde la barbilla e hizo que le mirara a los ojos.

―No digas tonterías, ni siquiera me conoces ―giré el rostro y miré hacia otro lado.

―Sé que no te conozco pero se te ve buena chica y no creo que te merezcas esto. Tu amiga te ha hecho mucho daño, es evidente, pero todos cometemos errores alguna vez. No hace falta que la perdones ahora mismo pero reflexiona. Ella solo se lo quería pasar bien y quería que tú disfrutaras al máximo, no lo hizo de la mejor manera pero, podría haber sido peor.

―Es que no necesito que tú me des lecciones de vida y mucho menos que ella argumente su error con explicaciones estúpidas. Yo nunca le hubiera hecho eso, en ningún tipo de caso así que, no puedo entender que le pasó por la mente para hacérmelo a mí ―lo aparté para abrirme paso y salí del baño hacia la puerta principal.

Cuando estaba a punto de salir noté que alguien iba detrás de mí. Al girarme vi que no era Hayden, la cual no se había vuelto a preocupar por mí en toda la noche, pero tampoco era Jace.

―¿Ya te vas? Aún no son ni las cuatro ―dijo Matt mirando el reloj―. Venga va, quédate un rato más, necesitas despejarte un rato, si te vas a casa será peor.

―No me apetece quedarme, han pasado muchas cosas y además me he pasado un poco con la bebida ―la verdad es que decir que me había pasado un poco era quedarse corta, pero pasaba de dar más explicaciones.

―Ya lo he notado, caminas de lado a lado y casi te caes antes de llegar a la puerta ― Se rió ligeramente y al momento se volvió a poner serio―. Te puedes ir a casa pero te voy a llevar yo, no estás en condiciones de ir sola.

―Tú no me vas a llevar a ningún lado ―me volví a girar y salí a la calle, pasando totalmente de él. A pesar de que él no me hubiera drogado, no iba a permitir que me llevara a casa, estaría mejor yendo por mi cuenta.

Después de dar unos pasos, noté como alguien me cogía en brazos. Por desgracia estaba todo oscuro y no pude ver quien era, cosa que me puso demasiado nerviosa. ¿Me estaban secuestrando?

♥♥♥

AM: ¡Ay! Parece ser que nada es lo que parece... Pobre Kate y que mala amiga ha sido Hayden. ¿Vosotros la perdonaríais? Yo personalmente no lo sé, no sabría cómo reaccionar ante esa situación, me tendría que pensar muy bien si darle una segunda oportunidad o no.

Por otro lado, Matt no es tan malo como parecía, aunque parece ser que Kate no se acaba de fiar de él. Además, ¿Quién la habrá cogido por detrás? ¡Continuad leyendo para saberlo!

¡¡Muchas gracias por leer y apoyar la novela!! No olvidéis dejar vuestro voto y algún comentario de esos que siempre me sacan una sonrisita.

[Versión desactualizada] | Todo comenzó en esa estación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora