Subí las escaleras de incendio con cuidado para no hacer ruido y cuando llegué a mi piso, empujé la ventana para entrar a mi habitación. La cerré como precaución para que nadie entrara y me quité la ropa para ponerme el pijama. Pasé de desmaquillarme porque estaba demasiado cansada y no quería hacer más ruido así que, me metí directamente en la cama. Por suerte mis padres no me habían pillado y esa era una de las pocas cosas buenas de toda la noche.
Me quedé estirada boca arriba mirando al techo, reflexionando sobre todo lo que había pasado esa noche, ya no veía a Matt tan malo como al principio, estaba dolida por la traición de Hayden, y confundida por cómo me alteraba Jace cuando me tocaba. Lo mejor era dormir y dejar de pensar en tonterías ya que aún estaba un poco borracha y no podía pensar con claridad.
[...]
Mi madre me despertó a las 11 de la mañana con el irritante ruido de la persiana. Técnicamente era tarde como para molestarme por ello pero con la tontería me dormí a las 6 de la mañana y me sentía reventada.
―Venga cariño levántate. Tienes que limpiar la habitación y ponerte a estudiar que dentro de nada, tendrás exámenes ―me dijo con una voz muy dulce. A pesar de eso a mí me sonó insoportable y respondí de malas maneras.
―Ya me levanto mamá ―gruñí y salí de la cama.
Fui al baño a lavarme la cara y me asusté de lo horrible que estaba. Tenía un montón de ojeras, los labios agrietados y la máscara de pestañas corrida. Además, debido a la resaca, me dolía demasiado la cabeza y tenía algunas lagunas de la noche anterior. Decidí tomarme un ibuprofeno y bajar a desayunar.
―Buenos días Kate ―dijo mi padre sonriendo.
―Buenos días papá ―en ese momento pude confirmar que no tenían ni idea de que por la noche me había escapado. De lo contrario, ya me estaría cayendo una bronca horrible que me daría dolor de cabeza. Al menos no había salido todo mal y eso me alegraba.
Mientras desayunaba mi zumo con tostadas sonó mi teléfono así que lo desbloqueé y vi que era un mensaje de Lucas. ¿Qué hacía escribiéndome Lucas? Sería para pedirme la tarea o cualquier cosa del estilo.
Hola Kate, ¿te puedo llamar?
No entendía porque me quería llamar un sábado por la mañana pero decidí ir a mi habitación al terminar de desayunar y llamarle yo. Tenía curiosidad por saber que quería decirme.
―¿Sí? ―contesté con la voz ronca.
―Veo que te acabas de despertar ―soltó mientras se reía
―Cállate gilipollas ―se seguía riendo y me eso me enervaba ―. Va, dime que quieres ―le espeté bruscamente.
―¿Por qué tengo que querer algo? A lo mejor solo quería llamarte para disfrutar de una bonita conversación contigo ―se empezó a partir de risa.
―Déjate de rollos y dime que quieres ―dije frunciendo el ceño involuntariamente.
―No sé porque siempre eres tan borde conmigo, sabes que te parezco adorable.
Me estaba vacilando y a mí no me hacía ni puta gracia, la resaca no es que le sentara demasiado bien a mi humor, mucho menos si me llamaba el idiota de Lucas y se ponía de ese modo.
―Lo único que sé es que eres idiota ―respondí para que se dejara de tonterías.
―Ahora en serio. Te he llamado para saber si tú me podrías dar clases de repaso, dentro de nada se acercan los exámenes y sé que se te da bien estudiar así que me harías un gran favor si me ayudaras. ―Viendo que me quedaba callada, decidió proseguir―. Además, te podría pagar por las clases y así aprovechas y te sacas un dinero extra sin hacer mucho esfuerzo.
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[Versión desactualizada] | Todo comenzó en esa estación
RomanceTodo puede cambiar en un efímero instante. Esos momentos que pasan tan rápido y que no ves venir, son los que más acabas recordando. Eso mismo me pasó a mí una mañana corriente que salí a hacer unos recados. Todo parecía ir según lo previsto hasta q...