Capítulo 39

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Desde la triste pérdida del señor Jones, Matt tenía una actitud totalmente distinta debido al dolor que sentía por su padre. Había intentado ayudarlo de todas las maneras posibles para distraerlo y que no pensara en él pero, después del entierro, dejó de hablarme casi por completo.

—Es mejor que no le comentes nada a nadie, me gustaría decirle yo a los demás cuando me sienta preparado —me dijo refiriéndose a Jace, Hayden y Álex.

Esa fue una de las últimas cosas que me pidió antes de encerrarse en sí mismo y perder el contacto conmigo. A mí me parecía una mala idea que se guardara todo para él pero debía comprenderle y respetar su decisión porque realmente, eso no era cosa mía.

Emma, por otro lado, a pesar de estar destrozada, había estado simpática conmigo y me había agradecido todo el apoyo que le había dado a Matt. Me aconsejó que lo mejor que podía hacer era apartarme de él y tener paciencia porque lo que más necesitaba su hermano, era tiempo para asumir la pérdida.

Después de esa tragedia, acabaron las vacaciones y volví a la rutina de ir a clase y estudiar. En realidad me alegraba volver a la tranquilidad ya que las fiestas de navidad habían sido demasiado intensas como para alargarlas más.

—Selectividad cada vez está más cerca, solo tenéis cuatro meses para prepararos y es mejor que os pongáis las pilas porque luego no quiero que me vengáis llorando —comentó el profesor haciendo que mi mente volviera a activarse al mundo real.

El señor Chester, profesor de literatura, llevaba todo el curso dándonos la chapa con selectividad y con que debíamos estudiar más. Realmente, estaba flipando si creía que alguno de la clase empezaría cuatro meses antes a empollar.

—¿Aún necesitas ayuda para los exámenes? —le pregunté a Lucas en voz baja mientras hacía ver que tomaba apuntes.

—Ya no, pero gracias igualmente Kate —giró un poco el cuerpo y puso su mano encima de la de Megan—. Si eso ya le pediré ayuda a ella —dijo mientras la miraba con una media sonrisa.

La relación entre ellos dos no me molestaba, la verdad es que me parecían bastante adorables pero, Lucas me había estado ignorando toda la semana y me daba miedo perder la amistad que había conseguido salvar después de su declaración.

Aun así, no me importaba que prefiriera estudiar con Megan, que aún no tenía claro si eran pareja o no, porque así tenía la oportunidad de replantearme la oferta de Jace. Después de fin de año, nuestra relación había mejorado bastante y además, necesitaba conseguir dinero.

Sonó el timbre, indicándome que ya había acabado esa tortura de explicación sobre Laurencia y Frondoso, y saqué el móvil de mi bolsillo para escribirle a Jace. Para mi sorpresa, al encender la pantalla vi un mensaje suyo preguntándome como me había ido la mañana e involuntariamente me apareció una sonrisa en el rostro.

—¿Te ha escrito tu novio? —preguntó Denise asomando la cabeza para ver la pantalla del teléfono. Me sonrojé de inmediato después de su pregunta y negué con la cabeza.

—No me va eso de tener novio —respondí sin más mientras hacía ver que ignoraba el mensaje de Jace—. Simplemente es un amigo, ya sabes —moví las cejas de arriba abajo y ella se rió.

—Es mejor así, aunque esos dos no creo que tengan en mente ser por mucho más tiempo solo amigos —dijo mirando a Lucas y Megan, los cuales se estaban dando besos fugaces entre risa y risa.

Levanté los hombros como señal de indiferencia y volví a sacar mi teléfono para responder a Jace antes de que el profesor de la siguiente hora entrara a clase.

—Estoy bastante bien pero las clases de hoy están siendo una tortura, tengo muchísimas ganas de volver a casa —le envié ese mensaje y de inmediato me acordé de su propuesta de trabajo—. Por cierto, cambiando de tema, ¿aún te interesa que trabaje en tu oficina? —escribí antes de que se desconectara.

[Versión desactualizada] | Todo comenzó en esa estación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora