Capítulo 40

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—Hola chicos, ¿qué hacéis por aquí? —preguntó Emma sin apartar la mirada de Jace y pestañeando rápidamente para verse más coqueta.

—Nos apetecía venir —solté cortando la conversación. Dirigí la vista hacia los ojos de Matt y al instante noté la oscuridad que le estaba reconcomiendo por dentro. —¿Cómo estás? —pregunté sin pensar, al notarlo tan decaído.

—Mucho mejor —disimuló fulminándome con la mirada. No había caído en que Jace no sabía de qué hablábamos. La acababa de cagar, como siempre.

—Supongo que estáis hablando sobre el señor Jones —dijo intentando integrarse en la conversación—. ¿Ya se ha recuperado?

Y de repente, sin que ninguno de los presentes lo esperara, Emma rompió a llorar. La había visto triste y abatida pero no la había visto derramar ni una sola lágrima. Ya empezaba a pensar que sí que era una arpía sin sentimientos.

Matt sin pensárselo dos veces la abrazo y ella hundió la cabeza en su pecho. Jace me miró desconcertado y de pronto, lo comprendió todo, —Joder, lo siento mucho, no tenía ni idea de...

—Cállate, no necesitamos tu compasión —espetó Matt con una mirada de rabia—. Menos mal que pronto nos vamos a ir de esta mierda de ciudad porque así podré evitar a personas de mierda como tú —Jace dio un pasó hacía delante levantando el puño y de inmediato puse una mano en el pecho para frenarlo.

—Espera —ordené procesando lo que acababa de decir—. ¿Qué es eso de que os vais?

—Mamá ha dicho que todo le recuerda a él y que la mejor manera para superarlo todos juntos es mudarnos a otro lugar —contestó Emma mientras se secaba las lágrimas—. Yo al principio no quería —echó una rápida mirada a Jace, seguramente recordando todo lo que habían vivido —pero ahora mismo creo que es la mejor opción.

—¿Os pensabais ir sin avisar después de todo? —preguntó Jace ofendido—. Matt entiendo que este no es nuestro mejor momento y que los dos hemos sido unos cabrones pero tío, ¿después de tantos años te ibas a ir sin despedirte?

—Pues sí. La verdad es que me iba a despedir solo de Álex, es el único que ha demostrado ser un buen amigo —contestó firmemente—. Y todo empezó por esta chica que...mejor me callo —dijo despreciándome descaradamente. ¿Qué iba a decir de mí?

—A ella no la metas en medio —soltó Jace elevando el tono de voz y apretando los puños—. Y ni si te ocurra decir nada malo de ella que sino sí que te vas a arrepentir de haberte cruzado conmigo —le fulminé con la mirada para que se calmara y relajó los puños.

—Después de todo lo que te apoyado, a pesar de que fueras diciendo por ahí que me follaste, me parece denigrante la manera en la que me estás tratando —respondí defendiéndome por mi cuenta—. Será mejor que nos vayamos —cogí del brazo a Jace y tiré de él para alejarme de ellos, pasaba de oír más gilipolleces.

Oí voces de fondo de Matt diciéndome que no me necesitaba e insultos varios pero hice oídos sordos y seguí caminando firmemente hasta la taquilla del cine con la mano agarrada a Jace.

—Si me aprietas más, me vas a dejar marca —dijo Jace refiriéndose a su brazo. Lo miré y vi que le estaba empezando a salir rojo por la fuerza con la que lo estaba cogiendo así que inmediatamente lo solté.

—Ay lo siento mucho. Es que tenía mucha rabia acumulada —puse las manos en mi boca sorprendida por lo que acababa de hacer y él se rió antes de rodearme con el brazo—. ¿De verdad le ibas a pegar por mí? —pregunté levantando la cabeza para mirarle mientras esperábamos a que abrieran las puertas del cine.

—No sería la primera vez —dijo apretándome más contra su pecho.

La verdad es que eso me había hecho sonreír. No es que me gustara la violencia física pero me encantaba ese instinto que tenía por protegerme, que no entendía muy bien de dónde venía porque en realidad yo me sabía defender sola.

[Versión desactualizada] | Todo comenzó en esa estación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora