Capítulo 32

832 30 0
                                    

IMPORTANTE: Este mensaje es solo para los que empezaron a leer mi novela antes del 13-03-2019, si la empezaste más tarde de ese día, suda de este mensaje.

¡He vuelto después de tanto tiempo! Muchos sabréis el motivo de mi desaparición pero otros muchos no. La razón principal, aparte de segundo de bachillerato (que me tiene harta por cierto), ha sido que estaba reescribiendo todos los capítulos desde el 1. Algunos los he alargado bastante y otros simplemente he retocado algunos errores.

Voy a ser buena persona y para que no tengáis que VOLVER a leer todo (porque sé que da pereza), os voy a decir los capítulos clave que deberíais leer. Los que más he cambiado han sido el 8 (el momento con Jace en la azotea es mucho mejor), capítulo 11 (nuevos personajes que influirán en la historia), capítulo 14 (un detallito que influye con los nuevos personajes, ya sabréis cual), capítulo 18 (también cosa sobre nuevos personajes), 23 (también sobre los nuevos).

Los más importantes son el 8 y el 11 porque en los demás solo son pequeños detalles sobre las dos nuevas chicas, si queréis los leéis y si no, no pasa nada.

[...]

―¿Sí? ―preguntó extrañado.

―Hola Lucas, ¿puedes hablar ahora mismo? ―pregunté con la voz ahogada.

Ahora mismo no, tengo familia en casa.

―Por favor, solo será un momento ―escuché su suspiró de fondo y colgó.

Me había colgado sin más, sin tener empatía conmigo, y sin preocuparse por mí a pesar de que éramos amigos. Podía entender su actitud por cómo lo había rechazado cuando se declaró pero, pensaba que era una persona más madura.

La puerta de mi habitación se abrió de repente y me giré para ver quién era. Rebeca estaba ahí parada con cara de amargada y penetrándome con la mirada. Se acercó más a mí y se sentó a un lado de la cama.

―No me puedo creer que hayas estropeado la comida familiar de navidad ―se cruzó de brazos

―¿Disculpa? Yo no he estropeado una mierda ―entrecerré los ojos―. Todo lo jodiste tú, haciéndote la buena y haciéndote pasar por mi amiga. Eres una harpía, lo tenía que haber visto venir.

―Tampoco te pases ―se rió―. Simplemente me quería divertir un poco y lo he logrado ―dejó de reír y me dedicó una amplia sonrisa―. Por cierto, debería hablar con Hayden, creo que tengo un cotilleo de Álex que le podría interesar.

Mierda, Hayden. Tenía que ir a verla, necesitaba saber si se encontraba mejor. Me había levantado y no había pensado en eso, solo había tenido en la mente a Rebeca y a mis padres.

―No puedes hablar con ella ―me miró extrañada―. Ayer bebió mucho así que, hasta las 5 de la tarde no se despertará ―decidí no comentarle nada sobre Hayden en el hospital porque pasaba de que intentara hacerme más daño con eso.

―No te creo. Has arrugado la nariz y eso lo sueles hacer cuando mientes ―frunció el ceño y suspiré. No podía ser que me conociera tanto y mucho menos que se hubiera fijado en ese pequeño detalle.

―¿Cómo sabes tú eso?

―Se podría decir que soy bastante observadora y por tu reacción, se ve que he acertado en el clavo. ¿Dónde está Hayden?

―Está en el hospital ―bajé la mirada y me reprimí las lágrimas―. Lo peor es que creo que fue por mi culpa...

―¿Qué dices? ―abrió los ojos de par en par―. ¡Tenemos que ir a verla! ―asentí dejando a un lado mi cabreo con ella y salimos hacia el comedor.

[Versión desactualizada] | Todo comenzó en esa estación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora