La bronca que me cayó fue demasiado heavy. Tanto, que incluso pensaron en vigilarme las 24 horas del día, todo demasiado exagerado. Lo bueno fue que no descubrieron que me había escapado por la ventana así que por lo menos, aún tenía esa viabilidad.
Me pasé todo el domingo en mi habitación reflexionando sobre todo, sobre Hayden, sobre la noche anterior y en especial, sobre Jace. Estaba segura de que él no me gustaba pero, odiaba verlo con esa chica que había aparecido de repente.
Justo el día en que me dice de salir y hacer algo, tiene que aparecer la pelirroja esa.
Al menos Matt cuidó de mí y gracias a él no estuve tan atenta a Jace, aunque, desde entonces no había dejado de pensar en el íntimo momento que tuvimos de la piscina.
A pesar de todo, mis padres no me habían quitado todas las libertades, me dijeron que me dejarían salir por la tarde, hasta cierta hora, para ir a estudiar con Lucas y para salir con Hayden, ya que, no sabían que estaba cabreada con ella.
La semana pasó bastante rápido, las clases que le daba a Lucas cada vez iban mejor y ya me había dado una parte del dinero que me prometió por ayudarle, así que, ya tenía más ahorrado.
En clase, veía a Hayden bastante depresiva por lo que me había hecho y además, supuse que también por motivos familiares. A pesar de eso no me quise acercar a preguntarle nada hasta el jueves que decidí que, era mejor dejar mi enfado a un lado y preocuparme por ella.
―Hola Hayden, ¿Qué tal estás? ―me miró sorprendida e hizo una media sonrisa.
―Bueno, estoy bien. He tenido algunos problemas en casa pero nada importante ―sabía que mentía, en su mirada perdida se veía reflejada tristeza.
―¿Segura? ―insistí. No podía evitar comportarme como una buena amiga.
―Sí, no te preocupes ―volvió a bajar la mirada y me empecé a sentir muy mal, no tenía a muchas más amigas y vi evidente que en ese momento me necesitaba.
―¿Quieres que esta tarde vayamos a tomar algo? ―le propuse.
―¿De verdad? ―preguntó sorprendida y asentí―. Me encantaría ―me mostró una gran sonrisa y volví a mi sitio.
A mi lado, como siempre, se sentaba Lucas, el cual cada vez me caía mejor. Seguía siendo un chulo de mierda pero era gracioso y comprensivo, cosa que compensaba su idiotez. Le había contado algunas cosas mías como por ejemplo, mi problema con Hayden ya que, al quedar con él casi cada día, le había cogido confianza. A pesar de eso, no le hablé ni de Jace, ni de Matt, ni le conté nada sobre las anteriores fiestas a las que había asistido porque pensé que era información innecesaria que sería más interesante para Hayden.
―¿Ya la has perdonado? ―preguntó curioso cuando volví de hablar con Hayden.
―No exactamente, le he dicho de quedar y a ver si lo podemos solucionar.
―Espero que lo arregléis, siempre he notado lo buenas amigas que sois ―dijo Lucas sonriendo―. Lo malo es que hoy no podremos quedar.
―No pasa nada, por un día no te morirás ―contesté riéndome.
―Te voy a echar de menos ―puso pucheros de manera cómica―. Si al final me muero, que sepas que será por tu culpa.
―No digas idioteces ―le di un golpe en el hombro y nos empezamos a reír.
La clase fue tan aburrida como todas. El profesor nos llamó varias veces la atención por reírnos tanto y por poco nos expulsan de clase. Por suerte, su clase terminó antes de que nos mandara fuera, cosa que agradecí.
ESTÁS LEYENDO
[Versión desactualizada] | Todo comenzó en esa estación
RomantikTodo puede cambiar en un efímero instante. Esos momentos que pasan tan rápido y que no ves venir, son los que más acabas recordando. Eso mismo me pasó a mí una mañana corriente que salí a hacer unos recados. Todo parecía ir según lo previsto hasta q...