Capítulo 25

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Cuando acabamos de comer fuimos a mi habitación a coger lo que necesitábamos y después llamamos a Hayden para avisarle de que ya íbamos hacia allí. Como aún no tenía le edad para conducir y Hayden no le había dedicado tiempo a sacarse el carnet, dependíamos de nuestros padres, cosa que era una mierda.

Mi padre nos dejó a Rebeca y a mí en la entrada del centro comercial y nos quedamos esperando a Hayden. Apareció a los pocos minutos y cuando mi prima la vio corrió hacia ella para abrazarla. Realmente aunque apenas se conocieran entre ellas, no me sorprendió su reacción, las dos eran demasiado exageradas en ese aspecto.

―¡Te he echado mucho de menos! ―gritó Rebeca estrujándola más fuerte.

―Yo muchísimo más. Tengo que contarte un montón de cosas.

―¿Entramos ya? ―solté interrumpiéndolas―. Me muero de frio ―tirité y conseguí que las dos me hicieran caso para adentramos en el grandioso lugar.

Hacía tiempo que no iba de compras. La última vez había sido cuando conocí a Jace y había ido a buscar algo muy concreto. Eso me hizo pensar que ya hacia bastante que le conocía y que realmente no le había explicado casi nada a Hayden sobre él.

―¿Y quién es ese tal Álex? ―preguntó Rebeca como la cotilla que era.

―Bueno, es un chico que he estado viendo recientemente y a lo mejor hoy acabamos siendo algo más ―dijo emocionada dando pequeños saltos de alegría.

―¿Tan en serio va lo vuestro? ―cuestioné sorprendida.

―Yo creo que sí. Conozco a sus padres y todo ―Joder no tenía ni idea de nada de eso. Se ve que ella tampoco me contaba casi nada. La verdad era que desde que nos peleamos no habíamos hablado mucho sobre el tema chicos. ―Hoy me tengo que comprar un vestido arrebatador para dejarlo con la boca abierta y que consiga dar por fin el paso.

―Tú siempre vas bien, no hace falta que te compres nada espectacular ―sonreí apoyando mi mano en su hombro.

―Pero si el vestido destaca pues mucho mejor ―me interrumpió Rebeca.

Entramos a la primera tienda que vimos y me enamoré al momento de un vestido precioso de color marrón. Tenía la espalda descubierta, era de tirantes, y destacaba por su escote en forma de V. Me dirigí hacia él y cuando lo cogí, vi que otra persona había ido con las mismas intenciones que yo, levanté la mirada y vi a mi prima sonriéndome.

―Este vestido es precioso, quedará genial con los tacones que me he traído ―la fulminé con la mirada y apreté los dientes para no soltarle ninguna grosería―. Seguro que encuentras algo mejor Kate ―solté el vestido de malas maneras y me fui a mirar otra cosa.

Rebeca fue a probárselo y la verdad es que le quedaba genial, se le ajustaba perfectamente a la cintura y le acentuaba el pecho que tenía. Tampoco me preocupaba por que me lo hubiera quitado, no me importaba llevar algo simple en la fiesta, y si a ella le apetecía destacar pues, con ese vestido lo conseguiría. Mi mejor amiga se probó un montón de conjuntos y ninguno le convencía así que decidimos cambiar de tienda.

Estuvimos en tres más hasta que por fin vio algo que la enamoró. Era un vestido corto de color vino tinto que le hacía resaltar su tono pálido de piel y su cabello negro. Le quedaba realmente bien y cuando se lo vio puesto, no dudo ni un instante en comprárselo.

Después de eso nos sentíamos realmente agotadas ya que habíamos estado más de dos horas sin parar de mirar ropa así que, decidimos ir a tomar algo para descansar un rato. Fuimos a la primera cafetería que vimos y nos pedimos un café las tres, necesitábamos cafeína para aguantar despiertas durante toda la noche.

[Versión desactualizada] | Todo comenzó en esa estación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora