―Mamá ―contesté con la voz entrecortada. Me había quedado sin respiración, no sabía qué decir ni qué hacer ante esa situación.
―Sal ahora mismo del coche ―ordenó mi padre.
―No puedo ―necesitábamos llevar a Hayden al hospital, no me podía quedar allí dado explicaciones sobre porque estaba en el coche de un desconocido, qué dónde estaba Rebeca, que a dónde iba y encima teniendo que aguantar la bronca que me iban a echar.
―Ni se te ocurra moverte chico ―exigió mi padre con tono contundente dirigiendo la mirada hacia Matt.
―Tira ―solté cuando el semáforo se puso en verde.
―¿Qué dices? ―me miró Matt extrañado.
―¡Qué muevas el coche! ―le ordené. Al momento aceleró y nos volvimos a dirigir hacia el hospital. La acababa de cagar pero bien cagada, no me iban a dejar salir hasta que me muriera. A los segundos mi móvil empezó a vibrar intensamente, no paraba de recibir llamadas de mis padres pero decidí rechazarlas todas y apagar el teléfono.
Llegamos al hospital y Matt volvió a coger a Hayden en brazos para entrarla. Aún seguía inconsciente y eso me preocupaba muchísimo más. Al entrar vinieron dos médicos a ayudarnos y rápidamente la metieron en la camilla para llevársela a otra sala. Nos quedamos esperando en recepción y pasados unos minutos se nos acercó una enfermera.
―Buenas noches. Lamento mucho lo que le ha pasado a vuestra amiga pero tranquilos, tiene el pulso estable y seguro que se pondrá bien. Ahora necesito que me ayudéis con el papeleo, tenéis que decirme algún contacto de su familia, también qué le ha pasado, cómo, cuándo y dónde.
Aún temblado le intenté responder a todas las preguntas con ayuda de Matt. Sólo le pude mencionar el contacto de su madre porque desgraciadamente, a su padre a penas le conocía. Se había ido de casa poco antes de conocer a Hayden, y a pesar de que éramos pequeñas, mi amistad le ayudó a sobrellevarlo.
―Deberíamos ir a comisaría ―dijo Matt mirándome.
―Cuanto antes vayáis, mejor, si los datos no son recientes, a la policía le cuesta más investigar a fondo ―la enfermera dirigió la mirada hacía mí, y al notarme preocupada añadió―. Dejadme vuestro teléfono y así si se levanta u ocurre algo os podremos avisar.
―Prefiero esperar a que venga su madre, y luego nos vamos ―respondí mirando a Matt.
―De acuerdo, como tú veas ―me dedicó una leve sonrisa que hizo que me tranquilizara.
A los pocos minutos llego la madre de Hayden casi sin respiración. Estaba preocupadísima, apenas le habían contado qué le había pasado y entró al hospital echando gritos. Cuando me vio se dirigió a toda prisa hacía mi suplicándole que le contara como estaba su hija.
―No sé cómo está, no nos han dejado verla pero seguro que se pondrá bien. No tenía heridas graves pero se ha desmayado por el impacto. Supongo que dentro de unas horas volverá a estar consciente.
―¿Quién le ha podido hacer eso a mi hija? ―preguntó con los ojos llorosos―. Pagará por lo que ha hecho.
―Ahora iremos a comisaría a contar lo que ha pasado y a ponerle una denuncia a ese imbécil ―su madre asintió con la cabeza y me fui con Matt hacia el coche.
Una vez dentro, puso el GPS hacia la comisaría más cerca y seguidamente, arrancó a toda prisa hacia allí. Durante el camino a penas hablamos, los dos estábamos demasiado en shock como para hablar de algo, necesitábamos que ese largo día se acabará de una vez por todas.
Al llegar, esperamos en unos asientos que había hasta que nos tocase el turno. Eran las 4 de la mañana pero a pesar de eso, había gente allí. A una familia le habían entrado a robar a casa y a otra chica joven la acababan de atracar. Dirigí mi mirada hacia el cuello de Matt y vi que el chupetón seguía allí. Me sonrojé y él al notarlo se rió.
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[Versión desactualizada] | Todo comenzó en esa estación
RomanceTodo puede cambiar en un efímero instante. Esos momentos que pasan tan rápido y que no ves venir, son los que más acabas recordando. Eso mismo me pasó a mí una mañana corriente que salí a hacer unos recados. Todo parecía ir según lo previsto hasta q...