Capítulo 31

875 30 0
                                    

Narra Jace

Di un golpe contra el volante tan fuerte que por poco me rompo la mano. No podía procesar todo lo que había pasado. Solo era consciente de que Rebeca se había encargado de joderme durante toda la noche y que había acabado de cagarla al soltar ese comentario de mierda sobre Matt y Kate. Mi mente no pensaba con claridad, necesitaba desahogarme de alguna manera. Lo único que se me ocurrió fue parar el coche y revisar entre mi lista de contactos. El primer nombre que me apareció fue el suyo, Kate, estuve a punto de presionarlo pero decidí reprimir mis ganas y busqué a otra persona. Ahí fue cuando me vino a la mente Emma, era la persona ideal para ese tipo de ocasiones y sin pensármelo dos veces, la llamé.

Hola amor. ¿Qué haces llamándome? ―apenas se la escuchaba por los ruidos de fondo.

―¿Te apetece verme? ―pregunté a pesar de que sabía la respuesta.

―¡Claro que sí! ―contestó alargando las palabras. Era evidente que no se encontraba en buenas condiciones. ―Ven aquí con nosotras ―se escucharon risas de fondo―. Ahora te envío la ubicación.

Al momento recibí el mensaje y me dirigí hacia la zona en la que estaba. Desde la carretera pude oír la música que salía del establecimiento. Era un lugar bastante conocido de la ciudad al que ya había ido varias veces y por lo tanto, conocía el ambiente que se solía crear allí. Aparqué como pude y fui hacia donde había quedado con ella y su grupo.

―¡Te echaba de menos! ―gritó abalanzándose sobre mí en cuanto me vio―. ¿Te gusta mi vestido? ―giró sobre sí misma para luego dedicarme una sonrisa.

―Bueno, te queda bien ―la verdad era que aunque pareciera que no lo decía en serio, no mentí. Le resaltaba mucho su cabello rojizo y le marcaba el contorno del cuerpo de una manera espectacular.

―Tú siempre tan hablador... ―se empezó a reír y se volvió a abalanzar sobre mi cuello―. Llevo mucho tiempo queriendo volver a hacer esto ―me miró a los ojos y posó sus labios en los míos. Me quedé unos segundos atónito pero luego la rodeé por la cintura y la empujé hacía la pared para que apoyara su cuerpo. Mis labios se entreabrieron para dar paso a su lengua y mis movimientos se volvieron cada vez más bruscos. La besaba con rabia, necesitaba sacar todos los pensamientos de mi cabeza, necesitaba que Kate desapareciera de mi mente y lo tenía que hacer de la mejor manera que conocía.

Sin dejar de besarnos subió encima de mí rodeándome con las piernas y fuimos hacía el baño. Empujé con fuerza la puerta del primero que había libre y pusimos el pestillo. Siguió besándome con ganas mientras se iba subiendo ese vestido tan corto y descarado hasta quitárselo. Se bajó de mí y se apartó un momento para quitarme la camiseta que llevaba, dejándome el torso al aire. Su mano recorrió todo mi abdomen hasta llegar al límite en el que comenzaba mi pantalón y le rodeé la espalda para desabrocharle el sujetador.

Ahí fue cuando toda la situación se descontroló a niveles insospechables y acabamos los dos sin aliento apoyando nuestra espalda contra la pared.

―Echaba mucho de menos esto ―dijo al acabar con la respiración agitada.

―Yo también ―aunque los dos sabíamos que no era cierto. Lo habíamos dejado de hacer por unas razones pero desgraciadamente esa noche mi cabeza no estaba en su sitio.

Me quedé un rato por allí charlando con sus amigas hasta que me cansé y me fui hacia mi casa. Pensaba que acostarme con Emma serviría para dejar mis pensamientos a un lado pero la verdad es que no había dejado de pensar en Kate en ningún momento, y eso me mataba por dentro.

Narra Kate

Matt bajó corriendo por las escaleras al escuchar los irritantes gritos de Emma. Al ver la mirada furiosa de su hermana, se le puso el rostro pálido y se acercó más a nosotras.

[Versión desactualizada] | Todo comenzó en esa estación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora