De repente oímos el giro de la manecilla de la puerta y los dos nos apartamos de golpe.
―¿Chicos os apetece tomar algo? ―preguntó mi madre.
―Em...no, ahora mismo no me apetece nada ―le sonreí y ella miró a Lucas. Él negó con la cabeza en un gesto nervioso y mi madre salió de la habitación.
¡Dios mío, casi beso a Lucas!
No tenía ni idea de en qué estaba pensando. La única explicación era que mis hormonas estaban revolucionadas y por eso actuaba de esa manera, ya llevaba un tiempo así, sin poder controlarlas. Menos mal que mi madre había interrumpido el momento antes de que pasara nada porque si no todo hubiera sido demasiado incómodo.
―Creo que ya puedo confirmar que no tienes novio ―dijo con una gran sonrisa de satisfacción mientras reclinaba la silla.
―No sé de dónde sacas esas conclusiones ―contesté cortante y apoyé los codos sobre las mesas para seguir mirando los apuntes.
―Hombre, se te notaba desde lejos que te morías por besarme ―se acercó apoyándose como yo y me alejé de él con la silla.
―No tengo ni idea de lo que me estás hablando ―le giré la cara y cogí una hoja en blanco para pasar apuntes―. Vamos a seguir repasando, déjate de distracciones.
―Lo que tú digas ―soltó relamiéndose los labios.
Acabamos de estudiar y Lucas se fue a su casa. Decidí darme un baño relajante para desconectar de todo pero no funcionó. No dejaba de pensar en ese momento, estábamos a nada de que nuestras bocas se tocaran. Ya me había pasado un momento parecido con Jace pero a él le di un beso en la mejilla y en cambio con Lucas, había estado a punto de besarle.
Mini Kate debía dejar mi mente en paz, no podía ser posible, no quería nada con Lucas, ya no era de la clase de chicos que me gustaban. Además, debía concentrarme en el curso, no podía permitir que los tíos se convirtieran en mi distracción.
Los sonidos que hizo mi teléfono me devolvieron a la realidad y vi que la pantalla se encendía por nuevos mensajes. Pensé que seguramente sería Hayden volviéndose a disculpar así que no le presté mucha atención y decidí mirarlo más tarde.
Cuando acabé de cenar volví a mi habitación y me acordé de que no había mirado aún quien me había escrito. Desbloquee mi teléfono y vi que los mensajes eran de un número que no tenía agregado.
―Al final te agregaste como Kate, pensé que pondrías algo más cariñoso u original pero veo que te fuiste a lo básico. No me extraña sinceramente.
―¿Quién eres? ―escribí al ver que se encontraba en línea.
―Me ofende que no me reconozcas pero como soy buena persona te daré algunas pistas. Soy un chico que te parece irresistible, al cual siempre que ves te brillan los ojos y además, la temperatura de tu cuerpo sube que flipas cuando me tienes cerca. Por no olvidar que a este chico se le va a quedar una cicatriz de por vida que me recordará a ti.
―Joder, eres Jace ―solo conocía a una persona que fuera tan creída y arrogante.
―Uau cuanta emoción, se nota que tenías ganas de hablar conmigo.
―Ya ves, me moría de ganas de que me hablaras ―contesté vacilando. Aunque en el fondo sí que tenía ganas de que me mandara un mensaje, llevaba desde que me fui del hospital esperándolo, pero no pensaba admitirlo.
―Por cierto, que sepas que ya he salido del hospital y que estoy sano y salvo. Lo único malo es la marca que te he mencionado antes.
―Qué pena, ahora tu perfecto torso ya no es tan perfecto ―al darme cuenta de lo que acababa de escribir intenté eliminarlo pero ya era demasiado tarde, lo había leído.
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[Versión desactualizada] | Todo comenzó en esa estación
RomantikTodo puede cambiar en un efímero instante. Esos momentos que pasan tan rápido y que no ves venir, son los que más acabas recordando. Eso mismo me pasó a mí una mañana corriente que salí a hacer unos recados. Todo parecía ir según lo previsto hasta q...