Capítulo 35

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―¡Venga chicas que hoy es un día muy importante y tenemos que prepararlo todo!

Me removí en la cama y me tapé con las sabanas para evitar escuchar los chillidos de mi madre. No me apetecía para nada levantarme, se estaba demasiado calentito allí como para salir. De repente, noté como alguien estiraba la tela que me cubría y fruncí el ceño al ver quien era.

―Kate levántate. Tenemos que preparar todo para esta noche ―dijo Rebeca con una gran sonrisa en el rostro. Salí de la cama casi a rastras y la hice antes de ir a desayunar.

―Qué guapa estás hoy, se nota que queda poco para año nuevo.

―No mientas papá ―contesté mientras removía la leche. Tenía el pelo hecho un asco y encima, mis ojeras estaban mucho más pronunciadas debido a que con Rebeca en mi habitación, me costaba dormir.

Ya era víspera de año nuevo, y la verdad es que el año se me había pasado bastante rápido. Mis mejores recuerdos eran del verano, cuando fui de viaje con mis padres a Italia. Aunque bueno, tampoco había hecho nada más emocionante así que, no tenía mucho con que comparar.

―Este año ha sido de los mejores de mi vida ―soltó Rebeca sacándome de mis pensamientos―. Pero el que viene espero que sea aún mejor. Tengo las expectativas demasiado altas ―dirigió la mirada hacia mi padre―. ¿Hoy al final podremos salir? Me gustaría empezar el año de la mejor manera posible ―al escuchar eso recordé a Rebeca liándose con Jace y se me revolvió el estómago. En ese momento, decidí dejar la leche a un lado antes de que mi barriga me jugara una mala pasada.

Mi padre la miró de reojo mientras bebía café y levantó las cejas como si eso le hubiera pillado por sorpresa. Mi madre entró a la cocina antes de que mi padre contestara, y le puso las manos sobre los hombros.

―Ya veremos, pero en principio sí ―mi padre la miró tirando la cabeza hacia atrás y por como la miraba, me di cuenta de que no estaba al corriente de que hoy me había pospuesto el castigo ―le dije a Kate que hoy podría salir.

―Deberíamos haberlo hablado antes, yo no estoy de acuerdo.

―Pero tío, el vestido que le regalé era para hoy, no puede quedarse sin estrenarlo ―gimoteó Rebeca poniendo cara de cachorrito.

― Puede usarlo perfectamente dentro de casa con la familia o ponérselo para otra ocasión. Para tu cumpleaños, por ejemplo ―djo mirándome. La verdad es que tenía razón pero me apetecía mucho salir de fiesta. Nunca había salido para fin de año.

―No te preocupes hija, ya haré que cambié de opinión en lo que queda de día ―respondió mi madre con una sonrisa y yo le sonreí de vuelta.

Empezamos a limpiar la casa para tenerla lista para la noche y mi habitación fue lo primero que hicimos. Aunque no fuera un absoluto desastre, por desgracia nos llevó bastante tiempo. Cuando por fin acabamos, después de hacer una parada para comer, seguimos con el comedor y así hasta limpiar cada milímetro del piso.

Realmente no sabía porque teníamos que limpiar tan a fondo ya que, simplemente venían a cenar. Pero según mi madre, teníamos que empezar el año con todo ordenado y limpio. Dijo que eso te ordena las ideas pero yo creo que era una excusa para que trabajáramos en vez de estar en el sofá viendo la tele.

Empezó a oscurecer y a pesar de que mi padre no había aceptado, nos empezamos a arreglar. Rebeca abrió la maleta y sacó un vestido espectacular que me dejó boquiabierta. Era de color rojo satinado y tenía un marcado escote en forma de corazón. Se lo probó y realmente era perfecto para ella, no podía haber encontrado algo que le quedará mejor. En parte me daba rabia porque sabía que con eso conseguiría la atención de Jace pero él no era mío, así que, no podía comportarme de manera tan egoísta.

[Versión desactualizada] | Todo comenzó en esa estación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora