Capítulo 100

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Nuevo León, México.
8:30 am

El sol entraba con gran intensidad por la ventana, calentando mi piel y mi cuerpo desnudo, que era ligeramente cubierto por la sabana y el brazo de Jupe sobre mi cintura.

Intentaba moverme lo menos posible para no despegar mi piel que se había quedado pegada al suelo, ligeramente entumecida por el frío, a la par que intentaba comprender en que carajos estaba pensando cuando me acosté con Jupe.

-¿Dios que he hecho?- cubiertos ligeramente por la sabana, pude notar como Jupe dejo varias marcas sobre mi cintura, mi torso y mi pecho, definitivamente tenía que salir de allí, correr lo más lejos de Jupe y evitarlo a toda costa por el resto de mi vida - Que bonita la has hecho Sam- me recrimine moviendome unos centímetros, intentando no despertar al castaño con mechones rubios que dormía plácidamente- ¡mierda!- no pude evitar alzar la voz al sentir el frío del suelo sobre mi trasero y parte de mi espalda-.

-¿Sam?- la voz adormilada y apacible de Jupe tomo tonalidad, mientras que sus manos se ciñeron a mi cintura nuevamente, llevándome a él con facilidad-¿Que pasa Sam?- preguntó con sus ojos puestos en mí, recorriendo cada parte posible de mi cuerpo con ellos-.

-¿Que crees que estás haciendo?- pregunté completamente tenso sintiendo un escalofrío bajando por mi espina dorsal al sentir su dedo índice sobre la piel de mi mejilla-.

-Admiro cuán perfecto eres...- dijo con tranquilidad, bajando su insolente dedo hasta mi clavícula y mi brazo, dejando varias caricias antes de alargar un suspiro- sabes...recuerdo la primera vez que te vi, el día en que llegaste a la escuela, malhumorado, callado y un tanto melancólico, desde la primera vez que te vi, no deje de fantasear con poder besar todas y cada una de tus pecas, saber hasta donde llegaban, memorizarlas cual mapa en mi cabeza y recorrerlas todas las mañanas, fantaseaba con que notaras mi presencia... sin embargo nunca me atreví a hablarte, tan bien formado, serio, callado, misterioso, atractivo e inalcanzable...jamás me hubieses dado cavidad en tu vida, aun así no dejaba de fantasear con tus labios pronunciando mi nombre o cuan templada podría estar tu piel a las tres de la madrugada- el castaño soltó una pequeña risita completamente relajado y satisfecho de tenerme donde me tenia- ...se que esto es rápido para ti, se que yo he estado más tiempo pensando en ti y que tu no sabías que existía hasta ayer... pero Sam- Jupe estaba completamente sentimental, a diferencia de mi que me refugiaba en la idea de que solo había sido un desliz, un error- tu me has hecho que respire, tras tres años muerto me has traído a la vida- la voz de Jupe comenzaba a quebrarse-.

No podía seguir alentando sus deseos, o hacerle creer que realmente podría sentir algo en ese momento de mi vida que no fuera dolores constantes en el pecho.

-Jupe, detente, por favor- suplique completamente paralizado y adolorido, Jupe busco mi mano sosteniendola con cuidado mientras se la llevaba a los labios dejando varios besos sobre mi piel- ya basta- repuse firme a lo que Jupe negó con la cabeza presintiendo ya lo que le diría- por favor, no te hagas esto- sus besos sobre mi mano y mi brazo rápidamente se volvieron más húmedos conforme se mezclaban con sus lágrimas- me tengo que ir Jupe, lamento que todo esto haya sucedido, lamento que esto haya pasado y hacerte creer que sentía algo por ti-.

Me libre del agarre del ahora débil castaño, levantandome apresuradamente en busca de mis ropas que habían quedado desperdigadas por el suelo y las pilas de libros.

-Sam...Sam yo te quiero, te quiero tanto que estoy al borde de la locura- suplico Jupe sin quitarme la vista de encima mientras mantenía una pelea con los cordones de mi calzado- Sam- chillo mordiéndose los labios con impotencia- ¡Sam no me ignores otra vez, otra vez no por favor!- se había puesto de pie, tomando su pantalón de mezclilla-.

Sálvame [Tom Holland y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora