Capítulo 90

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Jugaba con el papel entre mis dedos, sí mi sentido del tiempo no era incorrecto llevaba encerrada más de dos horas, lo leía una y otra vez intenando comprender.

Sí Nikki la había escrito ¿Qué hacía en las ropas de Dominic? ¿Qué había intentando decir? ¿Había un significado detrás  o solo había sido parte de una noche melancólica de inspiración?

-"En la habitación del primogénito..."- repetía  ya más inconsente, recargada sobre la pared sintiendo como los ojos me pesaban- "en la habitación...-.

-¡Señorita  West!- alguien grito en el pasillo, me desperté de golpe incorporandome, ante mi rápido movimiento las luces se encendieron, calandome en los ojos-.
-¡Aquí!- informe adormecida, tomando el papel de letras borrosas y confusas, escondiendolo por debajo de la orilla de mis vendas que iban desde la palma hasta los antebrazos-¡Aquí estoy!-.
-___ ¿Qué haces ahí?- esta vez reconocí la voz de Fere, me levanté con dificultad, me dolía la cintura y parte del trasero-.
-Me quede encerrada- la manija de la puerta vibró, estaban intentando abrirla, sin mucho exito, Keyslee la había dejado bien atrancada-.
-¡____!- escuche la voz angustiada de Thomas seguido de un golpe a la puerta-.
-Piojo, tranquilo, aquí estoy, me acerque a la puerta, podía ver las sombras que emitían por debajo del hueco de la puerta- hey... no llores, estoy bien-.
-Abrela ya Lucas- ordenó Fere un tanto preocupada en su tez de madre-¿Qué pasa?-.
-Esta atrancada, apartense, señorita West, por favor apartese- me aleje lo suficiente para que pudiera derribar la puerta, primero fue un golpe que hizo que la madera se cuarteara, seguido de dos más hasta que finalmente la puerta se abrió con brusquedad, con tanta fuerza que dio con la pared, despoatillandola, la perilla se había ido a la mierda totalmente-.
-___- Thomas estaba oculto en el hombro de Fere que le cubría la cabeza con su mano, este se despegó de su cuello para verme, indicandole que lo bajará- ___- me agache para quedar a su altura, en cuanto paso a Lucas se agazapo a mi, abrazandome con fuerza del cuello, soltando grandes sollozos- pensé que habías muerto, que te habías hecho daño otra vez- dijo entredientes dejandome helada, tanto Fere como Lucas lo miraban impresionados- no quiero que te mueras, te quiero conmigo-.
-Piojo...- apretó más su agarre, lo rodee con mis brazos, sin hacer presión para no abrir mis heridas ni lastimar aun más su brazo roto- estoy bien, tranquilo, solo me quedé encerrada, estamos bien-.
-Te quiero ___- susurro aún pegado a mi cuello-.
-Yo también te quiero piojito- intente separarlo de mi pero él me lo impidió haciendo más fuerte su agarre, dejandome respirar el aroma de sus ropas- oye sueltame, si Matilde no se ha bañado en dos días, tú no te haz bañado en cuatro, hueles abono-.

Thomas soltó una risa antes de soltarme, levantó su dedo pulgar  hasta mi mejilla, donde la acarició, recorriendome el flequillo.

-Esque cuido el planeta ahorrando agua- Fere dio una risotada antes de que Lucas entrará, tomandome del brazo para ayudarme a ponerme de pie-.
-Te voy a meter a la lavadora, piojo güerejo- al salir me di cuenta por las ventanas que ya había oscurecido, había pasado todo el día encerrada- ¿Donde esta Matilde?-.
-Esta en una terapia con el psicólogo- contesto Fere ordenandole algo en el oído a Lucas, que asintió con la cabeza antes de adelantarse bajando las escaleras-.
-¿Psicólogo?- pare en seco con Thomas a mi espalda, Fere se giro unos instantes para vernos a ambos indecisa si debía hablar de ello con el infante allí-.
-Sí...no sabemos que tanto tuvo que hacer o que tanto tuvo que ver en esas peleas clandestinas- su comentario me recordó algo que había pasado por alto-.

"La bestia" estaba claro que se trataba de Samantha, que ella era la niña de la historia que trataban de igualar, ella era o había sido la dueña de tantas pesadillas...¿Alguna vez a Samantha se le permitió ayuda psicologíca?

-¿Dónde está?- Fere me sonrió  ligeramente indicandome que la siguiera escaleras abajo, hasta la oficina de Tom-.

La puerta de cristal nos permitía ver una Matilde juguetona y sonriente, tenía una venda cubriendole los ojos, sus  manos estaban extendidas intentando tantear hacía donde caminaba, Rubén y Miguel estaban sentados en el sillón a su espalda, Miguel le daba indicaciones mientras que Rubén se partía de la risa hasta  caer del sillón, él que debía ser el psicólogo que era un hombre alto, con cabello escaso en gris y negro, cuyo rostro demostraba que le tenía amor a su trabajo hablaba de vez en cuando diciéndoles que hacer.

-Es un buen psicólogo, es un veterano, ah dedicado su vida a ayudar a muchos otros veteranos- Fere hablo colocandose a mi espalda, Thomas nos paso de largo abriendo la puerta, entrando al estudio hasta sentarse al lado de Miguel, para también darle indicaciones a Matilde, que tenía que alcanzar una bandera blanquecina solo guiada por las voces de los presentes- Yo quería que también él te atendiera, tal vez él hubiera podido ayudarte al fin-.
-Fere- antes de que pudiera terminar me interrumpio-.
-"Yo quería" del verbo no se pudo, Tom me lo negó, me dijo que solo dispararía más tus recuerdos, que prefería que te mantuvieras estable con el medicamento-Tom... ¿Como era posible que me conociera tan bien?-.
-Él esta en Italia- al otro lado del cristal Rubén había sido esta vez el que portaba la venda, esperando las indicaciones de sus guías-.
-Deseale suerte, sí las cosas no salen bien, se va a tener que ir hasta Colombia...-su tiente de voz fue más apagado-.
-¿Qué?- la mire fijamente ella solo tomó aire encogiendose de hombros-.
-Me gustaría explicarte...pero no lo tengo permitido, Tom no me lo permite- no podía dar crédito a lo que escuchaba-.
-¿Ahora trabajas para Tom? ¿Ahora lo incubres en sus mentiras? - había alzado la voz, captando la atención del psicólogo, Miguel y los niños, incluso Rubén paro en seco- James tenía razón, es mejor no confiar en nadie-estaba demasiado molesta, sabía que podía causar un gran lío, preferí retirarme para tomar aire fresco, encaminandome a la salida al patio que hay en la cocina-.
-____- me llamo abrumada a mi espalda, simplemente la ignore, hasta llegar a la cocina, donde use mis codos para abrir la puerta que da al patio-.

La nieve rápidamente se me coló entre los zapatos, seguí de largo hasta sentarme cerca de la psicina, alguien le había sacado el agua y la había cubierto con una nieve, después de todo ¿Quién querría nadar en pleno invierno?

-¿Preocupada my lady?- ¡Mierda!-.

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¿Como estanques mis pescaditos? Jajaja oc no

Muchas gracias a todas por leer y comentar, me gusta mucho saber que les esta gustando la historia ❤

Les agradezco de todo corazón el apoyo que me brindan 💙

¡Son las mejores del mundo mundial!

Sálvame [Tom Holland y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora