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El taxi huele a una mezcla de cigarro con menta. Mi mano es sostenida por la de otro chico a un costado de mí, tengo ropa puesta de él. Y no para de verme mientras yo no puedo apartar los ojos de la ventana.
Jooheon no me ha dicho nada respecto a su conversación con el manager de su grupo, sólo se ha subido al coche conmigo después de haber hablado con él por varios minutos. En un momento pensé que le había dicho la verdad, pero decidí no pensar en ello más. Si no lo decía, era por algo ¿no es así?
Las casi vacías calles de Busan nos dicen a ambos que ya es algo tarde, y que mañana es inicio de semama, razón por la cual la mayoría de las personas se ha ido a casa temprano. El montón de chicas gritando y cantando ha quedado muy atrás, y ahora estamos a una manzana de la casa de Jisoo.
Todavía no consigo pensar en algo para explicarle lo que ha sucedido esta noche. Y tampoco para explicarle por qué no vengo sola.
La mano del chico le da un ligero apretón a la mía, seguidamente su pulgar comineza a trazar leves caricias en forma de círculos sobre el mío. Está tratando de consolarme. Se lo agradezco con una sonrisa y por primera vez, desde que subimos al coche, nuestros ojos se conectan.
No logro decifrar qué hay detrás de los suyos. Es algo que siempre me ha sucedido con Jooheon, cuando yo parezco ser un libro abierto para él, él es como algo misterioso para mí, algo que por más que trato de decifrar, no puedo. Kihyun era un poco más predecible.
Ninguno de los dos dice algo, pero sé que tiene demasiadas preguntas, yo también las tengo pero no estaba segura de hacerlas.
El señor del taxi, nos indica que estamos por llegar y mis ojos se apartan de los suyos, ganándome otros apretón de manos por parte del chico. No regreso la mirada a él, la fijo nuevamente en la ventana.
Estaba empezando a prepararme mentalmente para nuestra conversación.
Las ruedas del coche se detienen, frenando delante de la pequeña casa de Lim Jisoo. Sus luces están apagadas, parece ya estar durmiendo.
Jooheon mira un par de segundos la casa, analizándola. Puede que se pregunté por qué hay un coche fuera de ella, si yo fui sola al concierto. O también se puede preguntar porqué la casa está pintada de un naranja chillón. Jisoo tenía extraños gustos.
ーMuchas gracias, tenga linda nocheーSe despide del chófer, Jooheon, entregándole el dinero exacto con un poco de propina.
¿De dónde había sacado dinero? No lo sabía. Ni si quiera había notado que llevaba consigo su cartera y un manojo de llaves, hasta ese momento que se despidió del taxista.
Aspiro el frío aire de la noche, impregnando en mis pulmones el aroma suave de la humedad que el aire tenía. La mano de Jooheon no ha dejado la mía desde que entramos al coche, y sigue enredada con la mía mientras caminamos hacia la casa.
